El legado de la familia Chávez Frías a las actuales generaciones es pobreza y violencia. Por ello es necesario revertir el estado de cosas actual y retomar un camino firme que nos conduzca a puerto seguro.

Tanto ayer, como hoy, se imponía e impone un refrescamiento, un cambio en la conducción de la cosa pública. La quinta república (chavista, bolivariana y socialista) fracasó estrepitosamente como también fracasó la cuarta república (AD, Copei y sus derivados).

Sin lugar a dudas que la responsable del actual fracaso es la familia Chávez Frías y sus adláteres. Nótese que no menciono sólo al exgobernador Hugo de los Reyes Chávez y al actual gobernador, su hijo Adán Coromoto Chávez Frías. Prácticamente, de manera directa o indirecta, los miembros de la familia Chávez Frías han tenido y tienen que ver con los asuntos públicos del estado. Casi todos los familiares del presidente de la República, consanguíneos o no, ejercen o han ejercido cargos de elección o por nombramiento en este estado y es consecuencia obvia que el fracaso de la gestión pública es su responsabilidad.

En el aeropuerto local hay un rotulado con la frase «Barinas, tierra de contrastes». Es una infeliz frase para el oficialismo pero en el fondo traduce nuestra penosa realidad: tenemos un gobierno rico y un pueblo pobre.

Gracias al mal gobierno de la familia Chávez Frías y pasados los pañitos de agua tibia que le aplicaron al pueblo, donde a través de las misiones se subsidió parcialmente el desempleo, los barineses nos enfrentamos a una realidad peor que la vivida en la década de los noventa. Prácticamente no hay un sector que pudiera reconocerse como exitoso por parte del gobierno. El gobierno, amén de su ineficiencia e ineficacia; amén de la corrupción administrativa; se ha dedicado, en vez de construir, mejorar y crear, a destruir lo bueno que teníamos como la producción agropecuaria, la más o menos tolerable inseguridad ciudadana y el regular funcionamiento institucional, donde incluimos los entes contralores, el poder judicial y medios de comunicación que respetaban la libertad de expresión. En este gobierno el rico se hizo más rico y el pobre más pobre. Se instauró la impunidad, donde todo es a cuenta y riesgo de los ciudadanos. Se instauró el abuso y el atropello como norma de acción pública, donde no se respeta nada, ni la propiedad privada en función social ni la libertad individual o colectiva; ya la historia registra la infeliz frase de la presidenta del ayuntamiento, la señora Karli Linares, frente a un grupo de vecinos que protestaban en la sede del Concejo Municipal: «métanlos a todos presos».

Barinas es tierra de contrastes porque si bien es cierto tenemos riquezas naturales, renovables y no renovables como madera, agua, ganadería, petróleo, gas, etc., también tenemos ranchos por doquier, desempleo, malos servicios públicos, inseguridad y pare de contar. El legado de la familia Chávez Frías a las actuales generaciones es pobreza y violencia. Por ello es necesario revertir el estado de cosas actual y retomar un camino firme que nos conduzca a puerto seguro.

Ya basta de los «partes de guerra» diarios donde se anuncian muertes, sobre todo jóvenes, víctimas de la ola de violencia que nos azota cada día. Ya basta de enterarnos de secuestros de niños y niñas a manos de un hampa que está dentro y fuera de los entes oficiales. Ya basta de ver en los diarios locales anuncios donde se ofrecen en venta ranchos cuyos precios oscilan entre diez y cuarenta mil bolívares fuertes. Ya basta de los «cortes» súbitos de agua y luz. Ya basta de la desidia oficial que no mantiene en buen estado las calles, avenidas y carreteras. Ya basta de las invasiones de fincas productivas.

Fuente: La Prensa de Barinas