Cartagena y las neo-dictaduras
Escrito por Fernando Luis Egaña   
Lunes, 12 de Marzo de 2012 12:37

altEstá bien que la Cumbre de Cartagena considere el tema cubano y el embargo gringo, pero también debería considerar el tema de las neo-dictaduras de América Latina.


La próxima "Cumbre de las Américas", la número 6, se celebrará el 14 y 15 de abril en Cartagena de Indias, Colombia. Varios países plantean que sea tratada la inconveniencia del embargo comercial de Estados Unidos a Cuba, y la incorporación de ésta a este tipo de encuentros. Muy bien. Bienvenida la discusión. Pero también lo sería que se planteara la amenaza creciente de las neo-dictaduras en el presente continental.

Aunque a estas alturas del siglo XXI sea muy difícil que se establezcan dictaduras convencionales o clásicas en América Latina, la realidad de los hechos está demostrando, en cambio, que si se pueden consolidar las llamadas "neo-dictaduras". Esto es una dictadura disfrazada de democracia, que utiliza algunas formas propias del ejercicio democrático, y en especial la dimensión electoral, para hacerse de una fachada presentable a la opinión doméstica y la comunidad internacional.

El caso del régimen bolivarista en Venezuela es emblemático y otros países están adaptando el modelo con sus variables específicas: Bolivia, Nicaragua, también Ecuador, Honduras estuvo muy cerca de la vorágine; y no incluyo a Cuba en la lista, porque la de los Castro es una dictadura tradicional y sin necesidad de maquillaje, que desprecia cualquier similitud con las formas y procedimientos de las democracias político-representativas.

Las neo-dictaduras son distintas de las dictaduras típicas, no el fondo o la sustancia: el control hegemónico del poder, sino en ciertas formas y procedimientos, como el aprovechamiento de las elecciones o la tolerancia de determinados espacios de autonomía política o social, precisamente para conseguir la "certificación o bendición democrática", tan crucial en la era de la globalización de los derechos humanos.

La "revolución bolivarista" que impera en Venezuela es un despotismo, es cierto, pero un despotismo habilidoso cuyo principal logro es la simulación democrática que, a pesar de tantas evidencias en contrario, aún convence a muchos dentro y fuera del país.

Un característica central de las neo-dictaduras es que al principio no lo son. Suelen llegar al poder por la vía comicial y no por la ruta tradicional de los golpes de Estado. Una vez instaladas, se plantea la necesidad de "refundar la República, el Estado, el conjunto de las instituciones políticas", etc., y por tanto se propone la urgencia de una Asamblea Nacional Constituyente. Este tipo de promesa grandielocuente tiende a suscitar expectativas y a motivar a la opinión pública. No pocos sectores confunden la aspiración de mejorar la calidad material de vida, con las grandes ofertas de cambio político tipo Asamblea Constituyente.

Pero eso sí, un tema crucial para la neo-dictadura-en-formación es la reelección presidencial inmediata donde no la haya, y la ampliación de la misma en el caso que se permita para una sola vez. El régimen venezolano consiguió enmendar su propia Constitución para consagrar la "reelección continua o indefinida". No es casual, por tanto, que el tema de la reelección haya sido central en los mecanismos constituyentes de varios países latinoamericanos que transitan la vía hacia la neo-dictadura.

Con la reelección en mano y la ampliación de los poderes presidenciales, la neo-dictadura se dedica a construir el edificio de la concentración de poder, pero casi siempre apelando a las
formalidades leguleyas, cual barniz "jurídico" al proceder despótico.
Así, se mantiene la existencia de otros poderes públicos, pero sin capacidad de contrapeso; se permiten espacios para la libertad de expresión, pero bajo un esquema de hegemonía comunicacional del Estado; se admite y hasta se promueve la actividad política opositora, pero dentro del férreo control del sistema electoral y de la utilización de los tribunales para criminalizar la lucha política.

Al cabo de no mucho tiempo, el Estado hace las veces de "jaula institucional" en la que entra el conjunto de la vida política, económica, social y cultura de la nación. Como se realizan elecciones, hay espacios de prensa crítica y son visibles los ámbitos políticos de oposición, entonces los barrotes de la jaula son más difíciles de apreciar, y acaso más difíciles todavía de doblegar. De allí, lo novedoso de la neo-dictadura o una dictadura que se esmera en vestirse de democracia.

La ciencia política está llamando a esta nueva categoría de varias maneras: autoritarismos competitivos, dicen unos; democracias iliberales, dicen otros; y hasta se utiliza la expresión paradójica de "democracia totalitaria". Por mi parte, prefiero el nombre de "neo-dictadura", pero más allá de los conceptos y la semántica, es indudable que la neo-dictadura se ha transmutado en un enemigo número uno de la democracia en nuestra América.

Se trata de un tema de absoluta pertinencia para una "Cumbre de las Américas", pero  no creo que haya voluntad de plantearlo.

Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com