Una buena mamá
Escrito por Charito Rojas | @charitorojas   
Miércoles, 04 de Mayo de 2011 07:33

altCuando vemos a un hombre (o mujer) bien educado, profesional, familiar, una de esas joyas cada vez más raras, inmediatamente pensamos que ha debido tener una tronco de mamá



"Las madres perdonan siempre: han venido al mundo para eso".

Alejandro Dumas, padre (1802-1870), novelista francés.

Siempre me he negado a escribir artículos sobre hechos que deben pertenecer a la estricta intimidad de los protagonistas. Y nada en la vida me parece más cursi que las proclamas de amor a la madre, "a esa viejita olorosa a rosas y a talco que sacrificó su juventud por mí". Eso me suena a tango piche, a hipocresía, a bolsería novelera.

Creo que los cantos de amor a la madre deben ser diarios, interpretados con hechos concretos que hagan feliz a esa mujer que se tomó el trabajo de parirnos, amamantarnos, criarnos y educarnos. Y a ella también hay que achacarle lo malcriados que están algunos, lo groseros y maleducados, lo deshonestos y sinvergüenzas. Es decir, que las mamás son quienes llevan la carga de la responsabilidad de las sociedades desde que Eva le echó aquel vainón a Adán.

Cuando vemos a un hombre (o mujer) bien educado, profesional, familiar, una de esas joyas cada vez más raras, inmediatamente pensamos que ha debido tener una tronco de mamá, que le inculcó todos esos valores. Pero cuando en cambio observamos una especie maleducada, deshonesta, que parece criada entre animales del monte, decimos: este(a) tuvo una mala mamá.

Ser buena o mala mamá es una condición esencial. Endógena, pues, para utilizar una palabra revolucionaria. Y todo depende de la óptica de quién la evalúe. Para los hijos siempre será una mala mamá aquélla que te obliga a desayunarte sano ("cero fritangas a esta hora"), que te levanta por los moños para que cumplas tus responsabilidades, que te sienta a juro a estudiar, que te lleva al odontólogo y al pediatra así patalees, que te viste como gente, que no deja que te saltes una comida y mucho menos que comas chucherías ("eso no alimenta"); la que te critica los amiguitos/as, porque son "maleducados", la que te arma un zafarrancho porque dejaste la ropa regada o el baño desordenado. Todo un fastidio.

Cuando tenemos una mamá así, envidiamos la mamá de los niñitos de enfrente, que los deja andar solos por allí sin temor a que les digan "realengos", que los deja tener perros y gatos, que no le importa que pidan una pizza y se la coman descalzos en la escalera, que no los manda a dormir a las 10 de la noche porque "tienes clase mañana y debes dormir completo". Ésa era la mamá soñada y envidiada, la que dejaba que sus hijos fueran libres e hicieran lo que les diera la gana mientras nosotros parecíamos soldados de cuartel.

Eso sí, aunque estuviésemos super bravos con nuestra mala mamá, los Días de la Madre le dábamos una flor cortada en el jardín (el del vecino) y le dibujábamos una tarjeta toda llena de brillantinas y rosas, donde decíamos que (a pesar de todo lo que nos hacía) la amábamos.

Mirando en retrospectiva a nuestra mala mamá, hoy en día le agradecemos que nos enseñara a comer, a vestir, a comportarnos, a cumplir responsabilidades y metas. En la medida que crecemos, nos damos cuenta del capital personal que significan los valores religiosos que nos inculcó, las buenas costumbres y esa medida impepinable de lo que está bien y lo que está mal. Y comenzamos como a guardar en un cofre del tesoro enseñanzas… para enseñarlas también a nuestros hijos. Y lo que aprendimos en la familia, con nuestros padres y hermanos es lo que enseñaremos a los hijos.

En días pasados me llegó por internet la lista de las cosas que nuestras madres (TODAS sin excepción) nos han dicho en nuestra niñez y juventud. Me reí al leerla pero después comprobé y confieso que hasta con horror (¡me estoy poniendo vieja!) que es exactamente lo que yo digo en mi casa, casi con las mismas palabras. Compruébenlo.

Cosas que le dicen las madres a los hijos:

- Un día de estos se levantan y no me van a encontrar. Y a ver qué hacen...

- ¡Claro! Como aquí tienen a la 'sirvienta' que les hace todo...

- Todo lo que me he sacrificado por ustedes y mira cómo le pagan a uno

- ¿Ése es el ejemplo que le estás dando a tus hermanos?

- Mijo(a) ¿usted reza y se persigna antes de dormirse?

- Uno les contesta el teléfono y ni siquiera dicen buenos días o por favor

- ¡Coma, cuántos niños pobres no estarán deseando ese plato de comida!

- Para que hagan las cosas bien hay que estar detrás de ustedes

- A esta juventud de ahora todo le da flojera

- Usted no se manda solo, cuando trabaje y se mantenga, hablamos

- Mientras usted viva en esta casa, se hace lo que yo diga

- ¡Me van a volver loca!

- Pero si se acaban de ver, no entiendo por qué siguen hablando por teléfono

- Esa amistad no me gusta

- Yo ya les enseñé lo bueno y lo malo, ustedes verán

- Es mejor que vaya comido, porque no se sabe con qué le van a salir

- Para que le hagan un favor a uno hay que arrodillarse, en cambio viene cualquiera de la calle y salen corriendo

- No te olvides que primero fue mamá que novia(o)

- Me hace el favor y le dice a su amigo que se baje y suba, que usted no es perro para silbarla o cornetearla

- Usted qué cree ¿que esto es un hotel?

- No me conteste ni me levante la voz porque le reviento un trancazo

- Para qué me preguntan si van a hacer lo contrario

- Mijo, ¿usted está comiendo bien?

- Es que es igualito(a) a su papá

- No les dejaré plata pero sí estudios

- En la calle son pura risa pero en la casa todo les molesta

- Cuando tengan hijos se van a acordar de mí

- ¡Con usted todo es una lucha!

- Éstas no son horas de llamar a una casa decente

- Me puedo estar muriendo y ustedes no le dan a uno ni un vaso de agua

- El teléfono no es para hacer visitas

- ¡Apaga eso! ¿o es que crees que somos accionistas de la electricidad?

- Ese cuarto parece un chiquero, si no lo arreglas no hay salida

- ¿Qué van a hacer el día que me muera, quién les va a hacer todo...?

- Ah, yo te lo dije, pero no me hiciste caso

- El día que les estorbe van y me tiran en un ancianato

- Ustedes si son desconsiderados con uno

- Abrígate bien que te va a hacer daño el sereno

- Hasta la una te dije, esta casa tiene horarios

- ¿A qué hora vas a llegar?

- Porque yo soy su mamá ¡y punto!

Todas las buenas mamás dicen esto. Espero que haya muchas buenas mamás, porque este mundo y este país serían muy diferentes si las mamás siguieran este patrón y si encuentran eco en buenos hijos. Feliz Día de las Madres.

Hasta el próximo miércoles

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