Lídice, un nombre caraqueño nacido en la Segunda Guerra Mundial
Escrito por Carlos Balladares C. | X: @Profeballa   
Jueves, 26 de Mayo de 2022 00:00

altEl 27 de mayo de 1942 el SS-Obergruppenführer Reinhard Heydrich (director de la Oficina Principal de Seguridad del Reich [RSHA]

que concentraba todas las policías de la Alemania Nazi y Reichsprotektor de Bohemia y Moravia, mejor conocido por el pueblo como el “carnicero de Praga”) sufre un atentado en las calles de la capital Checa. La “Operación Antropoide” lograba su objetivo desde que fue planeada en octubre de 1941 por el Gobierno checoeslovaco en el exilio londinense con apoyo de la Special Operation Executive (SOE). Es el único alto jerarca del Tercer Reich que fue asesinado por la Resistencia en Europa en la Segunda Guerra Mundial (SGM). La razón probablemente se encuentre en las consecuencias que generó. 

Heydrich murió el 4 de junio debido a la infección de las heridas. La venganza nazi trajo como consecuencia el encarcelamiento de más de 13 mil personas y al asesinato de entre de tres y cinco mil checoeslovacos, entre ellos los habitantes del pequeño pueblo de Lidice (a 12 kilómetros del noroeste de Praga). Adolf Hitler ordenó asesinar y/o enviar a campos a todos los habitantes de dicha aldea (se fusiló ese día a todos los varones mayores de 14 años, y en los campos fallecerían 88 niños) para luego quemarla y destruir sus casas ¡qué su nombre desaparezca de la memoria! Pero los Aliados animaron a que varios pueblos del mundo lo asumieran, entre ellos se encuentra el conocido “barrio Lídice” de la parroquia la Pastora de Caracas. El mismo se inauguraría un año exacto después de la masacre el 10 de junio de 1943 con la presencia del Presidente de la República (general Isaías Medina Angarita) y un representante del gobierno checoeslovaco de Londres. Lamentablemente en este lugar no existe ninguna placa conmemorativa aunque un vecino (cronista) mantiene viva la memoria: don José Cheo Blanco. 

Existe abundante historiografía, literatura y cinematografía sobre el tema. Dos textos consultamos: Robert Gerwarth, 2013, Heydrich. El verdugo de Hitler y Callum MacDonald, 2011, The Assassination of Reinhard Heydrich; pero también hicimos un repaso del capítulo dedicado a Lidice en Jessica Rapson, 2017, Topographies of Suffering y la revisión de las obras generales. En lo que respecta a su reconstrucción cinematografía existen más de diez películas por no hablar de los documentales. La mejor es Anthropoid (2017) que fue dirigida por el británico Sean Ellis (también escribe el guión junto al antiguo asistente de Stankey Kubrick: Anthony Frewin). Es extremadamente violenta y cruda al mostrar las torturas para que los colaboradores hablaran cómo a la hora de capturar a los miembros de la Resistencia (¿acaso no fue así la realidad?). 

El relato en el filme se inicia con la llegada en paracaídas el 28 de diciembre de 1941 a un bosque cerca de Praga de los dos miembros de la resistencia: Jozef Gabčík (Cillian Murphy) y Jan Kubiš (Jamie Dornan). Se muestra la permanente duda en el movimiento de resistencia y el pueblo checo (Eslovaquia era un Estado títere) de matar o no a su cruel jefe de las arrogantes fuerzas de ocupación (¿no sería peor?), pero al final se decide llevar a cabo el atentado ante la fuerte represión que este había iniciado desde su llegada. La región era industrial y el Tercer Reich no podía seguir tolerando el saboteo del esfuerzo de guerra por parte de la Resistencia, por eso nombran a Heydrich para eliminarlos. El anhelo de los checos por realizar una acción de gran impacto, de mostrar a los Aliados que Checoeslovaquia existía; se unió a la estrategia (interpretación sostenida por varios historiadores) de estimular una venganza alemana que generara una toma de posesión tanto por los Aliados para que anularan los Acuerdo de Munich de 1938 como en la misma población. La realidad es que la retaliación de los nazis fue tan intensa que la Resistencia checa desapareció por lo menos en su territorio. 

El hecho alimentó la propaganda de ambos bandos. Los funerales y entierro por la Alemania Nazi se realizaron cómo si se tratara de un gran general y se le dio sepultara junto a los héroes militares prusianos. La prensa le dio amplia cobertura y también a las represalias. La idea era evitar que algo similar volviera a ocurrir y premiar el ejemplo de un despiadado asesino. En lo que respecta a los Aliados a menos de un año se estrenaron varias películas: en Estados Unidos: Hangmen also died! (1943) del famoso director del expresionismo alemán (Metrópolis, entre otras): Fritz Lang, que había salido del Tercer Reich cuando el ministro de propaganda Joseph Goebbels intentó cooptarlo después de prohibir una de sus obras en las que criticaba a Hitler (The Testamenf of Doctor Mabuse, 1932) y Hitler’s madman (1943) de Douglas Sirk (otro inmigrante alemán, aunque este huye porque su esposa es judía) y con el guión de Emil Ludwig (sí, otro alemán, que entre sus numerosas biografías escribió una de Simón Bolívar). En el Reino Unido el docudrama británico corto sobre la masacre en Lidice: The silent village (1943) de Humprey Jennings. Hay tres checas las cuales siempre resaltan la masacre: Men without wings (Bohumil Štěpánek, 1946) aunque trata de los hechos posteriores al asesinato, Atentát (Radoslav Brzobohatý, 1964) que sí narra la operación y Lidice (Petr Nikolaev, 2011).  

Los hechos de la SGM eran seguidos por la población venezolana y debatidos por sus líderes políticos e intelectuales. La intensa propaganda de los Aliados que buscaba denunciar el orden nazi, hizo que la masacre de Lidice sirviera como el más terrible ejemplo. Los primeros al tener todos los detalles fueron los periodistas; que en el caso de Maria Luisa Lloveras, Pedro Beroes y Kotepa Delgado del diario Últimas Noticias quisieron honrar a las víctimas proponiendo el nombre para una nueva urbanización obrera que crearía el gobierno. Los habitantes no estaban de acuerdo con el nombre original (“Quinta Villa Amelia”) relacionado con la casa que le había regalado el dictador (el general Juan Vicente Gómez) a la segunda mujer cuyos hijos reconoció como suyos: doña Dolores Amelia Núñez. De manera que el nombre nace en rechazo a otra tiranía. En Carora (estado Lara) también se nombró una avenida con este nombre y a muchas niñas se las bautizó como Lídice. Hitler, como todo autócrata hizo de la memoria otro campo de batalla ¡y también salió derrotado! 

La próxima semana, siguiendo con el 80 aniversario, analizaremos una Batalla decisiva: Midway. La misma posee una amplia historiografía, varias películas (la más reciente del año 2019) y un documental realizado a dos meses de los hechos por el gran John Ford. Ford estuvo en la isla cuando llegaron los bombarderos japoneses y sufrió heridas en medio de la filmación. Al año siguiente su trabajo ganaría un Óscar. Por esas cosas de la vida tengo un primo de nombre Heydrich y sé que su padre (tío abuelo mío) era germanófilo en tiempos de la SGM y posterior a ella. Un día me animé a preguntarle y me dijo que era el nombre del médico que atendió el parto ¡menos mal! La sombra del mal parece estar siempre cercana, escribimos con el firme anhelo de disiparla. 

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