2024: radiografía de un año electoral (Tercera Parte) |
Escrito por Abrahan Clavero Toro | X: @Abrasof2320 |
Domingo, 14 de Abril de 2024 08:15 |
La Federación Rusa de Vladimir Putin, realizó votaciones presidenciales (15 al 17 de marzo) las cuales fueron anunciadas después de un nuevo aniversario de la denominada "operación especial en Ucrania". Putin, de 71 años, (Rusia Unida) ha gobernado, durante más de veinte años, con hermetismo y opacidad, desde que sucedió a Boris Yeltsin, y ejerció como Primer Ministro (2008 - 2012). Es el presidente ruso más longevo después de Josef Stalin. En 2020, Putin reformó la Constitución rusa, para ejercer dos mandatos de seis años cada uno, hasta el 2030. Sectores de la oposición califican estas elecciones como “un teatro fraudulento que favorecen al presidente”, percibido como una mera formalidad, ante una oposición que no tiene voz en Rusia, pero también como una especie de referéndum a su gobierno y la campaña militar en Ucrania. El entonces máximo líder de la oposición Alexéi Navalni, fallecido “repentinamente”, había pedido a sus compatriotas que votaran "a cualquier partido que no sea Putin". El exilio, la cárcel o la muerte son el destino de los opositores del régimen. En la Rusia de hoy, no hay quien le dispute el poder. Navaldi fue el último de sus contrarios fallecidos en circunstancias inexplicables entre los que sobresalen: el Jefe del Grupo Warner, Yevgeny Prigozhin (2023), el legislador liberal Serguéi Yushenkov, (2021), el diputado Vladímir Golovliov (2022), la periodista Anna Politkovskaya (2006), el ex Viceprimer Ministro Boris Nemtsov (2015), Alexander Litvinenko (2006), Boris Berezovksy (2013), Serguéi Skripal (2018) y su hija Yulia (solo envenenados) y Ravil Maganov (2022). ¿Quién será el próximo? Se habla de Vitali Robertus, Vicepresidente de la compañía rusa de petróleo y gas Lukoil. En estos recientes comicios, se enfrentó a tres candidatos calificados de simples comparsas: el nacionalista Leonid Slutski (Partido Liberal Democrático), Nikolai Jaritonov (Partido Comunista) quien está en favor de una “victoria en todos los frentes”, y el empresario Vladislav Davankov (Nuevo Partido Popular). Ninguno de estos aspirantes planteaba un desafío verdadero, debido a que dichas organizaciones políticas han apoyado las iniciativas legislativas de Rusia Unida, el partido de gobierno. No obstante, son fuerzas políticas reales, si se toma en cuenta que la derecha nacionalista tiene un peso político en Rusia al igual que el Partido Comunista, representando alrededor del 10% del electorado. Los analistas de la política rusa consideran que “cada candidato representó una ideología y una posición política interna completamente yuxtapuesta. Sirvieron, además, para canalizar el descontento de diversos sectores de la sociedad y dar un barniz pluralista al proceso, mientras que la verdadera oposición “ha sido completamente arrasada por años de represión”. A parte de “los candidatos comparsa”, hubo otros potenciales candidatos incluyendo a un legislador de la región de Moscú, Boris Nadezhdin, propuesto por el partido Iniciativa Cívica. Se le conoce como "candidato de la paz", ya que pidió abiertamente que se pusiera fin a la "operación militar especial". Sin embargo, la Comisión Electoral decidió descartarlo por presuntas irregularidades en más de 100 mil firmas de apoyo. De igual manera, la comisión se negó registrar a Ekaterina Duntsova, la denominada “candidata de la paz", quien en noviembre acaparó la atención mediática como "la mujer que desafía a Putin" Como era previsible, Putin obtuvo el 87,76 % de los votos escrutados, considerado como el resultado “más alto jamás registrado en la historia postsoviética Rusia”, muy por encima del 76,69% logrado en 2018. Por su parte, la oposición tolerada por el régimen, quedó bastante rezagada: Jaritonov (4,6%), Davankov 4,2% y Slutski 3%. Según informaciones oficiales, la participación ciudadana estuvo por encima del 73,33 %, de un total de 114 millones de votantes, y el sufragio en línea alcanzó el 90%. De esta manera, Putin logró su objetivo más anhelado de una alta participación, a fin de presentar su victoria como totalmente legitima, ante las serias críticas que las consideraron fraudulentas y amañadas, y nada apegadas a los principios democráticos, utilizando todas las vías para coaccionar el voto. El último día de las elecciones, se llevaron a cabo una serie de manifestaciones pacíficas, denominadas “Mediodía contra Putin”, revestidas de un gran simbolismo, incluyendo visitas a la tumba de Navalny para emitir “un voto simbólico” a su favor. Las mismas fueron tildadas de ser realizadas por “extremistas peligrosos que buscan desestabilizar el país en nombre de Occidente”. Las fuerzas de seguridad arrestaron a más de 70 personas. Hasta ahora solo gobiernos autocráticos han felicitado a Putin por su triunfo “arrollador” en las elecciones, mientras que Estados Unidos y la UE han criticado los resultados calificándolos de anti democráticos. De igual manera tildaron de inaceptables la realización de elecciones en aquellos territorios ucranianos ocupados por Rusia. Cabe destacar que el descontento se extendió más allá de la Rusia actual incluyendo países del Cáucaso, y Asia Central, (Armenia, Azerbaiyán, Kazajistán y Kirguistán) que registraron una significativa participación electoral de ciudadanos rusos, quienes se apersonaron en las embajadas para expresar su descontento con el gobierno de Putin. De acuerdo con informaciones filtradas del comando de campaña del presidente ruso, se invirtieron cerca de 1.100 millones de dólares en estas elecciones, cuyo lema era reforzar el nacionalismo y la lealtad a la nación. La percepción de la sociedad rusa respecto al gobierno y a sus acciones en Ucrania, es una completa incógnita fuera de Rusia a pesar de los rumores de críticas internas en el Kremlin. Los partidarios del presidente defienden que cuenta con el apoyo popular, sin embargo, un sondeo del Fondo de Opinión Pública habla que solo el 8% respalda sus políticas. Las pocas protestas que tuvieron lugar en los primeros días de guerra terminaron con cientos