“Pusieron la plasta y se fueron de vacaciones”,  esta frase constituye la mayor y única ofensa dirigida a un Tribunal Supremo de Justicia, en Venezuela, al menos de 1936 en adelante, cuando nace la primera era democrática de nuestro país con la elección legítima del General Eleazar López Contreras, ni siquiera en los gobiernos de facto que vinieron luego de esa elección; primero cuando al General Isaías Medina Angarita, segundo Presidente de esa primera era democrática y fue derrocado por un golpe de estado promovido por Rómulo Betancourt y el Coronel Marcos Pérez Jiménez y mucho menos cuando nace la llamada cuarta  república con el derrocamiento del General Pérez Jiménez.

Nunca en nuestro país  ningún Presidente osó irrespetar la majestad de un Tribunal Supremo, con esta frase emitida por Hugo Chávez cuando en juicio a los miembros del Alto Mando Militar,  el TSJ  sentenció que no hubo golpe de estado, de esos  altos mandos militares al pedir la renuncia del Presidente, por los deplorables sucesos que el 11 de Abril del 2002 y determinó que sí hubo un vacío de Poder. Para ese tiempo Hugo no controlaba al Supremo Tribunal de la República y sinceramente yo pensé que por ese irrespeto sería enjuiciado el Presidente de la República.

Carlos Andrés Pérez fue enjuiciado y condenado por mucho menos de eso, por enviarle a la candidata presidencial de Nicaragua Violeta Chamorro uno 17 millones de dólares en 1990 de la Partida Secreta de la Presidencia. ¿Cuánto le habrá enviado Hugo a su lacayo Daniel Ortega en estos años desde el 2006?  cuando logra ganar las elecciones que había perdido dos veces seguidas; derrotado en 1990 por la señora Violeta Chamorro mediante un pacto de la UNIDAD NACIONAL OPOSITORA UNO, y luego en 1996 vuelve a ser derrotado Daniel Ortega por Arnoldo Alemán de una Alianza Opositora. Hasta que en el 2005 logra ganar para el actual período presidencial nicaragüense. La Partida Secreta del gobierno venezolano, no es tan pobre como la de antes y ahora hay un dinero que ingresa por la venta de Petróleo, en estos días a 103 $ por barril y el presupuesto se calcula en base a un precio escuálido de 40 $ por barril. ¿A dónde va el excedente de 60 dólares por cada barril?.

“Vayan a lavarse ese paltó” una de sus frases favoritas para ofender a personalidades, como al Rey de España, al Presidente de Colombia Álvaro Uribe y a cualquier ciudadano o grupo de ciudadanos venezolanos que sí sabemos cuál es el significado de ese paltó. O la otra frasecita “lacayos del Imperio”, bueno es decir de los Estados Unidos, país que vino a Venezuela y nos enseñó para qué sirve el petróleo y como se extrae, y cómo se refina, y como se comercializa y en su momento apropiado, el Presidente Carlos Andrés Pérez, en verdadero acto revolucionario  en 1975 nacionalizó el petróleo, sin pelear con los gringos, en buena paz y hoy sigue siendo nuestro primer cliente y el que  mejor paga y en un alarde de macho frustrado le dice al Presidente Obama, asumiendo la defensa de su pana Gadaffi y con cierta pretensión de amenaza que lo pone en ridículo le dice “Con Venezuela ni se le ocurra señor Obama”, lo cual me lleva a pensar que Hugo no sabe la diferencia entre este Presidente de los Estados Unidos y el anterior  George W. Bush, probado agresor consciente de su poder militar y Obama, un hombre que desespera por pacificidad. Pero ellos son en su tiempo Presidentes de la Primera Potencia del Mundo y tienen que actuar en consecuencia, ¿Por qué no deja de venderles petróleo a los gringos?, digo yo, antes de que ellos lo manden a lavarse el paltó con su petróleo. Y agrega conocer los planes de violencia que tienen en Washington para las elecciones del 2012.  Prepara el terreno Hugo ante la certeza de salir derrotado en ese proceso y quizás piense en darle palo a la lámpara.

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Otro epíteto es el de “escuálidos”, para los ciudadanos que no comparten su ideología término que se refiere a los peces o a las personas flacas o escasas de carnes. Son términos con los que o se burla u ofende a los ciudadanos y eso es muy grave que un Presidente desprecie a los ciudadanos que no lo sigan en su proyecto destructor de este gran país. Eso permite que el ciudadano también ejerza su antipatía y no le tenga el respeto que merece un Presidente, pero eso es menos grave. Mucho gusto