¿Qué esconde el BCV al no publicar el origen del dinero que imprime?
Escrito por Alexander Guerrero E.   
Miércoles, 27 de Abril de 2011 06:18

altEl término "inorgánico" no existe en economía, sin embargo en Venezuela ha sido utilizado por la gente y medios para referir al dinero sin valor de reserva emitido por el BCV para financiar el déficit fiscal. Esa la acepción que acá le damos.

El colosal crecimiento del Estado y el derroche de fondos públicos por mala asignación de recursos, sin patrones económicos, han generado un enorme déficit en el Gobierno, hasta tal punto que no le alcanzan los reales del petróleo cuyos precios en promedio en los últimos años supera los 60$/barril. De tantas perversidades generadas por la carencia de control social, contamos esta que lleva al Gobierno al uso impúdico de las "impresoras" del BCV para financiar derroche y mala asignación de recursos.

Ante esas calamidades económicas, algunas instituciones no disimulan su desvergüenza antiinstitucional, el BCV esconde las estadísticas monetarias; pretende que los venezolanos no conozcan la naturaleza dispendiosa del gasto y su contribución a ello, tratando de encubrir los orígenes y fuentes del dinero "inorgánico" que transfiere al Gobierno para compensar su déficit fiscal. En otras palabras esconde su responsabilidad por la colosal inflación que destruye el poder de compra del dinero que emite.

Pero como la tos y los reales, la inflación no se puede esconder, la gente así no comprenda las estadísticas, técnicas y desaguisados monetarios del directorio del BCV, siente sus efectos cada vez que se coloca frente a los estantes en el mercado, y compara la colosal pérdida de poder adquisitivo del bolívar. Con esto, definamos entonces a la inflación como un continuo proceso de pérdida de poder de compra del dinero.

Con ese concepto en mano, podemos comprender que la inflación es un fenómeno por esencia monetario y en consecuencia político. Esto último debido a las decisiones del Gobierno amparadas por mecanismos administrativos, alienan del Banco Central la autonomía e independencia requeridas para impedir que el dinero que imprime por ley y en confianza popular se deprecie y pierda poder de compra.

Esta afirmación nos permite introducir otro concepto de fácil compresión que nos identifica a la inflación como el impuesto inflacionario, es decir, la impresión de dinero para el gasto del Gobierno, y que por ello no tiene respaldo de valor en reservas, e independiente de los caminos que ello toma, constituye en un ingreso fiscal; en palabras más sencillas, en el ingreso producido como impuesto inflacionario. En otras palabras y para introducir precisión y mayor comprensión por parte del público que lee, el ingreso que llega al Gobierno -ingreso fiscal- impreso por el Banco Central con ese objetivo, es un impuesto cuyo pagador anticipado es el consumidor, el hombre de a pie, el individuo. Más precisamente un poder de compra expropiado y confiscado por el fisco -Gobierno.

Esta realidad es la que el BCV ha tratado de encubrir cuando, sin razón alguna, no publica las estadísticas monetarias que explican la fuente de la base monetaria. En circunstancias institucionalmente normales, en cualquier sociedad democrática controlable, el Banco Central publica la fuente del dinero que imprime y el uso que tiene. La carencia en Venezuela de controlabilidad y balance institucional entre poderes públicos, incluido el poder monetario, impide al ciudadano aplicar los controles sobre el Gobierno en cuanto al incumplimiento de la ley por parte de sus funcionarios, en este caso del Banco Central.

El BCV desde hace dos años dejó de publicar las estadísticas correspondientes a las fuentes de la base monetaria, con ello quizás busca cubrir la voluminosa impresión de dinero que se destina al financiamiento por vía de descuento o por vía monetaria directa de empresas del Estado particularmente Pdvsa y CVG, lo cual es una manera de financiar el gasto del Gobierno.

Un ejemplo lo tenemos en la operación de financiamiento del MEF a Pdvsa que significó la venta de la deuda -pagaré- que Pdvsa contrajo con el MEF, en el 2010 y que este le vendió al BCV a la tasa de 4,3 del recién devaluado bolívar a final de año. Es decir, el BCV pagó en bolívares a una tasa de 4,3 una deuda contraída por Pdvsa a 2,60 Bs/dólar. El MEF recibía del directorio del BCV el doble de bolívares prestados a Pdvsa, así se financia el voluminoso déficit fiscal del Gobierno. Pero como el dinero no es posible esconderlo, el vertiginoso ritmo de crecimiento de la liquidez monetaria en los últimos dos años, no guarda ninguna relación con el volumen "estable" de las reservas internacionales en la balanza de pagos.

La expansión de la liquidez monetaria muestra que se ha emitido sistemáticamente dinero sin que el BCV registre incremento en reservas internacionales, -esta última la fuente fundamental en una economía normal para imprimir dinero. Mis estimaciones al respecto acotan una expansión de la liquidez monetaria por vía fiscal en estos dos años por 18% adicional al crecimiento vegetativo. Por esa razón se presume lo que la otra fuente de la base monetaria (además de las reservas internacionales), y que se define como "crédito al Gobierno" es la que representa la expansión monetaria mencionada y es -al parecer- lo que las autoridades monetarias del BCV parecieran esconder cuando se niegan publicar las estadísticas a las cuales están obligados por ley.

Economist, PhD
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@alexguerreoe

EU/OyN


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