Comenzaron temprano repartiendo amor del bueno. Las palabras de Capriles –lanzando su precandidatura- apenas se esfumaban en el viento, cuando las denuncias sobre la policía de Chacao movían el escenario noticioso. No puedo estar de acuerdo con la violencia policial venga de donde venga, pero este montaje lo tenían listo para usarlo. En paralelo un  grupo de universitarios denunciaba a Capriles Radonski por no sé qué motivos, mostrando unas pancartas en las que se sustituyó la “s” del apellido por una cruz esvástica nazi. Escarbarán debajo de las piedras para encontrar cualquier herramienta que les sirva para atacarlo. Favor que le hacen, diría un conocedor de la cuenta electoral.

Al precandidato le dieron una pre adjudicación de amor revolucionario del bueno.
Les hace daño leer las encuestas y los pone sumamente creativos. La campaña anti Capriles comenzó con fuerza. Desde todas las esquinas de la revolución, lo atacan sin piedad y escuchar los canales de comunicación del gobierno, no hace otra cosa que confirmar que para esta guerra usarán todas las municiones disponibles. Malo, muy malo, pues los que estamos de este lado de la baranda, cada día creemos menos en este amorcito que dicen profesar, pero que olvidan entregar. Estas formas de actuar ratifican lo que el gobierno es, no lo que dice ser.

El gobierno no entiende que nuestro candidato presidencial para las próximas elecciones no tiene nombre. El único nombre de nuestro candidato es el qué se maneja con las premisas de: conmigo los que buscan progreso y una nación unida sin diferencias.

Ese es el gran reto, mover a Venezuela a una plataforma que nos permita salir de esta corruptela militarista, de este socialismo destructivo que está acabando con el país, de esta mentira continuada que está haciendo que nuestros hijos busquen otros horizontes y también, con esta fantasía amorosa de una revolución armada, que reparte palos e insultos, al tiempo que habla de amor por el pueblo. Mentiras, trampas, ocultamientos y una tapadera incondicional para los que acaban con nuestras posibilidades de futuro.

Nuestro futuro tiene que pintarse en términos de progreso, en un verdadero plan que mueva a Venezuela a producir activamente, en un marco regulatorio que establezca una nueva forma de relacionarnos, sin esta cultura divisionista y violenta. Queremos dejar atrás el odio y entendernos de nuevo como una sociedad en busca de sus verdades. Basta ya de este chavismo que no ha logrado una mejora en ningún frente y ha agotado todos los recursos de la nación, los de hoy y los del futuro.

Capriles es un político joven e inteligente, exactamente lo que el país está buscando para salir de esta tortura y de este presidente que no hace otra cosa que vendernos socialismo y muerte.

@pereiralibre