¿Es el venezolano un pueblo adormecido?
Escrito por Rafael Lara Guzmán   
Lunes, 22 de Junio de 2009 07:21
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Con poco menos de los hechos que estamos viviendo en Venezuela otros pueblos hubiesen reaccionado, exigiendo el respecto debido a propios y extraños, y en particular a los que gobiernan, que es harto dicho, son funcionarios electos o designados para servir al pueblo sin distingo alguno, con apego absoluto al ordenamiento jurídico vigente. Y por ello la interrogante que sirve de título a este artículo.

No es entendible como ante la flagrante violación de la Constitución y demás Leyes de la República, lo que implica una supresión de facto de derechos fundamentales inherentes a la condición de humano, en el país con escasas acciones, la gran mayoría permanece tranquila como si nada de lo que ocurre tuviese la menor importancia.

Morir en Venezuela producto de la violencia se ha convertido en algo cotidiano, prácticamente no existe diferencia entre un perro muerto en cualquiera de la calles o carreteras del país y un venezolano en cualquier sector; pero muy especialmente en los barrios y zonas con mayores necesidades, donde habita la mayoría de nuestros hermanos, y que según los que detentan el poder, son su prioridad, ¡HIPÓCRITAS!.

Nunca pensé que nuestro país pudiese emular a otras naciones en materia de confrontaciones fratricidas, tal como ocurre en el medio oriente, en África, u ocurrió en Centro América; mucho menos después de haber derrocado a la última dictadura, la de Pérez Jiménez. Jamás imaginé que nosotros nos veríamos en el abismo del oscurantismo, de la opresión, del oprobio, de la persecución, del encarcelamiento, del exilio, en fin de la pérdida de la República, es decir, del país y de su sistema de gobierno democrático que tanta sangre y sufrimiento nos costó.

La burla a la voluntad popular, a la soberanía del pueblo venezolano, no tiene parangón; me refiero a la que dijo NO, en el 2007, a la que eligió a otros gobernadores y alcaldes distintos a los del PSUV en el 2008; y esta falta de respeto acompañada con la destrucción de las Instituciones, con la perversión de todos los funcionarios públicos que las conforman, quienes se han apartado de la neutralidad e imparcialidad que los debe caracterizar, y ahora se han convertido en la tropa política del gobierno. Ellos, no obedecen a las leyes, sino a las líneas que emanan, de las instancias políticos-partidistas del gobierno, tal como ocurrió en la nefasta república alemana gobernada por el criminal Adolfo Hitler y su partido único nacionalsocialista.

La persecución y encarcelamiento de todo aquel que se oponga a las ideas de los que gobiernan, utilizando como arma a los encargados de la vindicta pública, trae necesariamente a nuestra mente a los juristas del horror que avalaron los más horrendos crímenes durante la permanencia de los fascistas alemanes, o nazis, como la humanidad los recuerda. Y ante el adormecimiento, es obligante recordar que la ignorancia, el olvido o el menosprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos; y que los derechos naturales e imprescriptibles del hombre son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.

Todo pueblo es el arquitecto de su propio destino.

 

Fuente: Diario Antorcha

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