Las arcas del Tesoro Nacional  han sufrido un doble “padecimiento  en razón de la corrupción y el despilfarro cuando no solo han sido saqueadas  para el enriquecimiento ilícito sino que además  en una comedia para  solucionar el flagelo  han gastado miles  de millones no ya de bolívares si no de dólares

 para supuestamente  corregir la falla  y detener las manos  de los amigos del contincoleo  administrativo. Si, improductivo para los venezolanos  se presenta el plantel  burochorocratico  en sus elites  más aun se percibe en la cúpula de quienes se entronizaron  en el diseño, organización y operaciones  del Control Fiscal.

En cada oportunidad cuando rechina  la sociedad de ira  por el uso y abuso desmedido  de los Fondos Públicos  surgen sistemas y medidas  cuyo costo siempre es enorme  pero por la urgencia de justifica  para acallar la protesta  de los honestos. La historia no lejana nos habla  de la descentralización del control para aligerar los procesos y facilitar la  instrucción de expedientes a los corruptos entonces surgieron  oficinas de auditorías, de Inspección, de Fiscalización, contralorías internas, revisores, etc. Para detener  la mano depredadora. Hasta concursos se hacen con ese cuento  donde el Ministro, Contralor General, y partido político son  en realidad los que al final  autorizan el ejercicio de un ganador  que no es necesariamente el más apto  tal cual  lo pudiera demostrar  la prueba o presentación ante un panel de  “conocedores”.

El dedo funciona hasta  en estos sagrados cargos  para la defensa de la Cosa Pública. Ningún alto ejecutivo  acepta un  crítico con criterio propio  porque sabe que su gestión  se convertiría en un “infierno” y no podría cumplir la meta de hacerse rico  sin problemas. Excepcionalmente uno que otro auditor y/ o contralor  se alza  cuando percibe poco del botín o por vergüenza pasa a  la honestidad activa  y al final  dada las condiciones de la  pro-corrupción floreciente y apoyada ,se arrepentirá  porque un corrupto herido  recurre a los más bajos instintos  y acusaran al osado de todo tipo de inmoralidades y delitos para destruirlo y silenciarlo. Así pues el parapeto  construido por años  no solo es oneroso sino cruel.

Ahora bien llegaron unos nuevos administradores bajo el “paraguas” revolucionario  pero siguen con viejos métodos tratando algunos de adecentar  la gestión pública pero todo ha resultado un fiasco por cuanto de hecho se han rodeado  de una  “antigua” burochorocracia muchas veces parte de esas mafias añejas para que  se reforzara aun más  la imbatible corrupción. Claro estas cosas no son teóricas, sino de carácter  práctico procedimental  y los llegados al Poder solo conocían el ABC político  para gobernar  y con unos Ingresos petroleros abundantes y con instructores de la llamada Cuarta Republica, sin la experiencia para detener a estos picarones  bien pronto se sumergieron en el excremento del Diablo cuya consecuencia satánica es la sinvergüencería y los resultados están a la vista de todos. Los veteranos de las  malas mañas  se consiguieron con unos inexpertos militares que como en Feria de pueblo les ponen las bolitas sobre la mesa y nunca adivinan cual es la colocada en la  posición correcta para recibir el premio  o simplemente se vieron ante una realidad tal  que con esos asesores tomaron el camino  de billete para  solventar  sus limitaciones economías  y  es lamentable tener que reconocer  que ,el “hombre nuevo” sucumbió ante  el buen guiso de la cocina socialista del Siglo XXI.

(*): Economista UCV 1972  

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