Tal como es tradicional por esta época del año, ya se introdujo por ante la AN para su aprobación, la ley de Presupuesto y de Endeudamiento para el año 2010, al igual que en años precedentes resultó un documento plagado de subestimaciones y sobreestimaciones fiscales que no se compadece con la realidad de nuestras finanzas públicas. Ciertamente, en la práctica las autoridades financieras en nuestro país ejecutan varios presupuestos: El contenido en la ley de presupuesto aprobado por la Asamblea Nacional, el que ejecuta PDVSA, el ejecutado por el Fondén y el más discrecional de todos que es el asignado vía créditos adicionales por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional.

Aún así el presupuesto 2010 por aprobarse, contiene algunas premisas que hacen difícil su ejecución, por decir lo menos, al punto tal que resulta inconsistente e inviable, por ejemplo el monto del presupuesto para el año 2010 es de Bs.F. 159.406.000 y el presupuesto ejecutado en lo que va de 2009 considerando sólo los créditos adicionales ya ronda los Bs.F. 180.000.000, contemplando así un incremento nominal de sólo el dos por ciento con relación al presupuesto 2009, si estimamos una inflación 2010 de 30 por ciento, esto representaría una contracción real en términos nominales del 28 por ciento en la ejecución del gasto.

Así mismo, se estima un crecimiento del PIB del 0,5 por ciento, si lo comparamos con el crecimiento poblacional estimado en tres por ciento interanual, resultaría en términos per cápita un crecimiento negativo. Quizás lo que resulta más preocupante es que se estima que el ingreso no petrolero contribuirá con el 54 por ciento del total de los ingresos ordinarios, es decir, Bs.F. 84.644.280.143, producto fundamentalmente de la recaudación del IVA y del ISRL, monto que resulta inalcanzable habida cuenta del nivel de actividad económica que se estima para el período, lo que seguramente se traducirá en ajustes tributarios y en mayor endeudamiento.

Eso creemos.   

La Verdad