El 17 de marzo se han iniciado unas fuertes protestas en Cuba, contra el régimen socialista que los ha oprimido por más de seis décadas,

es una especie de monarquía hereditaria tropical, iniciada por el tirano carismático Fidel Castro, sucedido por su insípido hermano Raúl Castro, quien manifestó no querer seguir en el poder o por lo menos no al frente, sino tras bastidores y le ha encomendado la dirección de la dictadura al desangelado Miguel Díaz Canel. Durante estas más de seis décadas el pueblo cubano ha sufrido las calamidades de la economía centralmente planificada, receta socialista que ha llevado a la mayoría del pueblo a vivir en la más terrible miseria y ha enriquecido de manera absurda a una cúpula política y miliar. Este sistema fue vendido en Venezuela como el mar de la felicidad. Propaganda de suyo mentirosa, porque nadie huye arriesgando su vida en una embarcación improvisada de un país en el cual haya felicidad.

El régimen cubano es un vestigio arqueológico de lo que fue el llamado socialismo real  que sucumbió con la URSS en 1991. Quedando demostrado para la historia que el socialismo sólo es posible como un sistema policial, aplicando el terror, de otra manera es imposible su permanencia, aunque todavía existan personas que se nieguen a esta verdad incontrovertible. Además sólo es un gran fabricante de pobreza, miseria y represión. Desde luego los dirigentes de la dictadura no han tardado en culpar de las protestas a los enemigos de la revolución y sus aliados, los Estados Unidos y a las sanciones, argumentos tan manidos y cacareados que hasta parecen ridículos para el sentido común.

La represión ha sido brutal, se registran miles de detenidos, torturados y desaparecidos. Igual trato habían recibido los manifestantes en julio de 2021, cuando una inusitada ola de protestas estremecieron a la isla. La población cubana protesta por la falta de alimentos, de medicinas y por los constantes apagones, es decir, por la miseria en la que el socialismo los ha obligado a sobrevivir. No se puede olvidar que el régimen cubano recibió sólo de la URSS más de cien mil millones de dólares, no obstante la mayoría del pueblo cubano vive en la pobreza. El régimen cubano ha utilizado las sanciones aplicadas por los Estados Unidos para usar el hambre como instrumento de control social, mediante una tarjeta de racionamiento, que ha servido para discriminar a los disidentes. Se les ha impuesto el culto a la personalidad y la existencia del partido único, se violan a diario los más elementales derechos humanos, hay que decirlo sin ambages, un pueblo que ni siquiera pueda elegir lo que come es un pueblo  esclavo.

 Fidel Castro había afirmado que el socialismo cubano no funciona ni para Cuba, claro tal afirmación sólo se produce al final de su vida. El pueblo cubano ha salido en forma masiva y decididamente a la calle, no sólo para pedir comida, sino para exigir un derecho fundamental para los seres humanos después del derecho a la vida, exigen libertad, esta es posible sólo en democracia, donde se respete la pluralidad política, la libertad de pensamiento y expresión del mismo. Ante la necrofilica consigna patria o muerte, los libertarios que protestan promueven la consigna patria y vida.