Los mirones son de palo |
Escrito por Nicomedes Febres Luces |
Jueves, 16 de Noviembre de 2017 07:28 |
Cuando la gente me detiene en la calle y me pregunta toda angustiada ¿qué va a pasar aquí y hasta cuándo vamos a aguantar este desastre, o cuándo va la gente a explotar? Yo mismo me lo pregunto, y no puedo dar una respuesta cierta, incluso no creo que haya algún político sensato o un experto en conflictos sociales que tenga una respuesta suficiente. Esto que vivimos es un proceso inédito, desde lo que hace el gobierno hasta cómo responde la oposición. Es más, nunca ha sucedido en Venezuela donde, después de 18 años de despotismo, y haya emigrado el 10% de la población, todavía el régimen no se pueda sostener bien y dudo que haya un gobierno como este en la historia nacional con una perpetua inestabilidad política. Además, están las redes sociales como fenómeno inédito en ciencias políticas, y tan importante como la imprenta o la tele y la radio juntos, tampoco hay otro gobierno comunista en el hemisferio después de la caída del Muro de Berlín, porque Cuba es desde el tiempo de los dinosaurios, y está ahí ahí con Corea del Norte. Ni siquiera hay otra élite gobernante tan minúscula en nuestra historia que domine tanto a un país al que está enfrentada, y por allí debemos empezar a razonar. En época del general Guzmán Blanco se sucedió una revolución burguesa en Venezuela donde el propio dictador respaldó a una burguesía industrial y comercial muy reducida enfrentada a una oligarquía terrateniente partidaria de una economía agropecuaria exportadora y el país mejoró porque Guzmán no era izquierdista. Luego el general Gómez era como una monarquía pues monopolizó el sector agropecuario al ser el más grande latifundista de Venezuela, pero también el más grande industrial del país al tener el monopolio del beneficio de la carne en su red de mataderos, de la mantequilla con Lactuarios Maracay, la única fábrica de productos lácteos en el país, el casi monopolio del ramo textil con Textiles Maracay, además de gran parte de los ingenios azucareros, lo que le dio el monopolio de fabricación, distribución y venta de azúcar refinada, y a su muerte todo eso pasó a la nación. Además fue una transferencia que no fue traumática para el país y hecha durante el gobierno de López Contreras. Así mismo Gómez se dio directa o a través de personas interpuestas 20 de las primeras 23 concesiones petroleras. Así era la apropiación del Benemérito sobre el país. Luego, la propia industria petrolera le ha dado al gobierno de turno un poder desmesurado sobre la población y para no extenderme basta citar que el sector petrolero recibe el 97% del ingreso de divisas. Además, se rumora, porque no sé si hay estudios serios que verifiquen esos rumores, que parte de esta élite chavista ha ido comprando empresas de todo tipo, desde bancos hasta empresas de seguro, desde la industria atunera hasta otras industrias de fabricación de alimentos o empresas en manos obreras todas quebradas, incluso de medios de comunicación. Un sector industrial chavista que vive más de recibir dólares preferenciales que de producir bienes y servicios. Por otro lado está el monopolio del poder armado mediante el control de las fuerzas armadas que han sido en gran parte los mayores beneficiarios personales de esta tragedia por vía de la corrupción, por lo que de la correlación de fuerzas en el interior de esta institución depende mucho la evolución política posterior del país. De la ruptura y del deslinde dentro de esa institución depende también la forma de cambio que se debe hacer en Venezuela. Véase el caso con Mugabe. También de ese deslinde depende la modalidad de la intervención extranjera que puede llegar incluso a la intervención militar que creo no es la opción mejor considerada por los países amigos. Súmele a eso el narcotráfico y las reservas petroleras. Esos son los cuatro jugadores de la mesa de dominó donde se decide el futuro del país: los militares, la intervención exterior, el narcotráfico y la realidad petrolera. Todos los demás somos mirones de palo y perdónenme la franqueza. Las fotos del día son de la época de cuando todos nos halagaban porque teníamos petróleo y había una economía sana en los años 1940 y 1950. Dos avisos de productos internacionales de belleza femenina en la prensa de NY dedicados a las venezolanas, tal como las mujeres árabe hoy en día. Ahora olemos a mapurite.
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