Vinotinto
Escrito por Dr. Ángel R. Lombardi G. | X: @lombardiboscan   
Lunes, 14 de Noviembre de 2011 16:40

altHasta hace poco éramos el hazmerreir de todo el continente americano, la vergüenza dentro de un balompié suramericano bajo el monopolio de brasileños, argentinos y uruguayos. Nos llamaban despectivamente la cenicienta de América, y así estuvimos por casi medio siglo, dando pena. Nuestras glorias deportivas descansaban en las hazañas producidas por el beisbol y el boxeo, aunque recientemente, en el baloncesto, hubo un importante logro cuando se consiguió la medalla de plata en el Torneo de las Américas (Portland 1992), cediendo sólo ante la todopoderosa selección de los Estados Unidos. Lo cierto del caso es que estos logros nunca se han debido a una política deportiva de Estado que haya contado con una planificación de largo aliento. Lo usual es la improvisación que nos caracteriza, el letargo de una ambición siempre postergada cuya responsabilidad no tiene padres. Todos esos éxitos hay que calibrarlos como aislados, producto de individualidades talentosas y circunstancias favorables. En suma, Venezuela nunca ha sido una potencia deportiva que se precie. Nunca el deporte ha sido vinculado dentro de un proyecto de ciudadanía ni de propaganda legítima que permita mostrar a otros las destrezas sociales que el país pudiera estar ostentando.

Y ahora, luego del resonante y merecido triunfo en contra de la Argentina de Messi, la selección de futbol de Venezuela, se hace nombrar por primera vez como una contendora de respeto. Ojalá sigan jugando bien para alegría de todos los venezolanos urgidos de buenas noticias en estos tiempos de la desolación chavista. Digo esto porque no me hago ninguna ilusión acerca de una profética como histórica calificación a una cita mundial, que aún está por bregarse, y de seguro, que no será nada fácil. Lo que para mi vale de éste fenómeno llamado VINOTINTO, es la demostración de que con los adecuados recursos, el trabajo sostenido y sobre fundamentos profesionales, se puede construir el éxito.

El actual técnico Farías y la VINOTINTO dan la impresión de comportarse bajo otros esquemas a los acostumbrados en el país: tenacidad, constancia, humildad, transparencia, honestidad, respeto al rival, autoconfianza, trabajo y más trabajo. Y por lo visto esto les está dando resultados. Otro punto a favor de la VINOTINTO es la incorporación de los “legionarios” como Amorebieta y de otros jugadores que empiezan a curtirse en las mejores ligas del mundo. Aunque lo que está claro, y en esto el actual cuerpo técnico liderado por Farías, tiene su principal mérito, es la de haber producido una mentalidad ganadora. Ahora Venezuela juega de manera ordenada, construye las jugadas, juega de acuerdo a un plan y tanto defiende como ataca de una manera equilibrada. Y lo más impresionante: no se amuga ante la adversidad.

Le deseo el triunfo a la VINOTINTO, como es el anhelo de la inmensa mayoría de los venezolanos. Si llega a perder en su ley, es decir, jugando con personalidad y porque el rival fue más afortunado o diestro, me sentiré más que complacido. Lo significativo es que la VINOTINTO ofrece la cara de una Venezuela distinta, comprometida y responsable, en lo que le toca hacer como destino histórico.

Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ


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