de detenidos en una nación donde los derechos humanos brillan por su ausencia. Sin embargo, en los funerales de Navaldi, que tuvieron una significativa asistencia popular, se oyeron consignas de protestas contra el gobierno. Putin sigue reforzando su alianza con China frente a Occidente, mientras se acerca cada vez más a los países árabes y africanos. Eslovaquia realizó elecciones, el 6 de abril, para escoger al sucesor de Zuzana Caputova, la primera presidenta mujer del país, después de que decidiera no presentarse para un segundo periodo. Ella ha demandado al Primer Ministro Robert Fico por tildarla de "traidora" y de "agente estadounidense". Se comenta, que su decision fue a consecuencia de no disponer de la energía suficiente para continuar por otros cinco años, citando amenazas contra su familia en un período muy polarizado de la política eslovaca. El puesto de presidente tiene un carácter ceremonial, sin embargo, su capacidad para vetar leyes hará que el sexto jefe de estado de Eslovaquia, luego de la disolución pacífica de Checoslovaquia en 1993, tenga un papel clave. Alrededor de 4,4 millones de electores fueron convocados a estos comicios en un pais golpeado por la inflación y la emigración de sectores jóvenes calificados. La contienda electoral se dirimió entre el socialdemócrata Peter Pellegrini, de 48 años, actual Presidente del Parlamento, apoyado por el Gobierno de coalición con posiciones cercanas a Rusia y Hungría, y el diplomático Ivan Korcok, 60 años, ex Ministro Relaciones Exteriores, respaldado por la oposición liberal y europeísta que defiende ayudar militarmente a Ucrania. De acuerdo con el conteo oficial, la victoria ha correspondido a Peter Pellegrini, con el 53 % de los votos frente al 46 % Ivan Korcok, escrutado el 99 % de los votos. De esta manera, Eslovaquia se afianza en la vía del populismo prorruso, con la victoria de Pellegrini, aliado del Primer Ministro Robert Fico. La segunda vuelta de estos comicios se caracterizó por una reñida contienda entre los candidatos antes mencionados debido a sus posiciones ideológicas. En la primera vuelta, realizadas a finales de marzo, Korcok obtuvo 42,5 % de respaldo, mientras que Pellegrini alcanzaba el 37% y Stefan Harabin, de la extrema derecha, solo obtuvo el 12%. El Primer Ministro Fico ha sido objeto de constantes manifestaciones de protestas debido a una serie de acciones contra las ONG, su programa para desmontar el estado de derecho, y en la búsqueda de “chivos expiatorios” de las minorías. Estas elecciones han tomado relevancia debido a que se convirtieron en un duelo entre Rusia y Occidente. Eslovaquia, con 97 kilómetros de frontera con Ucrania, mantuvo la línea del máximo apoyo humanitario y militar a Kiev hasta la victoria de Fico en las elecciones parlamentarias de octubre del año pasado. La nueva coalición surgida de esa victoria entre el populismo izquierdista del Primer Ministro, el socialdemócrata Hlas, el partido de Pellegrini, y la ultraderecha se sumó a las posiciones contrarias a Ucrania del húngaro Viktor Orbán, el más poderoso aliado de Vladímir Putin entre los socios del bloque comunitario y de la OTAN. En el caso de Venezuela, la Administración de Maduro se hizo esperar hasta la saciedad, presentando un cronograma electoral que viola las normas fundamentales, de carácter internacional, de una elección ajustada a derecho. La programación incluye diversas etapas destinadas a entorpecer el proceso tanto para la inscripción de los candidatos, así como de los nuevos votantes en el registro electoral, incluida la diáspora venezolana. La escogencia de la fecha del acto de votación, 28 de julio, tiene toda una connotación partidista. No fue una sorpresa este anuncio tan esperado, ya que siempre se consideró que el objetivo del gobierno, al retrasar dicha información, era acorralar a la verdadera oposición, dejándola sin margen de tiempo suficiente para encarar las elecciones. A esto hay que agregar la publicación de la inhabilitación de MCM y de otros políticos, junto con la autorización a 35 partidos para postular candidatos y la invalidación de 16 tarjetas electorales. Además, el proceso de inscripción en el exterior sufrió de un retardo significativo bajo la eterna excusa del bloqueo económico. Las inscripciones de Manuel Rosales y de Edmundo González más la inhabilitación de Corina Yonis han generado mucha polémica e incertidumbre entre la oposición, que es precisamente lo que el Gobierno actual desea, destinado a desanimar a los sectores que se han ido convenciendo de participar en la cita electoral. El gobierno enfrenta una compleja situación derivada de la violación del acuerdo de Barbado, las recientes detenciones de importantes críticos a su gobierno, las amenazas de reimposición de sanciones por parte de Washington y el desempeño económico del país con una inflación galopante. El cierra de la oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, solo ha servido para que arrecien las críticas contra el gobierno. A toda esta situación hay que agregar los comunicados emitidos por las Cancillerías de Colombia y Brasil que manifestaron de forma clara sus críticas a un proceso electoral viciado y restringido. A pesar de la campaña de desprestigio contra MCM, quien, con su movilización por todo el país denunciando al régimen, ha logrado un apoyo popular relevante y presentándose como la figura, que, en caso de ser inhabilitada definitivamente, podrá levantarle la mano al candidato de su preferencia. Se podría decir que MCM enfrenta una situación similar a la líder de la oposición en Ruanda, Victoire Ingabire Umuhoza donde el gobierno del Presidente Paul Kagame le ha impedido participar en las últimas dos elecciones. Uruguay, una de las democracias mejor calificadas de la región, tiene estipulado elecciones presidenciales el 27 de octubre, previendo una segunda vuelta el 30 de noviembre, en caso que ninguno de los candidatos supere el 50%. El nuevo presidente asumirá el 1 de marzo de 2025. Las nominaciones presidenciales se despejarán, después que los partidos escojan a sus candidatos en las primarias internas convocadas para el 30 de junio. Los