El 24 de febrero de 2024 se cumplen dos años de la criminal e imperialista invasión de Rusia a Ucrania,

un país libre e independiente. Rusia dirigida por un tirano ex agente de la KGB, agencia de servicios secretos de la antigua URSS, sólo comparable en sus métodos crueles con la GESTAPO, policía secreta del nacionalsocialismo alemán (Nazismo). Inició su agresión contra Ucrania desde el año 2014 cuando se anexó por la fuerza violando el derecho internacional la península de Crimea, esto ocurrió ante el silencio cómplice de occidente. Tal vez creyeron que el tirano ruso se conformaría sólo con eso, demostrando así que no han aprendido nada o poco de las lecciones de la historia. Tal situación ocurrió con otro tirano, Hitler y el caso de los sudetes de Checoslovaquia.

Putin es un digno heredero de la terrorífica KGB y del comunismo soviético, la invasión a Ucrania es sólo un paso más en su intento no por restituir a la URSS. Sino al antiguo imperio zarista. El ahora legalmente criminal Putin porque tiene orden de captura emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) por las deportaciones ilegales de niños desde el inicio dela invasión contra Ucrania el 24 de febrero de 2024, es decir la versión de una suerte de Herodes moderno. Acostumbrado a la inacción de occidente ante las atrocidades cometidas por la URSS en todos los continentes en el pasado y amenazando al mundo con la guerra atómica para que no intervinieran, esta vez resultó diferente.

Putin también amenazó con la guerra atómica, empero occidente no cedió al chantaje. La OTAN y todo el mundo libre y democrático ha respaldado a Ucrania para que no sea engullida por el voraz imperialismo ruso. El tirano invasor calculó que en pocos días entrarían las tropas rusas a Kiev e impondrían un gobierno títere, no obstante se encontraron con la resistencia digna incluso heroica de hombres y mujeres que se niegan a ser súbditos del invasor criminal. Occidente ha proporcionado armas y dinero para que el pueblo Ucraniano mantenga la resistencia y su independencia. Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN han sido aliados fundamentales para que este país invadido no desparezca del mapa, pese a las miles de vidas que ha costado la infame e injustificada agresión rusa putínniana.

Decía el tirano ruso que la guerra en Ucrania era una tragedia, desde luego que lo es y él es el único responsable de tan injustificado desaguisado, aunque con el mayor cinismo y descaro quiera endilgárselo a occidente, sólo por ayudar a Ucrania a que permanezca libre, independiente y soberana. El triunfo de Ucrania en esta guerra no sólo es de ella, es el triunfo de la dignidad y de la resistencia contra la tiranía y el imperialismo, es decir, el triunfo del mundo libre. Putin ahora también enfrenta la acusación por el asesinato de Alxesei Navalni líder de la oposición, quien murió prisionero del régimen putínniano, ya en el pasado reciente había sido envenenado presuntamente por orden del régimen tiránico.