Los venezolanos tenemos que darnos cuenta de que nuestro país es hoy más dependiente que ayer. Es un problema de soberanía, de elevar nuestra conciencia nacional. Someramente podemos señalar cinco grandes dependencias políticas y económicas. Veamos:

1. La economía nacional es hoy más que nunca dependiente de las exportaciones petroleras. La destrucción del aparato productivo por la aplicación de una concepción atrasada que tiene como centro "destruir al capitalismo de raíz", ha creado, al mismo tiempo, una inseguridad jurídica que inhibe las inversiones. Esa devastación muestra su principal rostro en la esfera manufactura e industrial, donde la desaparición de más de seis mil empresas y el lamentable estado de las empresas de Guayana -que eran el inicio de "sembrar el petróleo"- coloca la situación en el siguiente terreno: en 1998, de cada cien dólares que ingresaban al país, 65 eran procedentes de las exportaciones de hidrocarburos; hoy, de cada 100, 95 son de hidrocarburos y cinco de exportaciones no tradicionales.

2. La dependencia con respecto a Cuba raya ya con la indignación. Nuestra soberanía se encuentra por el suelo: un Presidente enfermo, literalmente secuestrado en la isla. Fidel lo monitorea, los funcionarios viajeros primero se entrevistan con Raúl Castro como paladinamente lo confiesan. La injerencia de los cubanos es cada día más alarmante. El chorro de dólares de virtual regalo a los Castro es incuantificable.

3. La dependencia alimentaria de los venezolanos se expresa en cifras tan contundentes como las que nos remiten a que más del 70 por ciento vienen del exterior. Se han destruido pequeños polos de desarrollo agrícola.

4. La nación es dependiente de los chinos, con los cuales se han firmado contratos multimillonarios que alcanzan cerca de 40 mil millones de dólares, aun cuando los chinos se negaron a hacer nuevos préstamos por la ineficiencia, inseguridad jurídica y por hechos de corrupción. Jaua viajó a China no sabemos si a rogar que no les suspendan los créditos.

5. Con respecto a 1998, la deuda externa ha crecido cerca de 10 veces para colocarse por encima de más de 100 mil millones de dólares.
Hoy la lucha por la democracia, por conquistar un régimen que respete la Constitución, se ha conformado en una unidad por el combate por la soberanía nacional. La hora es de unidad nacional.

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