Reduflación: ¿Tensión a lo largo de la Cadena de Valor?
Escrito por Enrique González Porras | X: @enriquergp   
Domingo, 17 de Septiembre de 2023 05:43

altEl viernes 15 de septiembre de 2023 El Nacional replica una nota de prensa publicada por la BBC News Mundo

en la que se habla del fenómeno “Reduflación” traducción del término original anglosajón “Shrinkflation”.

Este fenómeno consiste en la reducción de las presentaciones y volúmenes de productos previamente ofertados en el mercado sin que ello implique necesariamente una reducción en los precios finales. La nota de prensa en tono de denuncia señala: “A menor cantidad, menor precio. ¿Cierto? No necesariamente”.

Asimismo, en dicha nota informativa se llama a colación el caso de la cadena francesa de superficies comerciales Carrefour, la cual estaría colocando avisos en sus góndolas y/o anaqueles para informar a los consumidores sobre el fenómeno de “shrinkflation”, en el que el producto de la empresa señalizado habría reducido su tamaño, pero mantendría su nivel de precio previo cuando la presentación resultaba de mayor cantidad o volumen.

Carrefour habría informado que por medio de dicha estrategia buscaría ejercer presión sobre las empresas fabricantes para que mantengan los precios bajos. Aun así, asociacionismos de consumidores han señalado que Carrefour por medio de sus marcas propias ha desplegado estrategias de reduflación.

Carrefour habría identificado unos 26 productos que han sufrido de reduflación cuyos productores resultan ser Nestlé, PepsiCo y Unilever. Entre Carrefour y los productores primarios ha habido dimes y diretes referidos a la existencia o no de inflación en los insumos y los costos.

Algunas consideraciones económicas pueden realizarse a la luz de la situación presentada entre estas marcas ubicadas en estadios distintos de la cadena de valor.

 

Racionalidad de la Reduflación:

Primero, en economías con inflación los ajustes de precios pueden responder a dicho fenómeno. Los costos marginales y unitarios suelen constituir un referente de umbral mínimo que los precios de los productos finales deben mostrar en el mercado. En este sentido, en la medida que el precio de los insumos aumente en economías con inflación o producto de situaciones coyunturales de reducción de la oferta generada por conflictos bélicos como ocurre en Europa; dicho referente o umbral aumenta.

Segundo, no resulta automático que una empresa que vea impactada su estructura de costos pueda realizar un traslado -efecto pass-on- de dicha inflación hacia sus precios finales. Lo anterior depende de la elasticidad precio de la demanda versus la elasticidad precio de la oferta. En la medida que la demanda resulta relativamente elástica, la empresa no podrá sino en el mejor de los casos trasladar parcialmente el incremento de sus costos hacia el precio final (es decir vería pinzar sus márgenes). Esto significa que incluso ante una demanda perfectamente inelástica un passthrough total no implica la generación de pérdida de peso muerto. Si el paradigma es el Bienestar Social no se habría producido afectación, sin embargo, si el paradigma es el Excedente del Consumidor, efectivamente habría afectación sobre el mismo.

Tercero, vale destacar que la existencia de correlación o paralelismo de aumento de precios entre distintos productos -incluso dentro de una misma categoría- no tiene por qué entenderse automáticamente como un ejercicio de poder de mercado o una colusión entre oferentes (por razones expuesta en el primer punto). Podríamos estar siguiendo a una correlación espuria.

Cuarto, un fenómeno inflacionario que impactara en la capacidad de pago de los consumidores se traduce en una contracción de la demanda lo que implica que los consumidores estarán demandando a los mismos precios menores cantidades. En este sentido, podría tener sentido, para el caso de productos que no se adquieren a granel, que vienen empaquetados y en consecuencia no existe en sus presentaciones alternativas a lo largo de una línea continua de medidas y volúmenes, adaptar las presentaciones existentes.

Quinto, para constatar que las marcas fabricantes estarían ejerciendo poder de mercado como para que “unilateralmente” aumenten sus precios y reduzcan sus presentaciones se requiere un análisis mucho más exhaustivo que va más allá de lo expuesto hasta ahora. Se requiere un análisis riguroso respecto al nivel de Competencia Efectiva en el mercado por producto.