sondeos de intención de voto dan a la coalición de izquierda, Frente Amplio, una leve ventaja para recuperar el poder frente a los partidos que integran el Gobierno de Luis Lacalle Pou (Partido Nacional), a quien la Constitución prohíbe la reelección inmediata. Según el informe de la Usina de Percepción Ciudadana, la intención de voto se distribuiría de la siguiente manera: 45% al Frente Amplio (FA), 27% al Partido Nacional (PN), 5% al Partido Colorado (PC) y 3% a Cabildo Abierto (CA), 8% votaría en blanco y un 7% de votantes indecisos. Con respecto a los candidatos, el 43% considera que Yamandú Orsi, Intendente de Canelones, uno de los precandidatos del FA, entre los favoritos. El 18% se inclina por Álvaro Delgado, Secretario de Presidencia y precandidato del PN, y 15% mencionó a Carolina Cosse Intendente de Montevideo y precandidata del FA. Más rezagados aparece en cuarto lugar, con 2%, el Senador y líder de CA, Guido Manini Ríos; también con 2% la Vicepresidenta Beatriz Argimón, quien ya definió que no será precandidata por el PN, y la economista Laura Raffo, quien competirá en las primarias del PN. Luego, con un 1%, figuran el ex Ministro de Salud Pública Daniel Salinas (CA), el Senador Jorge Gandini (PN), el Senador Mario Bergara (FA) y el Intendente de Salto, Andrés Lima (FA). Ante la evolución de la agenda electoral en America Latina, el panorama luce más complicado para el oficialismo en Panamá y Uruguay, e incierto en Venezuela, que incluye además comicios municipales en Brasil y Chile en octubre. Todos estos procesos modificarán el mapa de poder en la región. Protestas como las que hubo recientemente en Panamá contra un acuerdo minero y en Méjico por las acciones de AMLO, así como las manifestaciones en Argentina reflejan un alto descontento popular en el sub continente. En el Reino Unido, las elecciones podrían llevarse a cabo en la segunda mitad del presente año, tal como lo manifestó el Primer Ministro Rishi Sunak. La ley establece elecciones cada cinco años, razón por la cual estas deberían celebrarse hacia finales de 2024. El retraso se debe a que el partido Conservador, (los Tories), tiene una desventaja de alrededor del 20% frente al partido Laborista, y en consecuencia Sunak está alargando su realización para buscar un mejoramiento de la economía. Sin embargo, los últimos informes señalan que el Reino se encamina a una recepción técnica, lo que afecta las proyecciones oficiales de un crecimiento de la economía cuyo PIB ha caído desde finales de 2023. Solo un milagro o un hecho inaudito podría impedir una derrota aplastante de los conservadores. Según las más recientes encuestas los Tories vería reducido su representación en el Parlamento entre 95 y 150 escaños. Es significativo el hecho que 66 diputados han anunciado que no se presentarán a la reelección y tratarán de reubicarse en el sector privado. Luego de tanto tiempo en el poder no pueden culpar a nadie de todos los males que afectan al pais desde la crisis financiera, pasando por el Brexit, la recesión democrática, el autoritarismo, la inmigración, la bomba demográfica, la globalización neoliberal, el estancamiento económico, la debilidad del Estado y el vértigo geopolítico por las guerras Ucrania y Gaza. La oposición liderada por Keir Starmer, se vislumbra como favorito para esas elecciones generales, luego de catorce años de gobierno conservador. Sus importantes avances en las elecciones municipales son un claro indicio que obtendría, según las proyecciones, 119 escaños más que en 2019 al recuperar la confianza de los votantes bajo el lema “ahora podemos cambiar nuestro país”. Según las proyecciones, la duda despejar es la magnitud de esa mayoría en la cita electoral. Esta situación se confirma con los recientes triunfos del partido Laborista en elecciones parciales en varias circunscripciones que reflejan el vuelco a favor de la izquierda. Por el contrario, los conservadores experimentan, a su vez, un notable retroceso, en estos comicios parciales que se traducen en un severo golpe para Rishi Sunak, que hace frente a sus primeros comicios generales desde que fuera nombrado Primer Ministro en octubre de 2022. Sunak ha lamentado las derrotas sufridas, pero insiste que “aún es pronto, pero yo voy a seguir cumpliendo con las prioridades de la gente: reducir la inflación, hacer crecer la economía, rebajar la deuda, recortar las listas de espera en servicios públicos y detener la llegada de barcos con inmigrantes ilegales". Un factor que ha entrado en la campaña electoral ha sido el antisemitismo. A causa de esta situación, el líder del Laborismo, decidió suspender a dos candidatos de su partido por propagar una teoría de la conspiración antisemita en un reciente acto electoral, insistiendo que todos los candidatos deben representar los objetivos y valores del laborismo. Un aspecto interesante a citar en este proceso, se refiere a ciertas especulaciones que apuntan a la posibilidad que el partido Conservador pueda cambiar de líder antes de realizarse las próximas elecciones. Se habla de que se estaría valorando la salida de Rishi Sunak para ser reemplazado por Penny Mordaunt, Presidenta de la Cámara de los Comunes, Presidenta del Consejo, y ex Ministra de la Defensa. En esta situación, pudieran influir los continuos rechazos en la Cámara de los Comunes de la controvertida ley de inmigración y las derrotas que han sufrido el partido en diversas contiendas electorales locales. Puede que Mordaunt no evite lo que se considera un posible “sunami” en las elecciones generales, pero al menos podría atenuar los daños colaterales de esta derrota. En su contra se esgrime no haber tenido éxito en dos oportunidades en las primarias de su partido. Dentro de los procesos electorales, el de Estados Unidos (5 de noviembre) es considerado el más trascendental, vislumbrándose complejo y polarizado, al convertirse en un acontecimiento destacado en la escena mundial, en medio de los conflictos en Ucrania y la Franja de Gaza. El esperado duelo entre el Presidente Joe Biden (40%) y el expresidente Donald Trump (60%), será el punto culminante de este año electoral, una repetición