Denle más duro a esa bicha
Escrito por Óscar Lucién   
Viernes, 31 de Julio de 2009 09:04

altLa frase no fue escuchada en la barra del algún prostíbulo de esos que Chávez confesó visitar en sus fogosos días de subteniente. "Denle más duro a esa bicha", tronó en los pasillos del Capitolio Federal el 25 de julio a la llegada del comandante-presidente (sic). Por eso, es compresible que cuando Chávez sonó la diana en el podio de oradores de la Asamblea Nacional y ordenó una nueva ley habilitante para él solito intentar, una vez más, meternos de contrabando la rechazada reforma inconstitucional del 2007, los parlamentarios (y las parlamentarias) saltaron en sus curules y gritaron ¡yes! Visto su ineficiente y borrego desempeño ¿a quién puede extrañar que los diputados (y las diputadas) venezolanos estén dispuestos a desprenderse tan fácilmente de sus atribuciones y responsabilidades legislativas?

¿Quién puede sorprenderse del gusto del teniente coronel en la elaboración de leyes si, en razón de las sucesivas habilitaciones legislativas, durante un tercio de su mandato ha sido simultáneamente jefe del Ejecutivo y máximo legislador de la República? ¿Obligar a la Asamblea Nacional o abrogarse para sí mismo el derecho de producir para el 15 de diciembre de este año las "leyes inexorables, revolucionarias", que nos conducirán al socialismo (sic), no es acaso el anuncio de la violación masiva de la Constitución?

¿Valdrá la pena recordar que la Constitución, apodada "la bicha" por el mismísimo Chávez, consagra un su preámbulo "el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad". ¿Cómo es que ahora la Asamblea Nacional, o el teniente coronel habilitado, va a vomitar un nuevo paquete de leyes para adecuar la Constitución al modelo socialista? Un breve repaso por los contenidos principistas, socioeconómicos, filosóficos y políticos del preámbulo de nuestra Carta Magna pone en evidencia la traición de esos parlamentarios (y parlamentarias) a la esencia del mandato del poder constituyente del pueblo.

Asimismo, se pone de bulto la vergonzosa mora en el esencial tejido legislativo para cumplir con los derechos y garantías contenida en la "mejor Constitución del planeta". ¿Qué puede esperarse de una Asamblea Nacional que ha cedido tres años de sus obligaciones parlamentarios (sin dejar de percibir sus altos sueldos) para que el teniente coronel Chávez le cocine las leyes? Se aprobó una nueva Constitución para establecer una sociedad democrática, en consecuencia, el socialismo que Chávez pretende imponernos, valiéndose de la conversión de nuestra Fuerza Armada Nacional en una guardia pretoriana, es contrario a la Constitución.

Cuando se desconocen a las autoridades locales y regionales electas por mandato popular, cuando se le revierten sus atribuciones sobre puertos, aeropuertos, peajes, hospitales; cuando se nombra jefes de gobierno o autoridades únicas, militares o no, se viola la Constitución. Cuando se entrega nuestra soberanía a agentes cubanos para que controlen los registros públicos, la seguridad, los hospitales y supervisen la educación, se viola la Constitución. Cuando se cede porciones de nuestro territorio mediante venta de petróleo a futuro a Brasil, China o Japón se viola la Constitución. Cuando se le ofrece a Rusia posibilidad de establecer bases militares en Venezuela se viola la Constitución. Cuando se regala nuestro petróleo y se le usa como chantaje para la imposición de la franquicia chavista "asamblea constituyente en manos" en países pobres de Centroamérica y en otras regiones del continente se corrompe la Constitución.

¿Qué significan entonces las leyes inexorables, revolucionarias que se nos anuncian para el 15 de diciembre? ¿Aceptaremos los venezolanos, dócilmente, que le den más duro a "la bicha"? Activémonos, Venezuela no es un prostíbulo ni un cuartel...!

Fuente: El Nacional


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