Vargas Llosa: Dos generaciones defienden el modelo liberal
Escrito por Corina Rodríguez Pons e Ismael Medina   

altUno nació en Arequipa en 1936. El otro en Lima, exactamente 30 años después. Son padre e hijo, pero Mario Vargas Llosa se formó en la izquierda, se refugió en la literatura y, como jamás abandonó el ejercicio de la política, se convirtió en uno de los pocos de su generación capaz de decir sin cortapisas que es un hombre “liberal” (a secas, porque la palabra “neoliberal” no le gusta). Se ubicó así en la misma acera que camina Álvaro Vargas Llosa, un politólogo que desde Washington observa cómo se rompió el monopolio que tenía en la vida intelectual del continente la izquierda revolucionaria.

¿Qué los reunió en Caracas? Asistieron a un foro sobre libertad y la democracia organizado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice). Comparten un profundo rechazo por el populismo y el pensamiento de que la Venezuela de Hugo Chávez divide en dos a América Latina. “La sensata y la insensata”, para Mario. “La moderna y la jurásica”, para Álvaro.

—Al medir la fuerza de ambas corrientes en la región, creen que el liberalismo está ganando la partida. Ven muchos países latinoamericanos que ya no temen a los cambios con hombres modernizadores, donde hay gente de centro, de izquierda y de derecha que están empeñados en meter a la región dentro de las grandes corrientes de la globalización. La libertad de empresa, la diversidad de propuestas e ideas, el comercio amplio, la libre expresión, son su sustento.

Del lado contrario, observan la otra América Latina, donde ha ganado terreno el populismo, una propuesta que no solo frena el desarrollo y limita las libertades, sino que la hace retroceder a un pasado que ya es historia en otras regiones: la concentración del poder y el fortalecimiento del Estado en detrimento del sector privado. Aseguran que el socialismo es ya una utopía. Solo sobrevive en Cuba y Corea del Norte. Hugo Chávez es su máximo representante en la región. “Venezuela cada vez se acerca más a la dictadura y se aleja de la democracia liberal”, afirmó Mario Vargas Llosa. No olvidan el Perú de hace 20 años y tienen la esperanza de que el país de Bolívar supere los líderes populistas.

De hecho, Álvaro Vargas Llosa no duda que uno de los grandes logros del liberalismo es convertir a la izquierda, su antigua enemiga, en su aliada, con lo cual varios de sus principales líderes –Lula da Silva en Brasil, por ejemplo– son hoy defensores del modelo de libre empresa.

Justifica que en sociedades como la venezolana los hombres de negocio hagan política ante la creciente inseguridad jurídica. Así lo hicieron en Perú y hoy ven resultados. Los empresarios no deben negociar los principios de la libertad bajo ninguna circunstancia, aunque vivan en medio de constantes amenazas.

“La lucha venezolana es la de todos los hombres y mujeres del continente que creen en la libertad”, dijo Mario Vargas Llosa, convencido de que la concertación de la izquierda y la derecha moderna está en la defensa de la empresa privada. “Yo soy así un hombre de izquierda”, se define.

Los dos esperan que la llegada de Barack Obama mejore el clima de la relación entre América Latina y Estados Unidos, pero Álvaro Vargas Llosa no es tan optimista. “Si lo que esperan es dinero, no aportará mucho más”, aseguró sobre Obama. Su progenitor piensa que es posible alcanzar una unión para enfrentar juntos la crisis económica.

Izquierda o derecha

Si un empresario lee Las venas abiertas de América Latina y luego el Manual del perfecto idiota latinoamericano, ¿a qué conclusión llega?

— Álvaro Vargas Llosa: Hubo una América Latina que conoció el planeta a través de quienes tenían el monopolio de la vida intelectual en el continente: la izquierda revolucionaria. Ellos dominaban el mundo de la academia, de los libros, del pensamiento. Ese libro de Galeano representaba una era intelectual. Pero lo que ha ocurrido en América Latina es exactamente lo opuesto a lo que allí se predijo. Leerlo será como ir al museo a ver una reliquia histórica, nada más. El otro libro fue una reacción desde el liberalismo a ese monopolio, que ya se rompió.

¿Quién va ganando la partida en la región, la izquierda o la derecha?

— AVLl: Veo dos Américas Latinas. Hay una en la que están los modernizadores, donde incluyo a líderes de centro-izquierda que quieren enganchar a la región en las grandes corrientes mundiales. Son los que gobiernan en este momento Colombia, Perú, México, Uruguay, Chile y también Brasil. Luego están los jurásicos, y el líder de esa corriente es Hugo Chávez. Representan la utopía arcaica, el regreso al pasado. En países como Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Honduras, quizás en Paraguay, ellos van ganando la partida. Pero en el resto no han tenido éxito y la visión liberal ha logrado avances tan notables que la propia izquierda, para seguir vigente, ha tenido que modernizarse, convertirse. Ahora la izquierda que quiere llegar al poder tiene que aceptar esos parámetros liberales, porque así lo desea la mayoría de la gente. Ese es uno de los más grandes logros del capitalismo.

¿Es posible ser socialista y liberal a la vez?

