México, Las mujeres al poder
Escrito por Georgette Schuessler y Abrahan Clavero T.   
Lunes, 02 de Octubre de 2023 00:00

altEl país azteca ha dado un paso histórico, al escoger los principales grupos políticos dos candidatas con suficientes méritos para ocupar la primera magistratura.

Las posibilidades que un “outsider”, puede disputarles a Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez el privilegio de ser la primera mujer que dirija los destinos del país son un tanto remotas. Ambas, egresadas de la Universidad Autónoma de México (UNAM), en la década de los ochenta, sostiene posiciones progresistas en programas que favorecen las prestaciones sociales y el derecho al aborto. 

Esta lucha sin precedentes entre dos mujeres coloca a México en el centro de las cuestiones feministas en América Latina, que se han movilizado para conseguir conquistas importantes y que representan el 52% de la población. La mayoría de ellas, estará en el centro de la campaña electoral que se avecina, catalogada de las más reñidas y significativas de los últimos años. 

Cabe destacar, que el poder electoral mexicano está compuesto por varias instituciones, incluyendo el Instituto Nacional Electoral (INE), encargado de organizar las elecciones federales y locales, mientras que los tribunales electorales se centran en resolver las controversias que surjan en este ámbito. Es un sistema mixto, que combina diversos elementos electorales, eligiendo tanto representantes por mayoría relativa como por representación proporcional.

La elección presidencial, cada seis años, se desarrolla en una sola ronda electoral, y el presidente es elegido por mayoría relativa. Desde el momento que los partidos registran a sus candidatos, se inicia extraoficialmente la campaña, con miras a que promuevan sus ideas y programas de gobierno.

México es un caso muy particular, caracterizado por un alto grado de machismo, exaltado siempre los valores de la cultura del charro, los mariachis, el tequila, todos ellos sinónimos del predominio del hombre, que durante muchas décadas constituyeron la carta de presentación de la cinematografía mexicana. 

Es evidente que todavía, en muchas sociedades, las mujeres no alcanzan un lugar preponderante en la toma de decisiones y continúan relegadas en el ámbito político, bajo el mito del aparente desinterés de participar en el poder público. 

La ubicación tradicional de las mujeres en los espacios privados y domésticos, desvalorizados socialmente, ha obstaculizado su ingreso a las actividades en los espacios públicos. La política, como expresión paradigmática de dichos espacios, ha sido monopolizada por el sector masculino.

Estos obstáculos han sido destacados en múltiples trabajos, en estudios, así como en los testimonios que recogen las vivencias y experiencias de las protagonistas. Al respecto cabe mencionar la tesis de grado de Georgette Schuessler (2023) “La Desigualdad de Género en México dentro del Entorno Sociopolítico en el periodo 2018-2022.”, donde se encuentra plasmado los avances que ha tenido el país azteca respecto a la desigualdad de género y se centra de manera muy específica en cómo ha evolucionado el rol de la mujer dentro de la política mexicana. 

Las redes sociales han desempeñado un papel de primer orden, permitiéndoles potenciar el poder en diversos ámbitos. Sin lugar a duda, es una práctica innovadora que resulta una alternativa viable para contribuir a modificar la situación de las mujeres que actúan en espacios públicos. Son instrumentos eficaces para iniciativas colectivas, para conjuntar y potenciar esfuerzos, visibilizar sus actuaciones y propuestas, circular información, además de apoyar el ejercicio del poder de las mujeres en el mundo político. 

De manera progresiva, la sociedad internacional ha visto el empoderamiento de las mujeres a partir de la segunda mitad del siglo XX, llevando a cabo responsabilidades políticas y/o técnicas en diversos ámbitos, y llegando a disputar posiciones que fueron durante mucho tiempo coto privado del sector masculino. 

En el transcurso de la historia, un conjunto de mujeres debieron asumir responsabilidades, en situaciones controversiales, de Jefes de Estado o de Gobierno. El desempeño de Golda Meyer, Margaret Thatcher, Indira Gandhi y Corazón Aquino, por citar algunos ejemplos, han quedado para la posteridad.    

También es significativo el hecho que países de mayoría musulmana han sido gobernados por insignes mujeres: la Primera Ministra pakistaní Benazir Bhutto (1988 - 1990) y (1993 – 1996), quien cursó estudios en las universidades de Oxford y Harvard. Khaled Zia Primera Ministra de Bangladesh (1991 – 1996) y (2001 – 2006). En 1991, Tansu Ciller Primera Ministra de Turquía (1993 – 1996) y Megawati Sukarnoputri Presidente de Indonesia (2001 – 2004).

