La verdad que desde que la peste roja llegó a nuestro país hemos visto las vainas mas increíbles dentro de lo que pudiera catalogarse como el país de Alicia.

Resulta que para estas elecciones presidenciales que de acuerdo la Constitución Nacional deben realizarse en diciembre de este año, pero porque un señor guapetón de barrio un dia en la fraudulenta asamblea nacional constituyente sin dar ninguna explicación dijo que debían realizarse en abril e inmediatamente las cuatro mujeres del CNE salieron a convocarlas, pero como un grupo de payasos consideró que para ellos poder participar y avalar el fraude montado necesitaban un poco más de tiempo y fue cuando decidieron correrlas para el 20 de mayo. 

Cuando afirmamos que en esta Venezuela patas arribas se ven vainas insólitas, no estamos exagerando. El candidato del gobierno que al mismo tiempo es el presidente en funciones, dice que cuando lo elijan el 20 de mayo arreglará todos los males que el presidente en funciones ha ocasionado. Pero eso sí, afirma el candidato, que tienen que ayudarlo y salir masivamente a votar el domingo 20 de mayo. Es mas, ofrece incentivos para quienes tengan el carnet de la patria y salgan a votar. Porque la vaina es dando y dando. A una amiga de toda la vida que tiene el fulano carnet para recibir los bonos, le ofrecieron ocho millones para el lunes 21M, pero me dijo que no irá a votar.            

Cómo se puede creer en un tipo que habla de diálogo y de paz, pero al mismo tiempo desconoce las competencias constitucionales de la Asamblea Nacional que fue electa por más de 14 millones de venezolanos en elecciones libres y democráticas. 

Cómo se puede creer en un tipo que habla de paz y al mismo tiempo ordena caerle a palos a los hambrientos y enfermos cuando salen a protestar por comida y falta de medicinas en los hospitales. Un tipo que deliberadamente impide que las fórmulas lácteas lleguen a los recién nacidos, no puede ser un tipo pacífico.  

Cómo se puede creer en un tipo que dice querer a su pueblo y al mismo tiempo niega que entren alimentos y medicinas al país de forma humanitaria, con lo cual sigue propiciando que millones de personas sigan comiendo de la basura, los niños recién nacidos sigan muriendo por desnutrición porque los padres no pueden comprar las fórmulas lácteas por lo costosas que se han puesto por la inflación, o porque simplemente no se consiguen en los anaqueles de abastos y supermercados. O ver como miles de venezolanos están muriendo porque no dejan entrar al pais las medicinas que necesitan.

Cómo se puede creer en un tipo que mientras el país es azotado por enfermedades que fueron erradicadas hace más de 70 años por gobiernos anteriores, y que han regresado por culpa de una política sanitaria mal aplicada o porque se robaron los reales destinados para seguir controlándolas, y de forma perversa e inhumana dice que solo serán vacunados los niños cuyos padres presenten el carnet de la patria. Eso además de ser un caso de discriminación política, sin ninguna duda debe ser tratado y denunciado en la Corte Penal Internacional como crimen de lesa humanidad en contra de la población infantil.    

Qué confianza podemos tener en un tipo que dice creer en los procesos electorales, pero al mismo tiempo dice que no las realiza cuando cree que las va a perder, tal como ocurrió con el referendo revocatorio en 2016 donde hizo trampas para suspenderlo, pero que ahora con la trampa perfeccionada después de la amarga experiencia vivida el 6 de diciembre de 2015, ahora convoca elecciones presidenciales adelantadas sin ninguna garantía para los ciudadanos de elegir. Porque vamos a estar claros, no es lo mismo votar que elegir. Las dos son gemelas y hay que ejercerlas al mismo tiempo.  

Qué confianza puede generar un tipo que dice ser cristiano con un Cristo en la mano y al mismo tiempo arremete contra la Conferencia Episcopal Venezolana, máxima representación de la Iglesia Católica en el país. Igualmente como vimos durante los meses de abril, mayo, junio y julio, ordenó a la guardia nacional dispararle al pueblo con saldo de 130 muertos, miles de heridos y decenas de detenidos. O como acaba de ocurrir con las agresiones contra el preso político Gregory Sanabria, a quien le desfiguraron el rostro a golpes en las instalaciones del Sebin en el Helicoide. Esa vaina es simplemente la caricatura del otro YO del Dr. Merengue.

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