— AVLl: El caso de Lula es interesante. Él es un señor formado en el marxismo, fue un líder sindical y combatió a una dictadura militar. A pesar de que tenía esas raíces, optó por aplicar, más allá de la retórica y los abrazos con Chávez, un modelo con orientación liberal. Eso no fue porque una mañana se despertó convertido. Fue porque el país avanzó en una dirección que lo obligó a adaptarse a las circunstancias. Eso ya pasó en Europa, por cierto.

¿Por qué habla de una izquierda sensata y una insensata? ¿Tiene sentido hablar de derecha o izquierda?

— Mario Vargas Llosa: Afortunadamente en América Latina tenemos una izquierda moderada que ha renunciado al marxismo. Aunque de la boca para afuera se digan socialistas, ya no lo son realmente, porque tienen una visión más liberal. Me refiero a los gobiernos de Chile, Brasil, Uruguay. No ponen en peligro a la democracia, la están reforzando más bien, a la par que han renunciado al colectivismo y al estatismo. Aceptan la economía de mercado, la empresa privada y la inversión extranjera. En buena hora que exista esa izquierda socialdemócrata. También hay una izquierda populista encarnada en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, que es anacrónica, no cree en la democracia, está recortando las libertades políticas y económicas, está regresando al estatismo, a pesar del fracaso sistemático que esto ha tenido en la historia moderna. Pero ya no es la izquierda y la derecha. Es la lucha del estatismo o la democracia. Hay líderes de centro, izquierda y de derecha que veo como una esperanza.

¿Es imposible creer en el socialismo?

— MVLl: Muchas veces a lo largo de la historia las utopías igualitarias han pretendido reemplazar a la imperfecta democracia. Han fracasado. Nos ha tocado ver el derrumbe de China y el desplome de imperios como Rusia, que prometieron traer el Paraíso a la tierra. Solo dos países en el mundo mantienen la ficción de la utopía socialista: Corea del Norte y Cuba. Y no queremos que Venezuela se convierta en una sociedad totalitaria comunista. No lo es todavía. Pero el gobierno se acerca cada vez más a la dictadura y se aleja de la democracia liberal.

¿Cree que el socialismo del siglo XXI está acercándose al comunismo?

— MVLl: Yo creo que por el camino que va, sin ninguna duda va a desembocar en eso. Los recortes a la libertad de expresión se multiplican y si no se interrumpen puede que Venezuela se convierta en la segunda Cuba de América Latina. No lo debemos permitir.

¿Teme, como [el ensayista mexicano] Enrique Krauze, que tanto poder en manos de Chávez termine en delirio?

— MVLl: El poder normalmente desestabiliza a las personas y mientras más poder tiene una persona, menos racional se vuelve. Por eso es que es importante poner límites y controlar al poder, porque es una de las peores cosas que produce la vida en comunidad. Cuando esos controles desaparecen y el poder se vuelve absoluto, no solo viene la dictadura y la corrupción, también viene el fracaso económico. Todos los regímenes totalitarios han sido desastrosos para generar prosperidad y coexistencia pacífica. Cuando el poder ha sido controlado, descentralizado, es cuando la creatividad ha sido mayor y se han creado instituciones que hacen la vida más humana, menos violenta.

El rol de los empresarios

Hay empresarios en Venezuela que recomiendan adaptarse antes que criticar el socialismo de Chávez. ¿Qué recomienda?

— AVLl: Cuando actúas en un sistema como este no tienes otra alternativa que hacer política. Si cada mañana te despiertas y lees que el gobierno ha expropiado una empresa y las leyes cambian de acuerdo a lo que diga el presidente por televisión, tienes que salir a defender la seguridad jurídica, ejercer en un sentido cívico la política.

¿Qué hicieron los empresarios en Perú?

— AVLl: En un primer momento creyeron que la mejor manera era negociar con el presidente, pero se dieron cuenta de que era imposible, porque Alan García en 1987 estaba decidido a quitarles sus propiedades y los que estábamos en las calles protestando no íbamos a aceptar componendas en privado. Los empresarios hicieron política, inevitablemente, no por vocación, sino porque aprendieron lo peligroso que es permitir que el sistema jurídico del que depende la empresa se convirtiera en una negociación cotidiana con los presidentes de turno.

¿A los medios de comunicación tampoco les va mejor si dejan de meterse en política?

— AVLl: No le exijo a nadie que se inmole. Pero en general la tendencia tiene que ser a defender lo suyo. Si el medio responde con la indiferencia, el silencio y la autocensura, le facilita el trabajo al Estado. Y no creo que les vaya a ir mejor necesariamente. En Perú hubo medios que se inhibieron de atacar al gobierno y al final terminaron arrastrados por la situación de censura, porque en algunos casos el gobierno los corrompió, y muchos de ellos terminaron presos.

¿Cree que los más humildes prefieren un sistema que respete las libertades y derechos, o gobiernos que se ocupen de atender sus necesidades básicas, así no cumplan la ley?