América Latina ha contado con un total de trece mujeres al frente de la primera magistratura, comenzando con la nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997) quien llegó al poder liderando la coalición Unión Nacional Opositora contra el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Daniel Ortega.

También destacan, Michel Bachelet (2006-2010/2014-2018), Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), Dilma Rousseff (2011-2016), María Estela Martínez de Perón (1974-1976), y Xiomara Castro electa el año pasado. Jeanine Añez (2019-2020), actualmente detenida, asumió la presidencia de Bolivia de manera interina luego de la renuncia de Evo Morales (2019). Fue la segunda mujer que ejerció dicho cargo en Bolivia, después de Lidia Gueiler Tejada (1979-1980). 

México ha contado, en el transcurso de su historia, con 6 candidatas en distintas contiendas electorales: Rosario Ibarra de Piedra (1982 y 1988), Cecilia Soto y Marcela Lombardo (1994), Patricia Mercado (2006), Josefina Vázquez Mota (2012) y Margarita Zavala (2018). Ibarra de Piedra, Soto, Lombardo y Mercado se habían postulado con ideales de izquierda; mientras que Vázquez y Zavala representaban posiciones de derecha. 

Al analizar la situación actual, con miras a las elecciones del 2 de junio de 2024, tanto el partido oficial Morena, de Andrés Manuel López Obrador, como el Frente Amplio de México integrado por el Pan (Partido de Acción Nacional), el PRI y el PRD favorecieron las candidaturas de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez respectivamente. Esta escogencia significa, que salvo un hecho imprevisto, una mujer ocupará,  por primera vez, la Residencia Oficial de los Pinos en los 200 años de vida republicana mexicana. 

Sus orígenes son diametralmente opuestos. Sheinbaum nieta de judíos, de Ciudad de México, (24/07/1962), egresada de la UNAM con el título de física, y posteriormente el grado de ingeniería energética. Se desempeñó en el cargo de Secretaria de Ambiente en el Gabinete de Manuel López Obrador. En 2015, fue la primera mujer electa como Jefa Delegacional en Tlalpan y en julio de 2018 se convirtió en la primera jefa de gobierno de la Ciudad de México. Tras su anuncio como candidata del oficialismo, Sheinbaum manifestó: “México ha cambiado, hoy tenemos un país con menos pobreza, hoy tenemos un país con menos desigualdad. “no hay tiempo que perder, seguiremos trabajando. . . y habrá una presidenta”. 

Su desarrollo político se produjo en los círculos académicos capitalinos de la izquierda, específicamente en 1989 cuando formó parte del Consejo Estudiantil Universitario (CEU). Además, fue fundadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD) junto a su ex esposo, Carlos Ímaz Gispert, pero su trasfondo tecnocrático contrasta con el populismo de López Obrador, aunque ambos apoyan una mayor intervención estatal en la economía.

Morena y sus aliados, el Partido del Trabajo y el Partido Verde, escogieron a Claudia Sheinbaum entre seis contendientes, para que participara en una consulta realizada entre 12.500 electores. Los resultados de esta elección interna, condujo a acusaciones de fraude por parte de Marcelo Ebrard, exministro de Relaciones Exteriores quien ha amenazado con abandonar el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Sheinbaum se presenta como la heredera de la “cuarta transformación”, marca registrada por AMLO para identificar su gobierno. Durante la aceptación de la candidatura recordó los cambios traídos por el presidente y su lealtad hacia él: “vivimos en un país con menos pobreza, con menos desigualdades, donde 30 millones de familias reciben ayuda del gobierno.” Ahora queda por encarnar un nuevo proyecto y un partido sin su máximo líder. 

Los analistas destacan que posee un perfil muy institucional, con una imagen rigurosa y seria, con la experiencia de haber presidido el Gobierno de Ciudad de México, pero sin carisma político. Su gran desafío es romper con el “obradorismo”, el legado del presidente desde 2018, para tratar de captar aquellos sectores de la población que están decepcionados con su gobierno. Se le considera una persona rigurosa e innovadora. En Ciudad de México creó nuevas líneas de transporte público, amplió la producción de energía verde y abrió más centros sociales y culturales. 

Por su parte Gálvez, originaria de Tepatepec, (Hidalgo) (22/02/1963) de padres indígenas, con raíces otomíes. Senadora, ingeniera y empresaria. Especializada en robótica, inteligencia artificial, edificios inteligentes, sustentabilidad y ahorro de energía. 

