Comandante ignorante
Escrito por Juan Carlos Apitz   
Sábado, 21 de Mayo de 2011 10:11

altPara el filósofo y escritor español Fernando Savater, el populismo es la democracia de los ignorantes. Incluso, para las personas cultas la democracia es una forma de gobierno que genera esperanzas y una forma civilizada de vivir en sociedad. No obstante, es sustituida por el populismo que es una degradación destinada a los ignorantes.

Hoy muchos venezolanos están espantados por el fraude que significa la Gran Misión Vivienda Venezuela, aunque el comandante-presidente se ha engalanado en estos doce largos años de gobierno bolivariano del más inescrupuloso discurso populista, en el cual resaltan: a) El pueblo como uniformidad: El objetivo básico del discurso del gobernante es conformar a la población como una categoría uniforme: el pueblo. El grado de esa uniformidad denota una situación anterior socialmente precaria por parte de la gente que devendrá en pueblo; b) El pueblo ha sido objeto de una gran injusticia: En su discurso el gobernante declara que el pueblo ha sido objeto de una injusticia llevada a cabo por un enemigo poderoso, habitualmente extranjero y con cómplices nacionales. Con esa enunciación éste produce cuatro efectos: contribuir a la identidad pueblo-gobernante; que el pueblo tenga una idealización negativa intensa hacia el enemigo; que con un enemigo con alta idealización negativa el gobernante consiga que se refuerce su idealización positiva; y, por último, para lograr esa épica necesita de un apoyo incondicional del pueblo; c) La redistribución de la riqueza y no su producción: Lo propio de la idea de redistribuir en el discurso populista es que se la describe como condición suficiente para la solución de los problemas, soslayando la actividad de producir: cada uno es parte de un todo que debe recibir, pero ninguno es responsable de producir. Así, el desagravio a la injusticia sufrida consiste en que el gobernante sacará a los poderosos y dará a los pobres.

Otras notas de ese interminable discurso populista son: d) La euforia nacionalista: La nación se concibe, históricamente, como un largo proceso de reunión de formas menores como las tribus, las etnias o los sectores sociales opuestos entre sí; que busca amalgamar en un todo más inclusivo; e) Vínculo emocional gobernante-pueblo: El pueblo tiene una idealización positiva de su gobernante, forjando un vínculo que no es un contrato, sino un pacto: el gobernante debe dar sentido a la vida, proteger y proveer a cambio de lealtad; f) La excesiva retórica: Hay una trama novelada en la que todos los factores y vicisitudes son interpretables desde el maniqueísmo: un enemigo foráneo y poderoso que busca dañar la identidad nacional por un lado y el vínculo de idealización positiva gobernante-pueblo por otro; g) La cínica demagogia: El gobernante promete cualquier cosa pero incorpora pocos datos empíricos sobre su factibilidad.

En fin, ya decía Albert Einstein, que todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.

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