Para Oswaldo Álvarez Paz
Escrito por Macky Arenas   
Martes, 30 de Marzo de 2010 07:57

altEntre otros episodios de la Historia de la Salvación, los cristianos recordamos durante la Semana Santa a un jerarca romano quien, con su lavatorio de manos, simbolizó para siempre la obscena cobardía de quien soslaya su responsabilidad y convierte a la justicia en instrumento de revancha y retaliación. Aquél poderoso imperio temía a un judío, hijo de carpintero, que les plantó cara con una serenidad pasmosa sin oponer más resistencia que su rostro limpio.

Cuando aún andaba por este mundo, mi amigo Arturo Uslar Braun reflexionó sobre la figura de Pilato y escribió de esta manera: “Hay algo degradante en la limpieza desde que Poncio Pilato se lavó las manos. Hay infamia en la imparcialidad desde que Poncio Pilato fingió ser balanza. Hay injusticia en las leyes desde que Poncio Pilato las quiso personificar. Hay una miseria imborrable en la ecuanimidad desde que Poncio Pilato se abstuvo de tomar bando. Hay sordera en los gobernantes que escuchan a las masas desde que Poncio Pilato acató el ruido colectivo. Hay una mediocridad innata en la jerarquía desde que Poncio Pilato obró como Procurador. Hay ignominia en los plebiscitos desde que Poncio Pilato les dio fama. Hay una manera de probar que la verdad no surge de los juicios públicos y esto se debe a Poncio Pilato. Hay indignidad en ser portavoz de la mayoría desde Poncio Pilato. Hay independencias que merecen el fuego por ser semejantes a Poncio Pilato”.

Como gobernante, Pilato se había impuesto la tarea de humillar a sus súbditos. Sabía que la sentencia contra Jesús era una monumental injusticia, pero cedió a la ira, la desproporción y la estupidez de una masa que al grito de “¡Crucifícalo!”, estaba decretando “Que su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos”. Y Pilato se lavó las manos y lo entregó a sus verdugos, con lo cual pasó a personificar al poder cómplice y a la justicia del horror por los siglos de los siglos.

Prosiguió Arturo: “Hay estadistas que vieron el rostro del Paraíso y no se fijaron en él como Poncio Pilato. Hay azares que escogen a seres opacos y los condenan a ser inmortales por simbolizar actos vetados a su entendimiento como Poncio Pilato. Y hay quienes suponen que la perfección puede ser cuestionada por el sentido común desde que Poncio Pilato interrogó al Cristo. Pero Poncio Pilato era hombre y Cristo Dios y es ridículo medir al cielo por la tierra”.

No hubo hazaña en sus perseguidores. Jesús se entregó y cumplió su destino. Pero el imperio se desmoronó y la Iglesia que Cristo fundó aún anda por el mundo. Cristo resucitó al tercer día y Pilato, como final, se fue a las Galias donde buscó a la muerte antes de que ésta lo encontrase a él. Pilato vivió y murió creyendo haber sido un romano prominente, pero la Historia lo recuerda por haber entablado un diálogo de dos horas con un judío.

Oswaldo Álvarez Paz ha rescatado el coraje, la reciedumbre y la entereza para un liderazgo que lucía mustio, postrado y descolorido. Se revelan, en toda su mediocridad, quienes de un lado y de otro se lavan las manos. Oswaldo está marcando el compás para un país que se dispone a reconquistar su libertad, al precio de la suya propia. Será más incómodo tras la rejas. Mi respeto y solidaridad para él.


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com