Con su escogencia, el Frente Amplio de México quiere mostrar una imagen unida, para tener la mejor posibilidad de derrocar a Morena. El rostro de Gálvez, poco conocido, simboliza también el cambio que este frente quiere lanzar. Su lenguaje coloquial pretende ser popular y se le reconoce por tener un gran dominio de la palabra. 

Empresaria del año (1994 y 1995), obtuvo el premio Zazil de la fundación Sé Líder, en el área social y humanitaria, en reconocimiento al “Compromiso con los Demás". Se desempeñó como directora de Teleinformática. ​ 

En 1995 crear la fundación Porvenir, dedicada a combatir problemas de desnutrición infantil y contribuir al desarrollo económico entre mujeres de zonas indígenas en los estados de Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y Veracruz. ​Luiz Inácio Lula da Silva la invitó al foro social de Porto Alegre. ​

El World Economic Forum de Davos (Suiza), le otorgó el reconocimiento de ser una de las “100 líderes globales del futuro del mundo" (1999) y la revista Business Week (2000) la nombró “una de los 25 Latin America 's New Business Elite”.

Se ha desempeñado como Comisionada Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígena (2003 - 2006) en la presidencia de Vicente Fox. Posteriormente (2010) se presentó a la  candidatura de la gobernación de Hidalgo, y en el 2015 fue elegida como jefa delegacional de Miguel Hidalgo (2015 – 2018). En ese periodo se destacó al poner en marcha múltiples proyectos para generar ahorros destinados al ámbito social y servicios urbanos.

​En el Senado preside la Comisión de Asuntos Indígenas, Secretaría de la Comisión de Anticorrupción, Transparencia y Participación Ciudadana e integrante de las siguientes comisiones: Zonas Metropolitanas y Movilidad, Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático Energía, Reforma Agraria y de la Comisión Especial para el seguimiento para la implementación, en México, de la Agenda 2030.

​Ha sido una de las oponentes más duras a las reformas del Presidente AMLO, aunque favorece la iniciativa para que los programas sociales queden contemplados en la Constitución.

Es contraria a la reforma energética que privilegia las energías contaminantes en lugar de promover las energías limpias. También se opuso a la reforma electoral, por considerarla un retroceso democrático al facilitar elecciones fraudulentas y una autoridad electoral débil, bautizando así a la iniciativa como el “Jurassic Plan” que permitiría el regreso de viejas figuras políticas.

​El 27 de junio de 2023, anunció que buscaría la presidencia bajo el lema: “México merece más”, manifestando en su designación que “respetaré a las mujeres porque lo soy, defenderé sus vidas como si fueran mías”. También expresó que “creo que ya es necesario que las mujeres sobresalgan en la política y que seamos gobernados por una mujer”.

Sin embargo, la coalición que la respalda tiene su talón de Aquiles debido a las posiciones ultraconservadoras del PAN y al desgaste PRI que ha perdido un significativo apoyo popular a consecuencia de su pasado corrupto. Le corresponderá entonces tratar de levantar el ánimo de muchos mexicanos por medio de su diatriba político. En este sentido, su perfil diverso, tratando de no identificarse ideológicamente del todo con los partidos que la apoyan, puede jugar a su favor.

Es un hecho, que la carrera presidencial podría verse sacudida por la posible aparición de un tercer candidato. Es el caso del ex canciller Marcelo Ebrard, descontento con la escogencia de Sheinbaum. Los analistas han especulado durante meses sobre su posible ruptura con Morena para unirse al Movimiento Ciudadano, partido que aún no ha elegido candidato.

Se rumorea, de igual manera, en los círculos políticos mexicanos, la posible candidatura de Samuel García (35 años), gobernador de Nuevo León (2022), aupada entre bambalinas por el propio presidente. Militante del partido Movimiento Ciudadano, abogado, financiero, y licenciado en Derecho y Finanzas por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

Ocupó el cargo de Senador (2018 - 2020), antes de ser candidato a la gubernatura de Nuevo León, destacándose por su liderazgo durante la pandemia del COVID-19, aunado a una visión ambiciosa en proyectos de infraestructura. 

Como candidato presidencial, García pudiera constituirse en un oponente de envergadura, específicamente para Xochitl Galvez, gracias a contar con una perspectiva más fresca con respecto a la política y por sus logros en la gobernación de Nuevo León. 

En líneas generales, se considera que el ganador de las elecciones presidenciales heredará una economía estable con salarios en aumento y una pobreza récord. Los candidatos se esforzarán por demostrar cómo pueden ayudar a capitalizar plenamente la inversión de las empresas que se diversifican en diferentes áreas de la economía nacional.

