La estupidez del control de cambio
Escrito por Humberto García Larralde   
Martes, 17 de Noviembre de 2009 07:48

altUn control de cambio se aplica para contener la fuga de capitales, salvaguardar las reservas internacionales y/o proteger el valor externo de la moneda. En el caso del control de cambio implantado en Venezuela a partir de febrero, 2003, el efecto ha sido todo lo contrario. Las cifras:

1. Entre 1999 y el primer semestre de 2009, ambos inclusive, el Banco Central registra en la cuenta financiera de la balanza de pagos una salida acumulada neta de capitales por USA $121.266 millones. De ésta un 89,3%, equivalente a $108.320, se produjo a partir del primer semestre de 2003. En contraste, el saldo neto acumulado en esta cuenta entre los 40 años que van desde 1959 a 1998 arroja un total de USA $ -10.794 millones, según registros del BCV. Es decir, el PROMEDIO ANUAL de fuga de dinero por la cuenta financiera desde que se instrumentó el actual control de cambio, equivalente a USA $16.651,5 millones, ha sido mayor en un 54% al total evadido durante los 40 años señalados.

2. De la salida de capitales que registra la cuenta financiera desde el primer trimestre de 2003 hasta el primer semestre de 2009, el 48,9% corresponde al sector público, y el 51,1% al sector privado. Para ambos sectores, la mayor parte de esta fuga la registra la subcuenta “Otras inversiones” y, dentro de ésta, el ítem “Moneda y depósitos” que representan simplemente cuentas en dólares o euros en el extranjero: USA $ 20.251 millones correspondientes al sector público y $ 58.315 del sector privado. El sector público registra también en la subcuenta “Otras Inversiones”, créditos comerciales por USA $ 11.575 millones, presumiblemente en su mayor parte operaciones de financiamiento de la factura petrolera de países socios de PetroCaribe.

3. La salida total de recursos financieros entre 1999 y el primer semestre de 2009, distinto del pago de importaciones, incluye, además, lo que sale por la cuenta “Errores y Omisiones” y por las subcuentas: “Saldo en renta”; y “transferencias unilaterales”, además de la acumulación de reservas internacionales. Esta salida, por identidad contable equivale al saldo positivo acumulado de la balanza comercial de bienes y servicios durante el mismo período, y monta en USA $ 172.762 millones, cercano en dimensión al Producto Interno Bruto venezolano de un año. Si no se incluye la acumulación de reservas, el total de dinero fugado durante este lapso fue de $164.479 millones.

4. En fin, el supuesto beneficio de percibir altos ingresos por exportación de petróleo, bastante por encima de nuestras necesidades de importación, no es tal, pues este saldo comercial favorable no es aprovechado internamente en el país. Sirve más bien para engrosar cuentas particulares y del Gobierno en el extranjero, salvo lo que se acumula en las reservas internacionales. En total, se han desaprovechado USA $5.299,66 dólares por cada venezolano desde que se instrumentó, en 2003, el control de cambio.

5. Según registros de la página web de CADIVI, durante el primer semestre de 2009 salieron por concepto de “tarjetas de crédito” y “efectivo para viajes”, USA $1.951,4 millones. Esto representa apenas el 7,3% de la fuga de dólares por los conceptos referidos en # 3. Si se omite lo acumulado en las reservas internacionales, la salida por estos dos conceptos equivalió al 15,2% del total de recursos evadidos del país. Debe recordarse que esta relación no incluye a las importaciones. Lo comprometido en transacciones con tarjetas de crédito y en efectivo entregado a viajeros durante el primer semestre de 2009, fue menos del 10% de lo gastado por el país en importaciones.

6. Más allá, es menester hacer referencia a las reservas internacionales. Si bien éstas se habían más que duplicado entre febrero, 2003 y junio, 2009, la relación de estas reservas y los principales agregados monetarios, así como el número de meses de importación que cubren, se ha deteriorado significativamente. En efecto, para cada dólar equivalente[2] de base monetaria durante el primer trimestre de 2003, habían en promedio, 3,4 dólares de respaldo en las reservas internacionales. Asimismo, para cada dólar equivalente de liquidez monetaria, se disponía de un respaldo de 1,2 dólares. Finalmente, el número de meses de importación que podían financiar las reservas internacionales para ese momento era de 11,2, cifra que sube a 21,3 meses para el primer trimestre de 2004. Para junio de 2009, la cobertura de un dólar equivalente de la base monetaria se había reducido a 0,8 dólares en las reservas, mientras que para la liquidez monetaria sólo se disponía de 0,3 dólares de respaldo. El número de meses de importación financiables con las reservas era de apenas 6,4.

Implicaciones:

1. Lejos de contener la fuga de capitales, el control de cambio parece haberla estimulado.

2. Buena parte de esta evasión es responsabilidad directa del sector público, reflejo de su incompetencia para ejecutar cabalmente sus ingresos y de las erogaciones en el extranjero, sin contraparte, por motivaciones políticas.

3. La captación de enormes rentas petroleras en los mercados petroleros internacionales no ha beneficiado al consumo y/o la inversión en el país en la medida en que estos recursos se han fugado.

4. Es obvio que la salida de capitales no se detiene con medidas administrativas como el control cambiario, sino con una política económica y un ordenamiento institucional que estimule la inversión y el consumo domésticos. El empeño del actual Gobierno por acorralar a la actividad productiva del sector privado, desconocer los derechos de propiedad y alimentar un clima de zozobra e incertidumbre sostenido, ha tenido un costo inmenso para el país en términos de oportunidades perdidas.

5. La restricción administrativa del acceso a las divisas preferenciales por parte de los viajeros es una farsa, pues no es por esta causa que se fugan. Desde luego, el dólar barato alimenta la demanda por este concepto pero ello indica que el remedio es otro. Si no se quiere devaluar el dólar oficial para no perjudicar electoralmente al Gobierno, debe legalizarse el mercado paralelo para este tipo de transacciones y levantar las restricciones. Pero este Gobierno prefiere atentar contra las libertades de viaje de lo venezolanos que actuar sensatamente en materia económica.

6. La precariedad del respaldo en divisas de la moneda nacional por la insensatez de quitarle las reservas al BCV y desviar dólares provenientes de la exportación petrolera a otras aplicaciones, anuncia un ajuste severo del tipo de cambio que no podrá posponerse indefinidamente. De hecho, el verdadero valor externo del bolívar está hoy bastante más cerca de las cotizaciones del dólar permuta que del dólar oficial. Al intentar evitar el costo político, social y económico de este ajuste “corriendo la arruga”, sólo se empeorará su inevitable impacto: inflación, pérdida del salario real y ganancias especulativas a expensas de la inversión productiva.

Por todas estas razones, el control de cambio es una inmensa estupidez, sólo superada por la destrucción deliberada de la economía venezolana ocasionada por la criminal irresponsabilidad del presente Gobierno.

[1] Un análisis bastante más completo y detallado de lo presentado aquí puede encontrarse en la revista, Nueva Economía de la Academia de Ciencias Económicas, noviembre, 2009.

[2] Calculado al tipo de cambio oficial vigente para cada año.

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(*): Economista, profesor de la UCV


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