del enfrentamiento de 2020, que llevó a Joe Biden a la Casa Blanca. El índice de aprobación de Biden está considerado el más bajo desde la Segunda Guerra Mundial, y se encuentra rezagado en siete estados considerados claves, según una encuesta realizada por el Wall Street Journal. A meses de esta convocatoria, el electorado permanece dividido entre dos contendientes que tiene sus pros y sus contras, y que incluye varios procesos judiciales contra Trump, que lo pudieran afectar, significativamente, en la carrera presidencial, no obstante contar con respaldos importantes de sectores derechistas de todas las tendencias. El primer juicio penal conocido como Stormy Daniels tuvo lugar el 25 de marzo. Otro de los más relevantes es el proceso de Washington, por su presunta participación en la insurrección de fines de 2020 y principios de 2021, al tratar de alterar el traspaso de mando y los resultados de las elecciones de forma consciente y deliberada. A estos procedimientos judiciales, hay que agregar la multa impuesta a la Organización Trump, por un juez de Nueva York, de más de 400 millones de dólares por fraude durante una década a bancos y aseguradoras inhabilitándolo a él y a sus hijos a desempeñar cualquier cargo en empresas públicas y en su imperio inmobiliario. Finalmente pudo lograr una rebaja significativa de la fianza (US$175 millones), mientras apela a una sentencia por fraude inmobiliario en su contra. Sin embargo, la Justicia rechazo el pasado 4 de abril su petición de desestimar los cargos penales en dos casos en su contra: la supuesta interferencia electoral luego de la derrota en 2020 en Georgia y por retener archivos clasificados tras el fin de su mandato. Al momento de decidir si Trump participó en esa insurrección y si la Sección 3 de la Decimocuarta Enmienda es aplicable a los Presidentes, la Corte Suprema tendrá que considerar si está dispuesta a correr el riesgo de erosionar todavía más el apoyo de la opinión pública. Dentro de esta situación, tres jueces del Tribunal Apelaciones de Washington fallaron en una sentencia, señalando que no es inmune legalmente por los actos cometidos. Son tiempos difíciles para Estados Unidos, y para una Corte que enfrenta cada vez más sospechas de conflictos de intereses y sumisión a la política. De acuerdo con un análisis del New York Time “la Corte Suprema ha perdido la confianza del público y hay dudas sobre su legitimidad, y pronto tendrá que enfrentar un caso tan trascendental y doloroso como el de Bush vs Gore”. Por su parte, la situación no es más alentadora para el Presidente Biden que atraviesa sus peores momentos, con constantes críticas debido a su avanzada edad. Pese a las drásticas medidas económicas de gasto público y una política calificada de trumpista en diversos aspectos, Biden no ha podido convencer del todo que la situación en general ha mejorado. Las encuestas señalan que está perdiendo apoyo entre jóvenes y ciudadanos de color, su base de 2020. Voces influyentes son partidarias de su renuncie o, al menos, considerar un cambio en la vicepresidencia, debido a que Kamala Harris ha sido una total decepción. Esta posibilidad está completamente descartada a escasos siete meses de las elecciones. Le corresponderá al propio presidente defender su mandato tal como lo demostró en el discurso del Estado de la Unión (7 de marzo), que sirvió para mejor un tanto su imagen pública. Ahora mismo se habla que figuras de la talla de los ex Expresidente Obama y Clinton están realizando campañas para contrarrestar el extremismo de Trump. En materia de política exterior prevalecen situaciones que le restarían votos decisivos a consecuencia de su respaldo, casi incondicional, al gobierno del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu en la acción bélica contra el pueblo palestino en Gaza; la decisión de los republicanos de restringir la ayuda a Ucrania y toda la problemática de las olas de inmigrantes a las puertas de la frontera sur. Este es el motivo por el cual Biden ha sido más contundente frente al Primer Ministro israelí luego del incidente que causa la muerte de siete colaboradores humanitarios pertenecientes al grupo al World Central Kitchen. Además, pudo obtener la apertura del paso fronterizo de Erez para la ayuda alimentaria, y el retiro táctico de parte del ejercito israelí en el sur de Gaza. El tema de los inmigrantes se ha convertido en un asunto relevante de la campaña presidencial, con ambos contrincantes haciendo acto de presencia en puntos diversos de la frontera sur; Biden en Brownsville (Texas) y Trump, en el Eagle Pass a 500 kilómetros de distancia. También influirán en los resultados electorales temas que incluyen la economía, el aborto, la inseguridad, y los riesgos para la democracia. El pasado 6 de enero, a tres años del asalto al Capitolio, el Presidente Biden, en un acto simbólico, inició a su campaña electoral en Pensilvania señalando que las elecciones de noviembre serán una batalla para salvar la democracia de la amenaza de Donald Trump que ha llegado a decir que si gana será “dictador” por un día. Es evidente, que Trump será el candidato de los republicanos después de derrotar contundentemente, primero al gobernador Ron DeSantis y luego a Nikki Haley quien decidió retirarse a consecuencia de los desastrosos resultados del Súper Martes (6 de marzo), pero dejando bien claro que no apoyaría la candidatura del ex presidente, como si lo hizo DeSantis. Un aspecto aun por despejarse dentro del campo republicano es la escogencia de una figura para la vicepresidencia. Destacados líderes conservadores y personas influyentes se manifestaron al respecto. Esta escogencia adquiere importancia si se toma en consideración que de ganar Donald Trump en noviembre, no es elegible para postularse para un tercer mandato, por lo que el vice será el favorito para ser el candidato presidencial republicano en 2028. Entre las opciones para ese cargo prevalecieron los nombres del Gobernador de Florida, Ron DeSantis y del senador por Carolina del Sur Tim Scott. Ambos apoyan abiertamente a Trump, sin embargo, la relación del ex presidente con estos dos potenciales compañeros