Recientemente escuché un "voice" como se conocen ahora los audios, el cual hablaba de lo que significa ser venezolano.

Somos dicharacheros, alegres, bulliciosos, hiperbólicos, inteligentes, que hacemos un uso del lenguaje de Cervantes como nadie más puede, que de inmediato nos adaptamos a todo (por supuesto dadas nuestras especiales cualidades), y en sí, de los bendecidos que somos al hacernos Papa Dios unos seres geniales, además en una tierra bendecida.

Sí, los venezolanos somos geniales, tanto, que se equivocaron de país cuando inventaron la historia del genio de la botella. Pero como el genio, estamos atrapados. Y lo loco de esto es que genios y todo no podemos sacar el corcho que nos contiene atrapados. Justo aquí se respira profundo y se empieza a entender que ser genio tiene sus bemoles. ¿Cómo es eso que yo, genio, genial, no puedo salir de la botella? Verdad chico, no puedo.

Como en el cuento, los genios siempre necesitan ayuda de afuera. Aunque pudieras escoger decir, me auto-deseo tres deseos, el primero, ábrete corcho. Pero no es fácil ser genio, de hecho es muy difícil. Y quizá por ello se nos escapan las obviedades que aquellos no tan geniales sí pueden apreciar.

Por ejemplo aquellos venezolanos que siendo genérica y genéticamente geniales pero que descendemos de la rama Genio-Brutalis, sabemos que si luchas por Democracia, actúas en consecuencia, o te equivocaste de lucha. Por ejemplo, si pido Democracia es porque entiendo que la expresión máxima de esa doctrina es el voto, ¿cierto? Que me corrijan los de la rama Genios-Geniales.

También sabemos que pudieras no militar en partidos políticos y no gustarte los políticos y denostar de ellos y hasta con razón. Pero de alguna forma a través del corcho vemos que sin ellos tampoco se da la Democracia, al menos como la conocemos. Entendemos que por lo general se tienen adversarios en Democracia, pero que tal como ahora en Venezuela, estos pueden convertirse en enemigos jurados tuyos que han expresado una y otra vez borrarte del mapa, de una u otra forma. No nos han llevado a cámaras de gases aún, pero denle un tiempecito para que vean.

Pero el genio Venezolano con sus genialidades de siempre y tan dado a dar lecciones, escoge obviar quién lo aqueja, quién le robó y destruyó su país, quien le separó su familia, quién le evitó venir de afuera a estar los últimos días con su papá, mamá, abuela, hermano del alma. Se le olvidó que aquel que lo ve como enemigo y no como un venezolano más, lo desvistió hasta de su dignidad humana y tal cual esclavo lo vendió a Cuba.

Lo importante para el Genio-Genialis, a diferencia del Genio-Brutalis, es construir desde su taponada botella todo tipo de estrategias que le imposibilitan salir de ella como un auto-castigo inconsciente para su incapacidad de resolver el enigma de cómo siendo Genio no puede decir ábrete corcho y liberarse él mismo de su, en parte, auto-impuesta prisión.

Este domingo 15 el genio venezolano quedará plasmado en la forma en la cual sale a votar y a cumplir con su deber ciudadano, a menos de que tenga una de esas salidas geniales, y…

Después de todo y para aquellos que nos tienen envidia sepan que no es fácil ser genio, y genio venezolano, menos. 

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