— AVLl: Cuando los ciudadanos tienen la oportunidad del primer sistema, inmediatamente lo hacen suyo. Pero si perciben que es una farsa, porque esas oportunidades no están para ellos, se vuelven vulnerables al mensaje populista. Fue lo que sucedió en la Venezuela del puntofijismo. El poder se lo repartían grupos afines al Estado, de un modo que los protegía de cualquier competencia y suponía al resto de los ciudadanos la imposibilidad de acceder al mercado. Así, una élite se enriqueció y la mayoría se fue empobreciendo, devaluándose la idea de la democracia y de la libertad política y económica. En ningún país el populismo surge en el vacío.

¿No le parece que es más efectivo políticamente el populismo? ¿Por qué cree que Chávez sigue siendo tan popular?

— AVLl: En Perú, cuando Alan García estaba haciendo barbaridades y estatizando empresas era muy popular. En las elecciones en las que perdió, después de arruinar al Perú y lograr que la inflación fuera de 7.000%, todavía mantenía un nivel de popularidad muy importante. Aquí pasa eso porque el sistema creó una dependencia al Estado y todavía hay un fuerte resentimiento en contra de esa élite pre-Chávez que le hizo mucho daño al país. Pero hay una mitad del país que ya está hastiada.

¿En qué momentos hace agua el sistema populista?

— AVLl: Cuando la gente empieza a percibir que su futuro ya no está garantizado por ese sistema. Llega un momento en que la presión cívica es tan grande que esa estructura se resquebraja por dentro y allí la salida es pacífica. Observarán que la gente empieza a descreer de su propio proyecto, a desmoralizarse y a desobedecer las órdenes que vienen de arriba.

¿Por qué defiende la libre empresa?

— MVLl: La democracia reduce la violencia, pero no genera prosperidad. La riqueza de los pueblos la aporta la libertad económica. Así que es un error que la responsabilidad de la economía la tenga el Estado. Eso le corresponde a la sociedad civil. Por eso, las sociedades que quieren ser modernas y prósperas, en lugar de satanizar al empresario, que es el representante de la sociedad civil en la generación de riqueza, lo alientan, lo aplauden.

¿Pueden los hombres de empresa trabajar en medio de un gobierno totalitario?

— MVLl: La economía de mercado, la libertad de empresa, la propiedad privada, son los fundamentos de la libertad política... Si una de ellas se recorta o se suprime, la otra a la larga se vuelve amenazada. La filosofía que está a la vanguardia no puede convivir en sociedades fascistas, comunistas o sometidas a alguna forma de autoritarismo.

¿Hay motivos para pensar que en Venezuela no se puede generar riqueza?

— MVLl: Hay una reducción sistemática de la economía libre o independiente, una campaña de satanización del empresario y de la propiedad privada, que viene acompañada de expropiaciones sistemáticas, de tomas de fábricas y de tierras. Se me ponen los pelos de punta cuando hablan de propiedad social en lugar de propiedad privada. Eso es una quimera. Lo que critico es que eso se consiga recortando libertades, introduciendo el populismo en lugar de una economía de mercado. El día que desaparezcan las empresas privadas, Venezuela se hundirá en la pobreza.

¿Otros países corren ese mismo riesgo?

— MVLl: En América Latina hay una izquierda sensata y responsable, como la de Brasil, Chile y Uruguay, y una izquierda insensata donde se sataniza a la empresa privada y se promueve la propiedad social. A Lula lo adora la empresa privada. Yo creo que la influencia de Hugo Chávez en América Latina está determinada mucho más por el interés económico que por el convencimiento ideológico.

El juego de Obama

¿La llegada de Obama es una esperanza para AL?

— AVLl: El clima de la relación va a mejorar, pero sería una ingenuidad pensar que va a haber un gran vuelco en la relación, porque América Latina no es una prioridad para el presidente de
Estados Unidos, aunque sienta que mi afirmación es dolorosa. Si es dinero lo que queremos, no lo vamos a obtener, porque ya Estados Unidos no tiene.

¿Cómo ve la relación entre Obama y América Latina?

— MVLl: La veo con mucho entusiasmo. Este presidente es una mítica experiencia para Estados Unidos, porque le ha inyectado de nuevo ilusión y optimismo. Hay esperanza en la democracia en una sociedad que estaba muy desencantada. Su visión frente al mundo es además mucho más moderna y sensata, porque no es un hombre que cree en la hegemonía y las verdades absolutas, sino en el diálogo y la colaboración. Creo que las relaciones entre América Latina y Estados Unidos van a ser muy positivas.

¿No cree que la crisis mundial del capitalismo empañará la comunicación entre los líderes de la región y Obama?

— MVLl: No hay duda de que por exceso de codicia y avaricia se ha producido una catástrofe económica. El sistema debe ser reformado profundamente y en eso debemos trabajar juntos, porque las fallas afectan a Estados Unidos y también a México y Perú. Mientras más colaboración haya entre América Latina y Estados Unidos por enfrentar esta crisis, más rápido saldremos de ella. Y estamos viendo cómo en menos tiempo del que se creía comienza a haber una recuperación, el sistema de la libre empresa y de mercado muestra su gran capacidad de adaptación.

 

Fuente: Poder360

 
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