de fórmula es distinta. Apenas anunció su lanzamiento, Trump felicitó a Scott y le dio la bienvenida a la carrera primaria presidencial republicana. En fecha reciente ha comenzado a mencionarse la candidatura del senador Marcos Rubio, aunque no se descarta la escogencia de un “outsider”. Se considera que una victoria de Trump ahondará aún más la polarización de la sociedad estadounidense, en especial si lleva a cabo la “purga” en las instituciones federales, además de poder perdonarse todos los procesos que tiene en curso una facultad presidencial que no existe en otras democracias. Podría cambiar, así mismo, muchas cosas, incluyendo un paso atrás en la lucha contra el cambio climático, y al apoyo a Ucrania. Las relaciones con la UE podrían estar marcadas por mayores aranceles y otras restricciones a la importación o exportación, y un mayor endurecimiento hacia China. En todo caso, la política exterior de Washington, ya sea hacia China, Rusia y Ucrania, o hacia Israel, por ejemplo, se está viendo muy influenciada por la política interna y la necesidad de atraer un gran número de electores indecisos. La proliferación de crisis internacionales añade un grado adicional de incertidumbre, mientras sus rivales, desde Beijing hasta Moscú, asisten con interés a la grave situación que atraviesa la democracia estadounidense. La reciente declaración de Trump, en las que incitó a Rusia “a hacer lo que demonio quiera con cualquier país que no gaste lo suficiente en defensa” han sido catalogadas de incendiarias, causando la reacción en ambos lados del Atlántico, calificadas de irresponsables, independientemente que reflejen un clima electoral polarizado. Como señalaría un analista “no fue un buen día para la OTAN y todavía no es presidente”. En fin, hay quienes opinan que Trump será la peor pesadilla de 2024. Todavía queda un largo camino por recorrer y muchos acontecimientos pueden inclinar la balanza en favor o en contra de sus aspiraciones presidenciales. Un dato interesante a considerar es la reciente encuesta de Gallup, que señala que solo un 28% de los ciudadanos están satisfecho con el modo en que está funcionando la democracia norteamericana. El 7 de diciembre, Ghana acudirá a las urnas, en una contienda califica de muy reñida entre el gobernante Nuevo Partido Patriótico (PNP), que designó al actual Vicepresidente, Mahamadu Bawumia, tecnócrata, economista y banquero. Sus iniciativas bajo el gobierno de Akufo-Addo, incluye un importante impulso hacia la digitalización. La economía de Ghana, golpeada tanto por la guerra como por la pandemia está mostrando signos de recuperación: el crecimiento del PIB superó las expectativas de los analistas y la inflación comenzó a retroceder. Si esto continúa, la posición de Bawumia se fortalecerá frente al electorado. Bajo la presidencia de Nana Akufo-Addo, Ghana ha sido un elemento fundamental contra la inestabilidad y el caos que ha asolado África Occidental y el Sahel. Por su parte, la oposición, liderado por el Congreso Nacional Democrático, escogió a John Dramani Mahama, populista, ex presidente (2012 – 2017), educado en Moscú, y quien dio prioridad a las relaciones con Irán y otros Estados no alineados. Recientemente afirmó que la invasión rusa de Ucrania no tuvo ninguna influencia en la economía de Ghana a pesar del impacto directo causado por la guerra en los precios del combustible y del trigo. También refutó a Kristalina Georgieva Directora del FMI, quien atribuyó la debilitada situación económica al Covid-19 y el conflicto entre Rusia y Ucrania. El desarrollo de la política interna, previa a las elecciones presidenciales, ha servido para traer a colación que el gobierno de Mahama, fue objeto de numerosas acusaciones de corrupción incluyendo a Airbus, que resultó en una multa récord de £ 3 mil millones por un tribunal de Londres después de admitir que había pagado enormes sobornos para obtener contratos en varios países. Acusado, además, de otorgar contratos sobrevalorados, y al mismo tiempo un acuerdo de turbinas eléctricas estimadas en 350 millones de dólares. El entonces presidente también admitió haber recibido un vehículo Ford como regalo de una empresa constructora que se postuló para un importante contrato gubernamental. Los hechos y las cifras han servido para comprobar que la inestabilidad en esa región de África tiene ramificaciones directas para la UE. Durante la pandemia, el número de barcos que cruzaron el Mediterráneo con inmigrantes de diversos países africanos se incrementó rápidamente. Los datos de la Matriz de Seguimiento de Desplazamientos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registraron más de 246 mil llegadas ilegales (2023) muchos de ellos procedentes de Guinea. Este proceso de inmigración ilegal permanente, se sentirá profundamente en diversas ciudades de la UE. Dentro de los comicios electorales que aún no tiene fecha para su realización en este año electoral, destacan países importantes en el Magreth, como es el caso Argelia, república semi presidencialista. Con una superficie de más de 2millones de km², el más extenso del continente africano, y el noveno más poblado (45 millones), detrás de Nigeria, Egipto, Etiopía, República Democrática del Congo, Sudáfrica, Tanzania, Kenia, Uganda y Sudán. En la estructura política argelina, sobresale el Frente de Liberación Nacional (FLN), que, junto a su brazo militar, el Ejército de Liberación Nacional, fueron baluartes fundamentales para la independencia en 1962. El FLN ha gobernado al país instaurando un régimen de partido único hasta 1989, año en el que la nueva constitución permitió un sistema multipartidista. En la actualidad, el FLN mantiene su hegemonía dentro de la escena política argelina con posturas que apuntan hacia el liberalismo económico. Los diversos movimientos de protesta y huelga han influido para que el Presidente Abdelmajid Tebboune, comience a tomar una serie de medidas como parte de su agenda electoral. Su objetivo es seguir al frente de la jefatura del Estado y para ello trabaja a fin de allanar el camino de la reelección. Tebboune quiere aumentar la cifra de participación respecto a