Misión Humildad
Escrito por Juan Carlos Apitz   
Sábado, 04 de Junio de 2011 07:19

altEl moderno Prometeo de Sabaneta anunció, los primeros días de mayo, a través del canal presidencial que podría ser intervenido quirúrgicamente tras sufrir derrame de líquido en la rodilla izquierda. Luego aclaró que, "no requiere operación mi lesión (...) pero sin embargo estoy en tratamiento de rehabilitación". Aunque me temo que no ha entendido el significado de su dolencia y, por ende, tardará mucho en su recuperación.

En principio, es importante el significado de las enfermedades porque éstas son una forma de expresión de nuestro cuerpo. Todas nuestras emociones y pensamientos se registran en las células de nuestro cuerpo. Todas las experiencias que tenemos día a día. Por eso atraemos a nuestra vida los eventos, experiencias que vivimos.

Para la medicina holística es bien sabido el significado de un padecimiento en las rodillas; se trata de falta de humildad, arrogancia, obstinación y resistencia que hace que avancemos con sufrimiento, también significa conflicto, irritación mental que nos impide aceptar las cosas, sometimiento a nuestro ego. Para todo ello el mejor remedio es la humildad, de la que los políticos en decadencia carecen.

En efecto, el depuesto dictador tunecino Ben Alí está en coma y se muere en un hospital exclusivo de Arabia, donde sólo son tratados los miembros de la familia real saudí y sus amigos íntimos. Los médicos aseguran que se muere de una mezcla de rabia y miedo, de soberbia y terror, síntomas claros del mal que afecta a los políticos en el poder, descubierto y detallado por el neurólogo inglés David Owen en su obra En el poder y en la enfermedad, quien fue también ministro laborista de Sanidad y de Asuntos Exteriores británico.

A su vez, algunos rumores aseguran que Hosni Mubarak, el también depuesto dictador egipcio, se está desmoronando, víctima del terror, de la rabia y de una patológica ansia de venganza contra el pueblo que lo ha expulsado del poder. Gadafi, el dictador libio, acorralado por su pueblo, se comporta en su caída como una bestia sin control, como un enfermo mental peligroso.

La veracidad del anterior ensayo, editado el año pasado por Siruela en España, viene avalada por la condición de neurólogo de Owen. En su libro se analizan las enfermedades y desequilibrios de muy ilustres políticos -de Lincoln a De Gaulle, pasando por Churchill, Roosevelt, Nixon, Yeltsin y otros muchos-, en los que descubre algunas patologías graves que incapacitaban a muchos de ellos para gobernar. A éste se debe la descripción de un desequilibrio emocional que padecen algunos políticos, que el autor denomina síndrome de hybris, cuyos rasgos principales son que se emborrachan de poder, incurren en el iluminismo caudillista, son adulados por su entorno porque no soportan ser criticados, y se perciben a sí mismos como imprescindibles para evitar una debacle de la nación o del pueblo que dirigen. Los afectados por esta enfermedad del poder creen acertar en todas sus decisiones y disponer de conocimientos ilimitados, lo que les separa emocionalmente de la realidad en la que viven.

Precisamente, la humildad es aceptar la propia realidad, pero resulta difícil para muchos y particularmente para el político decadente, porque la soberbia se rebela cuando la realidad es fea o defectuosa para él. Aceptarse no es lo mismo que resignarse. Si se acepta con humildad un defecto, el error, las limitaciones, se sabe contra qué luchar y se vencerá.

En efecto, la rodilla es símbolo de la autoridad y de su poder social. Doblar las rodillas es hacer acto de humildad, pero hacer doblar las rodillas equivale a imponer nuestra voluntad. Arrodillarse es prosternarse, adorar. Plinio señalaba la índole religiosa de las rodillas, símbolo de potencia, poder y reciedumbre. Los antiguos griegos creían que los dioses, reunidos en consejo, tenían los destinos de los hombres y los dones que les reservaban, en sus rodillas. Nos lo recuerda Homero en el famoso verso de la Odisea: "Está sobre la rodilla de los dioses". Después, Goethe transforma el dicho heleno en la metáfora más surreal: "En las rodillas de mi corazón".

Ante el contagioso síndrome presidencial de hibrys, para curarse pronto, más que rodilla en tierra con su soberbia, el moderno Prometeo de Sabaneta debe lanzar ya la Misión Humildad.

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