Es verdad que ¿La MUD en la AN no ha dado la talla? |
Escrito por Leandro Rodríguez Linárez | X: @leandrotango |
Domingo, 13 de Marzo de 2016 07:52 |
Es verdad que ¿La MUD en la AN no ha dado la talla?
Aunque sea motivo de duda, estas líneas no son escritas desde un apasionamiento partidista, ni siquiera político, sino desde los tuétanos más recónditos de mi venezolanidad. Al hablar de MUD no nos referimos a las organizaciones partidistas que la conforman, hacemos inferencia a la parte del sistema democrático venezolano que hace contra peso al gobierno, por su obsolescencia y oscurantismo a la hora de conducir la patria los últimos 17 años amén de empeorar lo que ya estaba grave y aportar nuevas penurias.
La gran pregunta ¿La MUD en la Asamblea Nacional no ha dado la talla? Para responder es necesario comprender que 2 meses en la vida de una institución como el parlamento venezolano resultan extremadamente poco ¡Casi nada! el asunto es que 2 meses en la vida de un venezolano hoy día resultan muchísimo tiempo, por todo lo que hay que sufrir, padecer, soportar… es propicia la frase hamleriana “He allí el dilema”.
Asimismo, es adecuado aclarar que en los parlamentos del mundo los procesos legislativos son pausados, porque en ellos revisten una importancia superlativa, sobre todo en el proceso de elaboración de leyes. Por ello, no sorprende que estos tengan una media de leyes anual, fuera de las de origen presupuestario, que va desde una hasta diez leyes. La resulta es que en altísimo porcentajes esas normas al ser aplicadas satisfacen el “legit motiv”, las expectativas, toda vez que fueron elaboradas cumpliendo todos los preceptos técnicos, legales, procedimentales, entre otros.
Ahora bien, la Venezuela de hoy sufre los aterradores embates de marcos jurídicos elaborados arbitraria y apresuradamente, cuentadantes solo a ópticas partidistas, a visiones altamente excluyentes, tales son los casos de aquellas normas aprobadas por leyes habilitantes cuyo número solo en una ocasión lograron superar las sesenta, como decimos en criollo, “de un solo plumazo” ¿Qué resultados podríamos esperar?
Hemos hecho hincapié que hay dos Venezuela; la palpable, la que viven en la calle sus habitantes, enfrentados a la inseguridad, escasez, a la inflación más alta del planeta, entre innumerables sufrimientos más… y la otra Venezuela impalpable dentro del andamiaje institucional, jurídico, esa que toma las decisiones que nos afectan a todos.
En este país la Asamblea Nacional posee constitucionalmente la facultad y la atribución de influenciar en esa Venezuela impalpable, la que toma las decisiones, pero tristemente no están dadas las condiciones de institucionalidad para que ello ocurra, al menos no al ritmo que exigen los venezolanos. El único que tiene esa facultad es el Presidente de la República, recrecido de poder legal y (según expertos) paralegalmente. Así pues, la Asamblea Nacional no puede generar resultados inmediatos, primero porque sus productos toman tiempo y segundo porque trastabillaría su correcto funcionamiento. Es propicio también aquel sabio refrán popular “Del apuro solo queda el cansancio” pues ¡Válgame Dios que ya tenemos demasiado de eso! @leandrotango
Al hablar de MUD no nos referimos a las organizaciones partidistas que la conforman, hacemos inferencia a la parte del sistema democrático venezolano que hace contra peso al gobierno, por su obsolescencia y oscurantismo a la hora de conducir la patria los últimos 17 años amén de empeorar lo que ya estaba grave y aportar nuevas penurias. La gran pregunta ¿La MUD en la Asamblea Nacional no ha dado la talla? Para responder es necesario comprender que 2 meses en la vida de una institución como el parlamento venezolano resultan extremadamente poco ¡Casi nada! el asunto es que 2 meses en la vida de un venezolano hoy día resultan muchísimo tiempo, por todo lo que hay que sufrir, padecer, soportar… es propicia la frase hamleriana “He allí el dilema”. Asimismo, es adecuado aclarar que en los parlamentos del mundo los procesos legislativos son pausados, porque en ellos revisten una importancia superlativa, sobre todo en el proceso de elaboración de leyes. Por ello, no sorprende que estos tengan una media de leyes anual, fuera de las de origen presupuestario, que va desde una hasta diez leyes. La resulta es que en altísimo porcentajes esas normas al ser aplicadas satisfacen el “legit motiv”, las expectativas, toda vez que fueron elaboradas cumpliendo todos los preceptos técnicos, legales, procedimentales, entre otros. Ahora bien, la Venezuela de hoy sufre los aterradores embates de marcos jurídicos elaborados arbitraria y apresuradamente, cuentadantes solo a ópticas partidistas, a visiones altamente excluyentes, tales son los casos de aquellas normas aprobadas por leyes habilitantes cuyo número solo en una ocasión lograron superar las sesenta, como decimos en criollo, “de un solo plumazo” ¿Qué resultados podríamos esperar? Hemos hecho hincapié que hay dos Venezuela; la palpable, la que viven en la calle sus habitantes, enfrentados a la inseguridad, escasez, a la inflación más alta del planeta, entre innumerables sufrimientos más… y la otra Venezuela impalpable dentro del andamiaje institucional, jurídico, esa que toma las decisiones que nos afectan a todos. En este país la Asamblea Nacional posee constitucionalmente la facultad y la atribución de influenciar en esa Venezuela impalpable, la que toma las decisiones, pero tristemente no están dadas las condiciones de institucionalidad para que ello ocurra, al menos no al ritmo que exigen los venezolanos. El único que tiene esa facultad es el Presidente de la República, recrecido de poder legal y (según expertos) paralegalmente. Así pues, la Asamblea Nacional no puede generar resultados inmediatos, primero porque sus productos toman tiempo y segundo porque trastabillaría su correcto funcionamiento. Es propicio también aquel sabio refrán popular “Del apuro solo queda el cansancio” pues ¡Válgame Dios que ya tenemos demasiado de eso! |
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