los comicios de 2019, que se redujo a menos del 40%, además del importante número de votos nulos, aproximadamente un millón, percibido como una actitud de protesta contra el régimen. Para lograr estos fines, el mandatario argelino ha impulsado ciertas acciones en el ámbito social: ha anunciado una subida de salarios, la reducción de impuestos y el otorgamiento de un subsidio por desempleo que beneficia a cerca de dos millones de personas. Tebboune se comprometió recientemente a “prestar atención a los distintos grupos sociales” para poder “asegurar una vida digna para todos”. Además, otras iniciativas pasan por “enriquecer el proyecto de ley para la protección y conservación de los bienes inmuebles del Estado, y revisar la ley de construcción”. Hasta ahora, la única alternativa opositora la representa Zubida Assul, ex jueza y abogada feminista, que preside, desde 2012, el partido de centro Unión por el Cambio y el Progreso. Aspira aglutinar a las fuerzas opositoras y a los movimientos populares del Hirak que ha realizado una serie de protestas pacíficas significativas en los últimos años, considerado como el más relevante para Argelia desde la independencia. Assul participó en el Consejo de Transición que tuvo por objetivo cerrar las heridas de la guerra civil argelina de los años noventa. También hay que mencionar que en el 2018 intervino en la creación de un movimiento para impedir el quinto mandato del entonces Presidente Bouteflika. Assul plantea una diversificación de la economía independiente de los hidrocarburos y que la prioridad debe concentrarse en la creación de empresas con la ayuda de la UE, que servirá para crear millones de puestos de trabajo para una población que se encuentra con graves problemas económicos. Según sus declaraciones su objetivo es “defender el estado de derecho, la independencia de la justicia y las libertadas individuales y colectivas” En otro pais del Meagher, se presente un caso similar: Túnez, donde el presidente Kais Said ha realizado una verdadera purga política contra sus opositores, incluyendo la clausura del Parlamento (2021). Su objetivo primordial es revalidar su mandato este año en ausencia de una alternativa válida de la oposición, mientras continúa gobernando por decreto. Gran cantidad de disidentes han sido detenidos desde el año pasado, bajo la acusación de atentar contra la seguridad del estado. Entre los privados de libertad se encuentran Rachid Ganuchi, ex presidente del Parlamento y líder del movimiento islamista Ennahda, considerado de los más importantes del país, arrestado desde abril de 2023, al igual que Jayam Turki dirigente del partido social demócrata Ettakatol. El Comité de Defensa de los Dirigentes Políticos Detenidos, califican estas acciones destinadas a amordazar la oposición mediante pruebas ficticias y a través de una justicia carente de independencia. En Mali, un sin número de organizaciones y partidos políticos han emitido un comunicado para exigirle a la Junta Militar la celebración de elecciones, luego de haber concluido, el pasado 26 de marzo, el denominado periodo de transición de 24 meses establecidos en 2022 para restaurar la democracia. Los militares en el poder incumplieron la promesa de realizar elecciones en febrero pasado, y hasta ahora no se ha publicado una nueva fecha, generado mucha incertidumbre entre la población. La Junta Militar de Mali presidida por el Coronel Assimi Goita, bajo el nombre de “Comité Nacional para la Salvación del Pueblo”, tiene por objetivo, desde su instauración, de liderar una transición y convocar nuevas elecciones para reemplazar el gobierno de Ibrahim Keita. Sin embargo, el 11 de abril, la Junta Militar prohibió la cobertura mediática de los partidos políticos un día después de suspender sus actividades, en lo que se ha considerado como la última medida de represión en este pais de África Occidental, alegando que es necesaria para mantener el orden público. Reporteros sin Fronteras denunció la prohibición como una “medida de censura que forma parte del continuo amordazamiento de la información” bajo la junta. Aparte de las elecciones programadas, no se descarta que en otros países se pueden realizar comicios debido a diversas circunstancias. Es el caso de Israel donde Benjamín Netanyahu solo se mantiene en el poder por la crisis bélica en la Franja de Gaza. El gobierno provisional es consiente, que la mayoría del pueblo israelí desea no solo elegir a un nuevo gobernante, sino también solicitar responsabilidades por los acontecimientos del 7 de octubre. Netanyahu se aferrará a su política de destrucción Hamas como la única tabla de salvación que le permitiría sobrevivir luego de concluido el conflicto. En una reciente conferencia de Múnich de la UE se llegó a la conclusión que “tiene un interés personal en evitar que el conflicto se calme, porque ello eliminaría la situación de emergencia que le garantizaría seguir en el poder”. Es evidente el distanciamiento reciente que ha surgido, en fecha reciente, entre su gobierno y la Administración del Presidente Biden. Dentro del gobierno actual provisional se han manifestado voces, entre las que destaca Benny Gantz, quien siempre ha sido muy crítico de las posiciones del Primer Ministro, en favor de elecciones, especialmente ahora luego de los recientes asesinatos de los funcionarios humanitarios que han llevado a acrecentar las críticas de la comunidad internacional que reclama la apertura de un verdadero canal humanitario en Gaza y la búsqueda de una vía pacífica para acabar con el conflicto actual. De igual manera, debido a la profunda crisis política por la que atraviesa España, es imprescindible referirse a las recientes elecciones autonómicas para el Parlamento de Galicia, que han servido para reafirmar la posición del Partido Popular de Alberto Núñez Feijoo, que ha puesto freno al modelo pluralista planteado por Pedro Sánchez, acuciado por los socios independentistas. Otras autonomías, el Pais Vasco (21 de abril) y Cataluña (12 de mayo) tendrán elecciones legislativas que serán decisivas en el proceso político por el que atraviesa el Reino. Por el contrario, las elecciones