La principal industria del país no ha podido resolver el grave problema del combustible,  tras la producción intermitente del mismo en las refinerías venezolanas. 

La demanda del combustible actualmente está en promedio de 130.000 barriles diarios y para tratar de paliar la situación el gobierno  seguirá  adquiriendo gasolina en los mercados internacionales.

En las últimas semanas se adquirieron cisternas para sumarlas a la  red de distribución existente y llegar a fin de año con aproximadamente 2000 en todo el territorio.

Hay notas curiosas que cabe recalcar. Al sur del estado Bolívar hay cisternas contratadas a la empresa privada que cargan combustible en la zona norte del estado.

Sin embargo, a pesar de que hay empresas privadas involucradas en la red de distribución en toda Ciudad Guayana las colas son interminables.

El contrabando  al sur de Bolívar cada día es mayor.

A este déficit de combustible en todo el territorio nacional, más allá de lo intermitente de la producción de las refinerías, también se le suma que los aditivos para la producción de la misma se deben importar.

En la década pasada esos aditivos se producían en el país. Es evidente que las colas llegaron para quedarse.

El pago de US$0.50  cada día en las estaciones de servicio cobra más vida, también cobra más vida el bachaqueo que para muchos venezolanos se ha convertido en una fuente de ingreso familiar.

|*|: Columa de opinión "Bitácora energética"