Dos venezolanos meritorios
Escrito por Omar Pérez   
Miércoles, 31 de Agosto de 2011 07:19

altEste agosto terrible que hoy concluye -crímenes, atracos, incertidumbre financiera global, huracanes- un periodista excepcional y un gran artista, ambos de una pasta humana poco común, emprendieron el viaje del cual no se regresa, como si hubiesen querido aprovechar el desconcierto que nos agobia para disimular su ausencia. Everett Bauman y Héctor Murga.
El primero fue un periodista de enorme sensibilidad prestado a la industria petrolera; el segundo, un cantante maravilloso que animó por décadas a una Caracas amable y alegre, acogedora y risueña que lo aplaudía y animaba a cantar, con su voz afinada y maravillosa los pasodobles con los cuales las orquestas de moda iniciaban los bailes.

Su calidad trascendió los espacios nacionales y aquí y allá lo aclamaron. Lo llamaron afectuosamente "el Gitano Cantarín" por esas piezas que interpretaba magistralmente.

Bauman formó en la Creole Petroleum, la empresa norteamericana que lo contrató, un equipo publicitario como pocos ha habido en el país, notable, servicial, estupendo en el que se formaron notables profesionales venezolanos. Recuerdo algunos nombres: Enrique Puig Corvett, Marco Aurelio Rodríguez hijo, Luis Moreno Gómez, Fernando Delgado, Nicomedes Zuloaga hijo; Rafaelito Velásquez, por años, director de El Observador Creole, de los primeros noticieros en la televisión venezolana.

Bauman y su esposa -tuvieron seis hijos, casi todos nacidos aquí en Venezuela- se apegaron tanto a nuestra manera de ser y a nuestra historia que, en unas vacaciones, acondicionaron una camioneta y con sus muchachos emprendieron lo que muchos de nosotros, por muy patriotas, no hemos hecho: visitó, desde el Campo de Carabobo hasta el Alto Perú, todos los sitios donde combatió el Padre de la Patria.

Ya jubilado, fue corresponsal en Washington de varios periódicos de Caracas y, con gran humildad y respeto, escribía a los redactores de esos diarios que pusieran en español los términos en inglés que se le deslizaban en las crónicas. Ambas desapariciones han pasado inadvertidas para muchos. Los dos se hicieron merecedores del respeto y del cariño de todos. Una rosa y un clavel en homenaje a sus trayectorias magníficas, en los sitios que guardan sus cenizas.

UN


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com