El próximo presidente también deberá enfrentar el dilema de mantener las políticas de Andrés Manuel López Obrador, quien empoderó a los militares y a las empresas estatales, pero al mismo tiempo debilitó a las instituciones estatales, puso en ejecución mayores programas sociales y llevó a cabo una retórica política divisiva. 

Una vez en el cargo, la ganadora tendrá que afrontar la falta de margen de maniobra fiscal y tratar de recuperar el control territorial que mantiene el crimen organizado.

Diversos analistas son de la opinión, respecto a las candidatas, que “una representa la continuidad, y la otra, la crítica a ese proyecto”.

Se augura, que la campaña se desarrollará en medio de una creciente guerra contra los carteles de las drogas, el cúmulo de inmigrantes de diversas partes del mundo buscando llegar a la frontera con Estados Unidos y la cantidad de personas asesinadas por los grupos ligados a la droga, así como docenas de candidatos de nivel inferior ajusticiados en los dos últimos procesos electorales.

Claudio Lomnitz, profesor de la Universidad de Columbia, considera que “el próximo presidente lo va a pasar mucho más difícil que López Obrador”, agregando que “si bien Gálvez es el candidato más carismático, Sheinbaum se beneficiaría de la maquinaria política de Morena”. 

Es evidente que, bajo López Obrador, el acuerdo de libre comercio de con Estados Unidos y Canadá (TLCAN-1994) contribuyó a impulsar la industrialización de gran parte de la economía. No obstante, ha enfrentado presiones de Washington debido al comercio y el suministro de fentanilo de los cárteles de la droga, que es la principal causa de muerte de muchos jóvenes estadounidenses. Algunos congresistas republicanos han propuesto una intervención militar en México contra los narcotraficantes.

Claudia Sheinbaum es de la opinión que México debería tener una relación de iguales en lugar de “sumisión” con Estados Unidos, el socio comercial y de seguridad más importante del país.

Por el contrario, Luis Rubio, analista político de México Evalúa considera que Xóchitl Gálvez, buscaría formas de aprovechar que el futuro de México pase por una relación más estrecha con sus vecinos del norte.

En materia de inversiones, las candidatas también tienen visiones contrapuestas para atraer capitales extranjeros. Gálvez acusa al gobierno de López Obrador de ahuyentar a las empresas que buscan relocalizar sus operaciones más cerca de Estados Unidos con reglas poco claras.

Luego de haber pasado lo que se califica como el “momentum” de la escogencia de las candidatas presidenciales, una reciente encuesta realizada por el periódico Reforma mostró que Sheinbaum aventajaba a Gálvez por unos 17 puntos. Dicho margen los atribuyen los analistas, en gran medida, a los índices de aprobación popular, de 60 por ciento, a la gestión de López Obrador, gracias a los programas sociales y la retórica anticorrupción.

Es evidente que se hace necesario dar un margen mayor de tiempo para analizar la evolución del respaldo a ambas candidatas. A medida que se aproximen las elecciones, y en especial que se oficialice la campaña electoral, se podrá tener cifras más objetivas al respecto .

La campaña electoral arrancará oficialmente el 3 de marzo del próximo año. Sin embargo, tanto Sheinbaum como Gálvez han estado utilizando sus redes sociales para promoverse por medio de sus perfiles oficiales y visitas exploratorias e informales al interior del país, para fortalecer sus posiciones con miras de ir captando un mayor apoyo de los sectores más populares. 

En conclusión, la pregunta que se hacen muchos mexicanos es si el país está preparado para ser dirigido por una mujer. El duelo Sheinbaum-Gálvez marca un punto de inflexión en la vida política mexicana, dominada durante décadas por sus contrapartes. Esta contienda promete dar nueva vida a la situación de la mujer, en un país con índices alarmantes de feminicidios que sitúan a México en el segundo lugar, después de Brasil en América Latina, con 1015 en 2021 y 3754 el año siguiente. Entre el 2015 y 2022, 27133 mujeres y niñas fueron asesinadas.

Sin embargo, los logros de un fortísimo movimiento feminista, en el ámbito político y en la impartición de justicia en los últimos años son significativos, que demuestran la voluntad y la constancia de los sectores femeninos en la conquista de sus derechos. 

El desenlace de esta contienda electoral servirá para despejar muchas incógnitas respecto a si las instituciones políticas mexicanas se han adaptados al proceso modernizador en plena era de la globalización y continuar su evolución con una mujer al frente de la primera magistratura.     

 


 

 

 

 

 

 

 


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