legislativas realizadas en la República Islámica de Irán, en fecha reciente, despertaron poco entusiasmo (41%) entre más de 61 millones de personas llamadas a elegir los 290 escaños del Parlamento y los 88 miembros de la Asamblea de Expertos, un órgano clave encargado de designar al líder supremo. Fueron las primeras elecciones desde las masivas protestas desencadenadas (2022), por la muerte en la joven Mahsa Amini. También estos comicios llegaron en un momento de dificultades económicas por la elevada inflación, las sanciones estadounidenses contra Teherán y en plena tensión geopolítica por la guerra entre Israel y Hamás. Las elecciones municipales turcas, efectuadas el 31 de marzo, significaron una derrota contundente para el partido de gobierno Justicia y Desarrollo (AKP) del Presidente Recep Erdogan que perdió las principales ciudades del pais (Estambul, Ankara e Izmir), así como regiones claves (Anatolia y del mar Negro). Estos comicios fueron calificados de una especie de plebiscito entre el mandatario y los partidos de oposición y fue su primera derrota en 22 años de su gobierno, quien consideró que “esto no es el final para nosotros, es un punto de inflexión”. Sus resultados han sido interpretados de “voto castigo” contra las políticas del gobierno y la crisis inflacionaria que afecta el pais. “La economía y los jubilados han sentenciado los resultados” han señalado sectores cercanos al gobierno. En los últimos años la gestión económica ha enfrentado un continuo cambio de políticas debido al empeño de Erdogan de llevar un control minucioso de hasta el último detalle. Los resultados no han sido para nada positivos y el pais enfrenta una inflación significativa de alrededor del 67%. El límite de la pobreza se sitúa tres veces por encima del salario mínimo, mientras que las pensiones no se han actualizado. No se debe descartar, además, la reacción de grandes grupos afectados por el terremoto (7/02/23) que se sintieron abandonados y que causó graves daños humanos y materiales a alrededor de 14 millones de personas (50 mil fallecidos) y destruyendo más de 850 mil viviendas en la zona limítrofe con Siria. El Partido Republicano del Pueblo (CHP), social demócrata, principal partido de oposición celebró especialmente el triunfo en Estambul, donde el alcalde Ekrem Imamoglu fue relecto con más del 50% de los votos. Esta victoria lo podría catapultar en las próximas elecciones presidenciales. Otro triunfador en estas elecciones fue el partido pro-kurdo DEM que obtuvo 10 provincias del pais, dos más que en el 2019. El 7 de abril tuvieron lugar en Polonia las elecciones municipales y provinciales resultando en un triunfo, con un 51,9%, en esta primera ronda, para los partidos de la coalición del Primer Ministro Donald Tusk. Por su parte, el ultraconservador partido Ley y Justicia (PiS) obtuvo un 33,7%. Unos 30 millones de polacos fueron convocados para elegir a alcaldes, concejales, asambleas provinciales. La segunda ronda se realizará el 21 de abril. La coalición del Presidente Tusk, quien fue elegido en diciembre del año pasado consiguió 10 de las 16 asambleas provinciales, mientras que el resto quedaron en manos de PiS. Los analistas consideran que el gobierno de Tusk enfrenta dificultades debido a la diversidad ideológica, desde la izquierda al centro derecha, de las diferentes agrupaciones que conforman su gobierno, lo que ha influido para que muchos polacos critiquen la lentitud de los cambios prometidos. Lo más significativo es que el actual gobierno ha podido lograr que la UE descongelara 137 mil millones de euros a causa de la vulneración del Estado de derecho durante el gobierno anterior. Corea del Sur llevó a cabo elecciones legislativas el 10 de abril, para escoger a los 300 representantes al Parlamento. Esta cita electoral ha sido considerada como un voto de confianza al igual que una especie plebiscito contra el Presidente Yoon Suk Yeol, con un índice de popularidad de alrededor del 30%, que ha revertido muchas de las políticas de su predecesor centroizquierdista, Mun Jae-in, incluido el deshielo con Corea del Norte. Yoon asumió la presidencia en 2022 y desde entonces ha tenido que enfrentar un parlamento controlado por la oposición progresista que ha limitado sus iniciativas políticas. La mayoría de los partidos concentraron sus últimas iniciativas de campaña electoral en los distritos más disputados de Seúl y, según varios analistas políticos, los 48 distritos electorales de la capital tuvieron una influencia decisiva en el resultado global de la consulta. En el parlamento unicameral, 254 escaños se asignarán mediante un sistema de votación mayoritaria uninominal, mientras que los 46 escaños restantes se distribuirán mediante un sistema de representación proporcional, basado en el total de votos recibidos por cada partido. De acuerdo con los resultados finales de esta elección, el Partido Democrático, (PD), de centro izquierda, consiguió renovar su mayoría en el Parlamento, junto con su aliado la Alianza Democrática Unida, que obtuvieron 176 escaños, 20 más que hace cuatro años. Por su parte, el conservador Partido del Poder Popular (PPP) de Yoon alcanzó solamente 109 escaños, cinco menos que en 2020, junto con su aliado el Partido del Futuro Popular. Ante esta situación, el Primer Ministro de Corea Han Duck-soo y su gabinete presentaron su renuncia. A consecuencia de los resultados, el partido de gobierno (PPP) al no obtener mayoría parlamentaria, deberá enfrentar una complicada situación para poder realizar su agenda, y al mismo tiempo se intensificarán las divergencias con la oposición. Se considera que el tono de la campaña en estas elecciones dejó mucho que desean, ya que no hubo debate político de fondo, siendo reemplazo por acusaciones y discursos de odio y desinformación. En conclusión, como se ha visto a lo largo de este artículo, muchas votaciones se han visto empañada por no ser ni libres ni justas, y esta tendencia se mantendrá, en el resto de 2024, en otros procesos políticos en diversos países. Se han pospuesto algunas; se ha impedido a ciertos partidos participar libremente en los comicios; se han cambiado