El gesto circense tomó cauce con motivo del Día del Trabajador, al escenificarse un acto que fue de lanzamiento a destiempo de la candidatura presidencial de Hugo Chávez, con los reales del Estado.  El orador que lo precedió,  dijo asustada a la oposición, haciendo una cínica acrobacia verbal: el respeto escrupuloso de las normas electorales impiden lanzarlo, porque ya está lanzado!!!  Sin embargo, a la manipulación de las cifras laborales, podemos sumar un juego retórico no menos cínico.

El Comandante-Presidente, como gusta que lo llamen, señaló que en el capitalismo se vive muriendo, mientras que en el socialismo se vive viviendo, aunque las evidencias apuntan todo lo contrario. No hace mucho, en menos de ocho días, por ejemplo, fallecieron víctimas del hampa, un par de jóvenes estudiantes que bien emblematizan las terribles cifras que, por cierto, oculta o maquilla el gobierno nacional.

E, interpelando también al país que es víctima del chavezato, irrumpió la boda real londinense que copó la atención pública, distrayéndonos ante semejante tragedia.  Mientras la muerte sea ajena, no importa, se dirá y -  así - es posible que impunemente mienta el jefe del gobierno, del Estado, de la Fuerza Armada Nacional, del PUV, de la Hacienda Pública, de la bancada parlamentaria oficialista, de las relaciones internacionales, etc.

Impunidad que le permite celebrar el Día del Trabajador a pesar de ocasionar un índice inflacionario tan alto en el continente, siquitrillar el salario real, negar la libertad sindical, impedir la propia discusión de las contrataciones colectivas.  Por cierto, no sabe cómo excusarse con el caso del periodista Joaquín Pérez Becerra, ante sus mismísimos seguidores.

Está equivocado, aquí se vive muriendo. Excepto, los privilegiados del poder que viven de sus vivezas hasta el hartazgo.