"Expresionismos" reúne la obra de nueve artistas venezolanos, pintores y escultores
Escrito por Redacción OyN   
Martes, 17 de Mayo de 2016 10:51

altLa Asociación Venezolana de Conciertos (AVC), a través del Centro de Artes Integradas (CAI), comprometida en desarrollar las artes y la educación en Venezuela, inaugura el domingo 29 de mayo

en su Sala William Werner, la exposición Expresionismos, muestra que reúne la obra de nueve artistas venezolanos: Eduardo Azuaje, Eduardo Bárcenas, José Caldas, Rosa Canelón, Roberto Notarfrancesco, Jorge Pizzani, Rosa Salazar, Julián Villafañe y José Vívenes.

Bajo la curaduría de Susana Benko, investigadora de arte, crítico, curadora y miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte-Capítulo Venezuela, Expresionismos presenta ‘el otro lado’ de la tradición plástica en Venezuela opuesta a la abstracción geométrica y al cinetismo, movimientos que perduran desde los años cincuenta.

“Existen muchas razones para explicar el origen de las diversas tendencias expresionistas en la historia del arte. Las motivaciones son diversas y pueden tener carácter colectivo o individual. Cada artista expresa un cúmulo de emociones y sentimientos que denotan, en su arrojo, su manera particular de enfocar, interpretar o reinventar imágenes de la realidad o de su imaginación”, explica la curadora.

Los expresionistas han resistido a los embates del geometrismo y al arte conceptual, defendiendo el oficio de la pintura, el gesto y la emoción. Tras el informalismo y el realismo mágico, varios artistas de los ’60 asumieron la libertad de acción en su pintura: pincelada gestual y espontánea, superficies muy texturizadas y una figura humana deformada para expresar su inhumanidad en obras político-sociales muy críticas. La pintura no tenía que ser bella, lo importante era la denuncia o la expresión pura. En los ‘80 predominó la figuración y la abstracción de la expresión sobre la racionalidad. Se saturaba la tela, con imágenes vertiginosas, o se exasperaba el color, la materia, e incluso los soportes.

Los expresionismos siguen manifestándose con vigencia, los contenidos que las imágenes suscitan tienen enorme importancia. Y es lo que sucede en esta exposición en la que nueve pintores y escultores venezolanos, con estilos y opciones temáticas particulares, funcionan con emotividad y asumen la figuración para comunicar aspectos esenciales de su humanidad. Sus obras demarcan el arrebato armónico del color que la cotidianidad suscita y la visión descarnada o ‘movediza’ de la condición humana. Ambos polos son maneras de interpretar la vida o de encarnar la muerte.

Rosa Canelón y José Caldas representan la primera opción. Pintan lo cotidiano y familiar, el hogar y los objetos vital y festivamente. Se expresan por el color. Canelón muestra el alma de las cosas, a través de objetos y el entorno íntimo del hogar con armónicas combinaciones cromáticas, en colores primarios y complementarios, vibrantes y de fuerte impacto visual. Caldas, desestabiliza el ordenamiento espacial trabajando con fuertes contrastes de colores primarios. El resultado: obras dinámicas, explosivas, que funden figura y fondo en un estallido cromático incontrolable.  

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La segunda línea conceptual de la exposición se vuelca en torno ala presencia de la figura humana. Para Jorge Pizzani ésta es la razón de ser de la pintura que asume con arrojo, desparpajo y pasión. Representa tipos humanos, rodeados de un hálito particular. Los muestra según sus roles performáticos, cuya interioridad se expresa mediante un gestualismo veloz. Julián Villafañe, va más bien a la inversa: representa personajes a menor escala integrados a un espacio segmentado en recuadros, diferenciados por colores, tramas y texturas, haciendo de la materia y el color su lenguaje expresivo, insertando a sus personajes en determinados contextos próximos a la abstracción informal.

En escultura, Rosa Salazar crea personajes espigados, delgados, que conforman grupos ‘familiares’, razón por la que cada uno varía de altura según la edad. Dos elementos exacerban la fuerte expresividad de sus piezas: la sensación de precariedad, debido a la extrema delgadez de los personajes como los materiales utilizados: papeles atados con pabilo y alambre, tratados con resina y pigmentos, que acentúan esta sensación de pobreza. El resultado asombra por la desgarrada visión, casi fantasmal, de su condición humana.

Las cabezas tienen interés particular en la iconografía expresionista en las obras de Pizzani, Villafañe, Bárcenas, Notarfrancesco, Vívenes y Azuaje. Si bien sus pinturas expresan fehacientemente aspectos relacionados con la condición humana, Roberto Notarfrancesco muestra cabezas de los llamados Solipsi Rai, seres pertenecientes al grupo de Orión, de apariencia similar a la humana. Cuatro cabezas guerreras, que sugieren la contextura física de estos seres extraterrestres. Eduardo Bárcenas, invisibiliza la angustia y el grito contenidos a través de un gestualismo de atmósferas blancas para realizar rostros macizos, sólidos, de cuya piel se delata una acumulación de palabras o ideas. Contenidos diversos, en diferentes idiomas, que se integran bajo la piel pictóricamente. En este proceso, de carácter más psicológico y antropológico, se distingue el monocromatismo así como la fuerte expresividad de estos rostros.

La tensión política en el país agudiza el sentido crítico y cuestionador en la pintura de José Vívenes. La figura humana, su gestualidad, las veladuras, los ocultamientos de rostros o exacerbación de sus rasgos fisionómicos aluden directamente al drama del venezolano. El mal social transforma al hombre en un individuo con carencias, aislado, torturado o destruido. Eduardo Azuaje tampoco se sustrae de esta percepción de la realidad. Sus pinturas aluden con furia a personajes responsables de la violencia, la injusticia y el descalabro del país. Las cabezas hechas con huesos de diversos animales sugieren, en medio de este tejido, a rostros humanos. Hablan de muerte. Atrás quedó el arte como objeto de contemplación para ahora centrarse en una obra crítica y cuestionadora. Es la expresión de la rabia, el desgarramiento y las diversas caras del horror.

Expresionismos resume las diversas posturas que este grupo de artistas asume con respecto a la naturaleza de su oficio. El arte es expresión y, en estos casos, es comunicación. La emocionalidad que impulsa a cada artista a crear es una experiencia personal que arropa en su vorágine también a los demás. Es una forma de develar de verdades y, definitivamente, es también un acto de re-conocimiento.

EXPRESIONISMOS. Lugar: Sala William Werner, Centro de Artes Integradas (CAI). Entrada izquierda Univ. Metropolitana. Terrazas del Ávila. Inauguración: Domingo, 29 de mayo de 2016. Horario: 12:00 m. a 3:30 p.m.  



El Centro de Artes Integradas (CAI), es una asociación civil sin fines de lucro constituida en 1979, que nació de la inquietud de integrar todas las disciplinas artísticas: música, danza, teatro y artes plásticas, en un centro educacional y cultural del más alto nivel que permita al sector privado una intervención directa en el desarrollo de las artes. Es un proyecto de educación integral, donde el alumno se acerca y conoce las diferentes expresiones artísticas como un todo, sin seccionarlas. La idea final comprende la convivencia de un Colegio, un Conservatorio de Música, Salas de Teatro, Galerías, y las Escuelas de Artes Plásticas, Teatro, Danza, Fotografia, Cine y de Dj’s. Además de la Libroteca Amapalabra, una Zona Rental y un Centro de Investigación y Estudios. www.centrodeartesintegradas.org / Twitter @CentroArtesInt / Instagram y Facebook: CentroArtesIntegradas


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