las normas constitucionales para favorecer a ciertos candidatos; se han levantado sentencias judiciales para que los beneficiados puedan participar; se ha observado el poder del ejército en estos procesos y se han invalidados candidatos para que las elecciones sean más a la medida del gobierno. Una potencia como Estados Unidos, no es inmune a esta situación, con un candidato amenazando con apoyar la intervención de otro mandatario en Europa, quien a su vez ha lanzado una especie de “edicto” de búsqueda y captura contra la Primer Ministro de Estonia, Kaja Kallas, a lo que hay que agregar el “repentino” fallecimiento de Alexei Navaldi en su sitio de reclusión. Las manipulaciones en países como El Salvador, Senegal, Pakistan, la misma Indonesia e inclusive en Venezuela son un ejemplo claro de la postura teocrática de muchos gobernantes de aferrarse al poder, apelando a todos sus privilegios y a diversas normas a fin de darle un cariz democrático a sus acciones, pero violando, sin lugar a dudas, el libre juego democrático. No hay duda, que 2024 deparará un conjunto de modificaciones en el desempeño de la democracia en el mundo. Muchos indicadores, como los publicados por Freedom House, muestran un retroceso, en países importantes que incluyen Hungría, India, y Estados Unidos. Aun así, se espera que los resultados que arrojen las urnas no conduzcan a procesos traumáticos. Tales ejercicios de democracia admiten implícitamente que, en el mundo moderno los votos del pueblo son la única fuente universalmente reconocida de legitimidad política. Este principio, es un logro de muchos siglos de esfuerzos que en este año de las elecciones ya se está poniendo a prueba. Es evidente, que el capitalismo democrático está en crisis. Cualquier solución debe comenzar centrándose en restaurar la confianza popular en los sistemas democráticos. Es inminente, para defender la democracia, favorecer un crecimiento económico más justo, controlar la corrupción y frenar el poder excesivo de las grandes empresas. Como ha argumentado el economista Simón Johnson, esto no sólo ayudará a reducir la desigualdad y sentar las bases de una prosperidad compartida; también demostrará que las instituciones democráticas funcionan, asegurando que esta crisis del capitalismo democrático no signifique el fin de la democracia. Ante esta situación, es oportuno hacerle un seguimiento a acontecimientos como la reciente Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), creada en 1974, y cuyos objetivos es defender los principios a la vida, la libertad y el derecho a la propiedad. Si bien es cierto, está enfocado principalmente en la política interna de Estados Unidos, en el 50 aniversario, la CPAC buscó internacionalizarse contando con intervenciones de figuras emergentes del neoconservadurismo hispanohablante como los Presidentes Nayib Bukele, Javier Milei, y el líder de Vox, Santiago Abascal. También expusieron sus puntos de vista la ex Primera Ministra británica, Liz Truss, y el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido, Nigel Farage. El lema de CPAC es “Donde el globalismo va a morir”, ilustra el carácter del movimiento, cada más global y consolidado, la ultra derecha que clama contra “la deriva woke” (del inglés “wake up” despertar). El término está asociado a diferentes movimientos que luchan contra las injusticias sociales y que promueven una mayor inclusión, representación o diversidad en todos los ámbitos de la ONU y su agenda 2030. Niega la emergencia climática, sostiene que las mujeres trans son hombres, que equipara la inmigración con un invasor, que se alinea con las teorías conspirativas del gran reemplazo, que tiene entre sus objetivos a George Soros, que afirma que los impuestos son un robo, que el aborto es un asesino, y que sigue al pie de la letra el manual populista: distingue entre nosotros (el pueblo) y ellos (las elites globalistas, el Estado profundo, el malvado progresismo y sus políticas de identidad). La CPAC ha vaticinado, que el movimiento MAGA (Make America Great Again) va a gobernar a EE.UU. durante los próximos 50 años. De igual manera, hay que citar el artículo de Robin Harding, intitulado “A este año de lecciones le falta expertos en política”, en el que habla que estos comicios son de los más trascendentales de la historia moderna, aunque en muchos casos solo pareciera una contienda estudiantil. Reitera, además, que les faltan ideas, que están llenas de política sin política y un feroz debate sobre valores, pero ninguno sobre dirección”. En otra acotación menciona que las elecciones son una contienda general entre diferentes visiones de la sociedad, de ideas políticas sobre la nacionalidad, sobre el papel del Estado. Sin embargo, durante muchos años, los votantes esperaban que sus gobiernos tuvieran alguna idea de cómo hacer mejor las cosas, no solo más nacionalistas o más liberales, más de libre mercado o más de izquierda. Fue el desempeño de los expertos que llevaron al poder a Margara Thatcher y Ronald Reagan, e inclusive a Bill Clinton. Fueron los años de la apoteosis de los expertos, de los seminarios políticos en el seno del gobierno: de la denominada Tercera Vía, de cargos por congestión, de transferencia de recursos a la educación de los primeros años, y de la reforma de los servicios públicos. El subsecuente declive de los expertos se debió a sus propios errores. Las reformas centristas no fueron suficientes por si solas para satisfacer a un gran electorado, pero los fracasos que condujeron a la crisis financiera de 2008 y los subsecuentes rescates, diseñados por competentes tecnócratas, pero incomprensibles para el votante promedio hicieron estallar la idea de que los lideres competentes podían reformar sus caminos hacia un mundo mejor”. Como lo señala Moisés Naim en su nuevo libro “hoy la democracia está bajo ataque a nivel mundial, es una forma de gobierno en peligro de extinción. La acelerada crisis global actual y la necesidad de entenderla. Basándose en una frase de Ortega y Gasset señala “no sabemos los que nos pasa, y eso es precisamente lo que nos pasa”.
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