La Venezuela posible
Escrito por Enrique Pereira   
Viernes, 20 de Mayo de 2011 08:12

altNo tengo duda alguna. La Venezuela que soñamos es posible. Temprano esta mañana, la luz difuminada en el interior de las blancas carpas que llenan los espacios de la Plaza Altamira, lucía como un espectáculo no muy usual. En ordenada secuencia y uniformidad, esas carpas albergan un festival relativo a la lectura. La visual no tiene nada que envidiarle a una feria de artesanos en cualquier lugar del primer mundo. La Plaza Altamira está en el municipio Chacao.

Anoche, en la Plaza Los Palos Grandes, una plaza de unos mil metros cuadrados, concebida como un espacio de cultura y esparcimiento –también en Chacao- su alcalde le hablaba a un grupo de unas cien personas, asumo que residentes del municipio, acerca de los recientes eventos que relacionaron a la policía de Chacao con actos de violencia hacía unos detenidos. En simultáneo, madres paseaban niños, niños jugaban pelota y la fuente lanzaba chorros de agua en dirección al cielo. Esa plaza de muy interesante factura arquitectónica, desarrollada con granito natural, pareciere haber sido trasladada allí desde una capital europea.

El Alcalde hizo una referencia y un saludo a un grupo de unas cincuenta personas, que concentrados en un lado de la plaza hacían ejercicios. Su entrenador los colocó en un círculo y pidió que se presentaran los nuevos integrantes. Seis o siete de ellos dijeron su nombre y el lugar de donde provenían: San Martin, Antimano y La Candelaria. Me acerqué a conversar para conocer que son un  grupo de corredores, de diferentes lugares, que entrena en esa plaza un par de noches a la semana. Un verdadero encuentro vertical de la sociedad, en torno a una actividad común. Diferentes edades, culturas, niveles de ingreso y de de educación componen ese grupo que comparten un objetivo deportivo y un espacio común. No parecen estar muy preocupados por sus preferencias políticas.  Esa es la Venezuela posible, la Venezuela que todos soñamos. La Venezuela de unión, paz y armonía.

Un folleto en el sótano del estacionamiento, debajo de la Plaza, describe con detalle una cantidad de eventos de escala vecinal, en materia de espectáculos, lectura, música. Sentí una profunda envidia. Sana, pero envidia al fin. Ese municipio se las trae. Ahora puedo entender porque se ha convertido en un lugar inaccesible para los candidatos gubernamentales. Esa plaza se va a quedar pequeña en pocos meses, se los aseguro.

La experiencia que se vive en Chacao no la producen sólo sus habitantes. Chacao es un punto de convergencia de gente de toda la ciudad. Visite por un par de horas la Plaza Altamira, un domingo cualquiera, y comprenderá el valor de lo que afirmo. La diferencia en Chacao no la hacen los residentes o los visitantes, la hace un gobierno municipal que entiende claramente su función, y demuestra capacidad de gestionar un nivel de calidad de vida por encima del estándar nacional.

La Venezuela posible ya existe. Lo único que necesitamos es repetir este municipio en muchos lugares. El último tren para hacerla nuestra sale en las elecciones de dos mil doce.

@pereiralibre


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