El sector de las telecomunicaciones, que hace una década era “la locomotora del desarrollo del país”, según Alberto Sosa, Presidente Ejecutivo de Digitel, hoy es un sector endeudado, vandalizado y estancado

Apenas cae la noche, empieza el hurto de fibra óptica en las estaciones de Digitel desplegadas en Venezuela. A veces, los delincuentes, por desconocimiento, destruyen la fibra óptica a la búsqueda de cobre para vender en las recicladoras que lo compran por kilo. Al descubrir que no hay cobre, arrojan la fibra destruida a un lado de la estación y se largan, pero no sin antes robar las baterías (por eso la mayoría de las estaciones fallan cuando los apagones son muy largos) y dañar algunos equipos de la edificación. Ese evento, aparentemente banal, genera incomunicación en pueblos y ciudades de todo el país. Son miles las personas que no podrán hablar con sus hijos para confirmar que están bien e incluso alguna podrían fallecer al no poder efectuar la llamada de auxilio que le salvaría la vida.

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El robo de fibra óptica es tan exagerado, que a las afueras de Calabozo (estado Guárico) los delincuentes se llevaron 5 kilómetros de ésta en una incursión nocturna…  Días antes los hampones violaron una puerta, entraron en las fundaciones del Puente Orinoco, rompieron las bocas de visita y detectaron los cables de fibra óptica. Los cortaron con una segueta, vieron que no tenían cobre, y entonces se fueron… Pero Ciudad Bolívar quedó incomunicada.

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¿Cómo se procesa la fibra robada? Hace una década era difícil vender fibra óptica robada. Los proveedores eran quienes la preparaban para sembrarla en los sitios diseñados por los clientes. No obstante, desde hace unos años, las fusionadoras para empalmarlas pueden ser alquiladas por día. “Ellos cortan la fibra donde está el problema, le quitan el cable, lijan y limpian los hilos a fusionar, los alinean en la fusionadora y ésta hace el resto. Yo he visto gente que fusiona un hilo como en 15 minutos máximo”, nos explicó un ingeniero que pidió mantenerse en anonimato. En un país sin dólares, el mercado negro de fibra óptica ha empezado a crecer. La fibra es utilizada por las universidades para conectar edificios o para cableados verticales, por las cableras (hay muchas ilegales operando en el país) y, por supuesto, por PDVSA en sus proyectos.

Un menú recortado

Digitel tiene una deuda de 130.000.000 de dólares con sus proveedores internacionales. Y el monto crece, ya que cada servicio que los usuarios contratan genera una licencia que debe ser pagada en dólares que, en el pasado, era preferencial. Ante ese panorama, indicó Bernardo Pérez, Vicepresidente Comercial de Digitel, reducirán el menú de planes a sólo cinco (5) con la posibilidad de contratar sólo un (1) servicio adicional por mes. El “Plan iPhone” también desaparecerá y los suscriptores podrán migrar hacia cualquiera de los planes que se adapte a sus posibilidades.

El consumo indiscriminado de megas en las redes sociales (Instagram, Facebook, Snapchat, Telegram, WhatsApp) impacta directamente en los costos de las empresas de telecomunicaciones, y ante la sequía de dólares para traer celulares (en un mercado donde se roban, en promedio, 50.000 dispositivos mensuales), reparar estaciones dañadas, invertir en mejoras “a la última milla de conexión” y pagar licencias, los usuarios tienen que empezar a racionalizar el uso de los planes de datos. No es fácil, la adicción a la socialización digital fue impulsada por el exagerado subsidio, desde el Estado, a las telecomunicaciones. El gobierno, y las operadoras, evangelizaron sobre nuestro derecho a consumir miles de megas en los dispositivos más avanzados del momento. Pero la fiesta se acabó.

Hace una década, en Venezuela se compraba un iPhone por una fracción de su costo real en una Apple Store de California y, al activarlo, se gozaba de un 3G (esa costosa tecnología hoy es un lastre. Digitel aspira retomar su proyecto de voz sobre IP) casi ilimitado y barato. Esa dupla impulsó la penetración de la telefonía hasta un 120% con un crecimiento interanual del tráfico de datos sobre el 180% y, lo más contundente, con un mercado de 20 millones de celulares nuevos incorporados anualmente. Pero esa burbuja no era real, esos números sólo son posibles en un país con abundante dólar protegido. Así, el frenazo a los subsidios por parte del gobierno y las tarifas rezagadas que cobran las operadoras han generado “una crisis de datos”. Es insostenible ofrecer servicio de Internet por menos de US$2 /mega, que es el costo promedio incluso en países pobres de África. Si se multiplica a tasa paralela, al momento de escribir este artículo, serían unos Bs.5.800/mega, ¿de cuántos megas es tu plan?

En modo ahorro

La racionalización de Digitel llegó al punto crítico. “No se ha hecho absolutamente nada en 2017”, aseveró Bernardo Pérez, quien confirmó, ante nuestra pregunta, que incluso redujeron sus proveedores internacionales de conexión a sólo uno: Globenet . Si la situación no mejora, “en dos años aquí no hablará ni Cristo”, enfatizó Alberto Sosa. Actualmente, según el último informe Akamai, tenemos la conexión móvil más lenta del continente.

La reingeniería al simplificar los planes (y reducir las licencias) generaría un ahorro de US$13.000.000, que pagaban a empresas que daban servicio en la última milla.

A pesar de este panorama, las operadoras privadas han tenido la capacidad para recibir y prestar servicio a los más de dos millones de usuarios que han huido de Movilnet.

Digitel, comentó Pérez, subió los salarios de sus trabajadores en más de 120 por ciento. Y pensando en los clientes que no tienen cómo pagar miles de bolívares de tarifa telefónica crearon un plan con sentido social, Conectados Plus, que por Bs. 1.006,25 (0,37 centavos de dólar a la tasa libre) incluye 250 minutos de voz, 400 sms y 100 megabytes de datos.

Post Data: Al terminar esta nota, durante la noche del lunes 20 de marzo de 2017, recibo información de Movistar indicando que sufrió un hurto mayor en la estación Guanare, dejando sin comunicación a las habitantes de Guanare, Puerto Nutrias, Boconoíto, Sabaneta de Barinas, Libertad, Mesa Caracas y Biscucuy. Los ataques a Movistar se han incrementado en un 52 en los dos primeros meses de 2017.

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