 

¿Intereses Encontrados?:

Sexto, para intentar comprender en cuáles argumentos pudo basarse los señalamientos de Carrefour hacia los grandes fabricantes de productos de consumo masivo habría que repasar el funcionamiento y la relación entre éstos. Oferentes y luego comercializadores se encuentran en estadios distintos de la cadena de valor, por lo que cada uno desempeña un rol complementario a lo largo de la cadena. En este sentido, son socios porque se requieren y simultáneamente son contrapartes en lo que implica la regla de reparto del valor del producto en el mercado final de consumo. A partir de esta comprensión es que podríamos intentar entender las acciones de Carrefour.

Séptimo, no negamos el derecho de los consumidores a conocer si ha existido modificaciones en los productos que tradicionalmente han adquirido. Lo anterior puede advertirle lo que de otro modo pudo haber pasado desapercibido por el hecho de la costumbre de adquirir un mismo producto a lo largo del tiempo. Sin embargo, el tilde de “Reduflación” puede generar un “Efecto Encuadre” negativo en contra del fabricante, especialmente a la luz de lo descrito hasta ahora.

Octavo, cuando existe cierto poder de mercado por parte de más de una empresa a lo largo de distintos estadios de una cadena de valor puede producirse un fenómeno conocido como Doble-marginalización. Este fenómeno consiste en márgenes extra-competitivos sucesivos que de forma compuesta determinan un precio final muy elevado y en consecuencia poca demanda atendida (así como una pérdida de peso muerto potenciado).

Noveno, si el comercializador final cobrase un porcentaje sobre el producto, un mayor precio implicaría -ceteris paribus- mayores ingresos. Sin embargo, es de esperarse que a mayores precios la respuesta por parte de la demanda sea menores unidades compradas. Esto significa que un efecto volumen podría más que compensar al efecto ingreso, haciendo que el comercializador vea reducir sus ingresos.

Décimo, considerando lo dicho anteriormente, en el caso de una inflación generalizada que impacte sobre la estructura de costos de los fabricantes, mayores costos implicarán asimismo una menor oferta de bienes (una curva de oferta desplazada hacia la izquierda y hacia arriba). Lo anterior aunado a una eventual contracción en la demanda implicaría eventualmente un nuevo equilibrio en el mercado caracterizado por mayores precios y una menor cantidad de bienes comercializados (siendo que la demanda se desplaza hacia la izquierda y hacia abajo).

Décimo primero, en otro orden de ideas, precios y márgenes significativos en los productos finales -especialmente si valoramos un proceso de pérdida de poder de compra por parte de los consumidores- pueden ralentizar la rotación de inventarios. Sin embargo, la propia estrategia de Reduflación podría permitir que un presupuesto familiar impactado por la inflación pueda mantener la adquisición de unidades de presentaciones aun cuando con menor volumen del producto en cada una de estas.

Décimo segundo, la regla de reparto del valor del bien en el mercado -más allá del problema de Doble-marginalización- suele constituir un tema de tensión entre productor y comercializador final. Dicha regla tenderá a beneficiar a aquel agente económico que posea un poder de negociación superior. ¿Podría estar motivada una estrategia de señalamiento de productos con Reduflación en recomponer dichos poderes de negociación?

Décimo tercero, en la medida que el comercializador final posea espacios limitados en los anaqueles, podrá preferir aquellos productos que le ofrecen mayor margen y rotación. La señalización puede tener por objetivo estratégico de identificar aquellos productos donde el comercializador ha perdido “terreno” en la captura de parte del valor final del producto. Sin embargo, por lo general, si partimos de cierto poder de mercado y reputacional de marca por parte del productor, también habría que valorar que dichos productos cuentan con preferencias por parte de un segmento del mercado e incluso un eventual nivel de rotación de inventarios.

Décimo cuarto, en el caso que el comercializador final también ofrezca productos de marca privada o productos propios, la estrategia de señalamiento de Reduflación puede estar orientada a desplazar de la cesta de adquisición de productos a la competencia. En este caso podría estar produciéndose una estrategia del tipo Self-preferencing por medio de la cual se estaría beneficiando a los productos propios frente a los productos de la competencia.

Décimo quinto, no resultaría descartable que el comercializador pretenda posicionarse por medio de la experiencia del consumidor como un aliado que le informa sobre los movimientos del mercado.

El fenómeno de Reduflación posee justificaciones y/o explicaciones de diversa naturaleza por lo que una presunción de ejercicio de poder de mercado no puede ser automática. Por su parte, la estrategia del comercializador final de “avergonzar” a otro oferente complementario en la cadena de valor también puede responder a hipótesis muy variadas y diferentes entre sí que exigirían mayor información para contrastarlas.


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