Si consultamos las definiciones de ética en el diccionario de la Real Academia Española encontraremos lo siguiente: “Conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida”.

Si hacemos uso de la misma fuente ahora para la definición de moral: “Perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva”.

Por una serie de eventos delictivos en los que han estado involucrados un grupo de funcionarios policiales y militares, entre otros, se ha creado una matriz de opinión muy negativa respecto a estos trabajadores públicos de la seguridad.

En lo personal, creo que el venezolano por naturaleza es un ciudadano honesto, cumplidor de las leyes, ocupado en mantener y demostrar una imagen de correcto proceder tanto en los ámbitos públicos como privados.

Lo que sí sucede es que un número minoritario de personas al actuar desapegados de las normas socialmente aceptadas, salpica a las instituciones a las que pertenecen, favoreciendo opiniones negativas generalizadas.

Como parte de las medidas preventivas que sobre el tema asumen muchas organizaciones, se encuentra el desarrollo, implementación y fomento de la ética. Para ello se valen de documentos tales como la declaración de valores, los principios de actuación y los códigos de conducta o de ética. Es clave disponer y dar a conocer estos documentos, ya que la ética debe estar presente en todas las acciones humanas, y el recurso humano es el motor de las organizaciones.

Los códigos de conducta incluyen y detallan, los comportamientos que deben evitarse y las alternativas de solución ante ciertos conflictos. Para ello se basan en principios reguladores tales como las leyes del Estado, el sentido de la justicia y la moral o entorno social.

Cuando una organización dispone y aplica los códigos de ética, mejora enormemente su imagen y prestigio ante el Estado, la comunidad empresarial o gremio al cual pertenezca, los trabajadores y la comunidad en general. Se presenta y actúa como una organización que cree en una coherente línea de pensamiento y conducta, por ejemplo absteniéndose de realizar actos ilegales en detrimento de terceros.

Todas las áreas del quehacer humano se exponen a prácticas poco éticas, realizadas generalmente por pocos individuos y la industria de la seguridad no es excepción. En este sentido ASIS International ha sido pionera en el desarrollo de un código de ética orientado al gremio de la seguridad, por lo que es material referente. Su contenido se resume en seis enunciados generales que buscan cumplir las obligaciones profesionales de conformidad con la ley y los principios morales más altos, observar los preceptos de veracidad, honestidad e integridad; actuar con fidelidad y diligencia en el desempeño de sus obligaciones profesionales, ser competente en el cumplimiento de sus responsabilidades profesionales, proteger la información confidencial teniendo especial cuidado para impedir que sea divulgada en forma indebida y evitar la injuria con malicia hacia la reputación profesional o el ejercicio profesional de colegas, clientes o empleadores.

Cuando la organización dispone de un código de ética, tiene en sus manos un activo capitalizable y sus beneficios son palpables: refuerzan el compromiso de los trabajadores, disminuye los impactos en su credibilidad y reputación en momentos de crisis, fortalece su capacidad de atraer nuevos clientes, son más valoradas desde el punto de vista financiero, mejoran los climas organizacionales, disminuyen los conflictos entre sus miembros, mejora y facilita la toma de decisiones, permite estar un paso adelante ante riesgos de corrupción, sobornos, fraudes o uso indebido de información sensible.

Lo más importante de un código de ética es que no sea letra muerta. Requiere el total compromiso de toda la organización.

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