A través de la historia, las milicias que han implantado los presidentes de turno en los diferentes  países no han servido de mucho en los conflictos internacionales; los mandatarios  las han utilizado para controlar la oposición y perpetuarse en el poder hasta el final. Para bien o para mal, fusilando la democracia.

El desfile de 35.000 milicianos bolivarianos en Caracas, con su vestido verde oliva, bufanda roja y sombrero de jipa o gorra, unos niños disfrazados de milicianitos, una anciana encorvada por los años con fusil, atenúan el impresionante espectáculo para la oposición en Venezuela. Esa abuelita no aguanta un cambio de posición en combate ni una noche con fuego de mortero.

Antecedente de guerra internacional la tenemos en la Alemania de Hitler, su S.S. que era su milicia, recibía órdenes directas de este personaje, pero al no estar bajo el mando de las Fuerzas Armada alemanas, como rueda loca no fue de gran impacto en el resultado de la guerra y Berlín fue la hoguera rusa.

Las camisas negras de Mussolini, ni fu ni fa; la Falange del Generalísimo Francisco Franco le sirvió bastante, pero  para controlar la oposición.

Las milicias de Fidel Castro están sentadas desde 1959 esperando la invasión del imperio, que no les llegó, no les llega, ni les llegará nunca.

Estas milicias le permitieron a Fidel Castro controlar la isla y permanecer 49 años en el poder y hacer una tranquila transición a su hermano Raúl.

En teoría, están para librar una guerra asimétrica; en la práctica, para controlar la oposición y servir de contrapeso al Ejército, que no se le vaya a voltear.

Teniendo en cuenta lo que declaran a la prensa y comentan en las calles los más de 2.000 cubanos desertores, que han llegado de Venezuela a Colombia por la frontera, entrando por Cúcuta y Maicao, ellos dicen ser médicos y se han dedicado a vender medicina naturalista y alimentos naturales.

Este grupo comenta que en Venezuela existe un grupo aproximado de 60.000 militares cubanos, encargados principalmente de la seguridad del presidente Hugo Chávez y del control de la inteligencia militar venezolana.

Históricamente, esta guardia pretoriana sí ha dado resultado. En el imperio romano, las siete legiones pretorianas germanas que cuidaban al Emperador dio excelente resultado. La guardia tibetana, compuesta por aproximadamente 100 magos de Adolfo Hitler, fueron sus últimos combatiente. La guardia cubana de Salvador Allende murió en combate. "La Guardia Muere, pero no se rinde".

Las milicias desfilaron gritando la consigna de: "Socialismo, Patria o Muerte, Venceremos"  y cobran cumplidamente la paga. "Del dicho al hecho hay mucho trecho", lo están demostrando los médicos cubanos, milicianos en su tierra, desertores en Venezuela y refugiados en Miami conexión Colombia.


El Tiempo (Colombia)