De la música que sacudió el mundo
Escrito por Luis Barragán | X: @luisbarraganj   
Lunes, 01 de Febrero de 2016 01:09

altDe la niñez a la adolescencia, inadvertidamente trenzamos nuestro gusto musical por el rock que, por cierto, con el tiempo ganó en reafirmaciones y deslindes.

De la niñez a la adolescencia, inadvertidamente trenzamos nuestro gusto musical por el rock que, por cierto, con el tiempo ganó en reafirmaciones y deslindes. Más de las veces, un pequeño aparato de transistores transmitía las novedades urgidas de pescar, ahora abundantes  las oportunidades en las oceánicas redes digitales.
Aprendimos a coincidir y a discrepar con Alfredo Escalante e Iván Loscher, mucho después con Gregorio Montiel Cupello y Julio César III Venegas,  cuando la adultez se hizo menos generosa para sintonizarlos. Momentos de  publicidad aparte,  permitían que frecuentemente disfrutásemos de las melodías completas, pues, era recurrente la interrupción del locutor para identificarse o proferir alguna sandez (hoy, supuesto valor agregado para las “pistas” que inspiran las bulliciosas celebraciones de ocasión); y despachaban sus observaciones, aparentemente ligeras, conformando una suerte de extendido y variado curso de apreciación del género anglosajón que luego traspasó las fronteras del idioma español.
En días pasados, falleció Alfredo Escalante e, independientemente de la concepción existencial que tuvo del género, la cual intentamos aún comprender, nos trasladó la noticia a los viejos instantes en los que festejábamos andar en un carro, como a las tres de la tarde, para que la casualidad nos permitiera escucharlo en la 97.7 FM (La Emisora Cultural de Caracas, meritoria y de tan injusta como criminal desaparición), rodado luego a las cinco pm y, más adelante, diez pm. Hubo episodios de un rápido apagado, en los que exageraba con The Beatles o el Queen, como deidades, al igual que otros luminosos que nos reportaban sendos descubrimientos, como aquella vez que nos presentó, en los noventa, no lo olvidamos,  a The Gathering, cuya voz - Anneke van Giersbergen – y  banda - Agua de Annique – ha quedado para referenciarnos de vez en cuando con el ocio.
La Música que Sacudió al Mundo, constituyó toda una marca radial que tuvo un breve tránsito por  televisión, cuando los videoclips apenas agenciaban la vida cotidiana de los jóvenes. Grupos como  Power Age y Arkángel  de lado, los cuales publicitaba hasta el hastío, entendidos el heavy metal y el hard rock como razones vitales, el programa no tenía la magia que su sola sonoridad garantizaba.
Alfredo hablaba con absoluta naturalidad y, estereotipado,  confesó - en una ocasión al periodista que lo entrevistó -  su gusto por la salsa brava, algo que tampoco sospecha el grueso de  los radioyentes de clase media respecto a César Miguel Rondón. Tiempos idos y tiempos en curso, se ha marchado Escalante con su música a otra parte, por lo que le pedimos que, por favor, suba un poco más el volumen.
@LuisBarraganJ

Más de las veces, un pequeño aparato de transistores transmitía las novedades urgidas de pescar, ahora abundantes  las oportunidades en las oceánicas redes digitales.

Aprendimos a coincidir y a discrepar con Alfredo Escalante e Iván Loscher, mucho después con Gregorio Montiel Cupello y Julio César III Venegas,  cuando la adultez se hizo menos generosa para sintonizarlos. Momentos de  publicidad aparte,  permitían que frecuentemente disfrutásemos de las melodías completas, pues, era recurrente la interrupción del locutor para identificarse o proferir alguna sandez (hoy, supuesto valor agregado para las “pistas” que inspiran las bulliciosas celebraciones de ocasión); y despachaban sus observaciones, aparentemente ligeras, conformando una suerte de extendido y variado curso de apreciación del género anglosajón que luego traspasó las fronteras del idioma español.

En días pasados, falleció Alfredo Escalante e, independientemente de la concepción existencial que tuvo del género, la cual intentamos aún comprender, nos trasladó la noticia a los viejos instantes en los que festejábamos andar en un carro, como a las tres de la tarde, para que la casualidad nos permitiera escucharlo en la 97.7 FM (La Emisora Cultural de Caracas, meritoria y de tan injusta como criminal desaparición), rodado luego a las cinco pm y, más adelante, diez pm. Hubo episodios de un rápido apagado, en los que exageraba con The Beatles o el Queen, como deidades, al igual que otros luminosos que nos reportaban sendos descubrimientos, como aquella vez que nos presentó, en los noventa, no lo olvidamos,  a The Gathering, cuya voz - Anneke van Giersbergen – y  banda - Agua de Annique – ha quedado para referenciarnos de vez en cuando con el ocio.

La Música que Sacudió al Mundo, constituyó toda una marca radial que tuvo un breve tránsito por  televisión, cuando los videoclips apenas agenciaban la vida cotidiana de los jóvenes. Grupos como  Power Age y Arkángel  de lado, los cuales publicitaba hasta el hastío, entendidos el heavy metal y el hard rock como razones vitales, el programa no tenía la magia que su sola sonoridad garantizaba.

Alfredo hablaba con absoluta naturalidad y, estereotipado,  confesó - en una ocasión al periodista que lo entrevistó -  su gusto por la salsa brava, algo que tampoco sospecha el grueso de  los radioyentes de clase media respecto a César Miguel Rondón. Tiempos idos y tiempos en curso, se ha marchado Escalante con su música a otra parte, por lo que le pedimos que, por favor, suba un poco más el volumen.

@LuisBarraganJ


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