El régimen y los evangélicos
Escrito por William Anseume | X: @WilliamAnseumeB   
Sábado, 02 de Septiembre de 2023 06:42

altEn su desespero por llegar a avanzar en algo en la sociedad venezolana, sin escrúpulo alguno, como acostumbra,

el régimen de Nicolás Maduro no sólo ha empleado el estricto control social. Los bonos en el Sistema Patria o las bolsas Clap son apenas una muestra de ello. Las movilizaciones, marchas o concentraciones, las completan, sin buen resultado notorio, con los empleados públicos obligados con lista y todo a subir a los buses a estar en los sitios, so pena de las duras represalias conocidas. Los agentes del Consejo Comunal parecen espías a sueldo, aunque no sean una  ni otra cosa. 

 El colmo de esta etapa tan pesada para quienes detentan el poder y están por recoger en las elecciones venideras el resultado de su despotismo, es ir a parar a congraciarse con las iglesias evangélicas del país. Les bajan recursos reparadores, como han anunciado y hasta los acompañan descaradamente en sus congregaciones. Rueda un vídeo muy elocuente al respecto, con personeros del régimen y familiares del usurpador gritando en tarima religiosa. No es nuevo este juntarse de política con religión. Fue efectivo a la hora de acabar con la dictadura perejimenista, a pesar de que antes el sátrapa hacia carantoñas sólidas con la iglesia católica. De su período data la Universidad Andrés Bello. Pero no les ha quedado más remedio que acudir a estos centros de aglutinamiento religioso con la pretención de alcanzar buena parte del país, en el entendido de que un porcentaje importante de la población, si bien no el mayoritario, se cobija en esos cultos en busca de paz espiritual y alejamiento de la cruda realidad circundante. 

¿Pero lo hacen por fervor, por creencias arraigadas, por deseos de superación profunda de sus males posiblemente sanados con la oración? Que va. No podemos juzgar, ni es mi deseo, a quien se acoge a una religión. La libertad de culto forma parte sustancial de los DDHH. Pero de allí a ver a un ser con signos de vampiro en alabanza divina después de haberlo visto en la ebriedad absoluta, por decir lo menos, no luce sino como parte del show. Como parte de las necesidades proselitistas y cuenta votos de quienes han calculado allí una veta importante para llegar a doblegar conciencias religiosas con interés económico y político. Mezcla perversa pero conveniente, indudablemente. ¿La conversión de Drácula? O del otro, del hijo del otro. No qué va. A otro perro irá ese hueso. 

Por otro lado, la búsqueda del perdón espiritual no puede seguir mientras se cohonesta una situación general de crueldad manifiesta. De desaparecidos, de presos injustamente tratados, de muertos, de llegar a criminalizar a quienes protestan por el pan o los sueldos, o a la madre de un preso político. Eso no puede tener perdón de Dios en ninguna religión. Lo curioso, además, estriba también en el hecho de que a esa financiación de los evangélicos no la tocan las sanciones. Por supuesto, no serán todas las iglesias, no todas las personas que esas iglesias integran, como todo. Pero mueve a curiosidad que en un país sin recursos, supuestamente, para la educación, para la salud, para el trabajo, haya dinero fresco para alimentar la espiritualidad distanciadora de la vida mundana. Conste que mi interés  no es criticar a los evangélicos que pudieran estar recibiendo o no algún beneficio. No. Mi crítica va a quienes los usan con miras políticas. 

El régimen es tan mentiroso que bien pudiera estar engañándolos a ellos y a toda la sociedad, haciendo ver que los protege económicamente sin que así sea. Recordemos el engaño a los jubilados con un bono que nunca dio, ofrecido el primero de mayo. 

Espero que los religiosos evangélicos sepan captar la estrategia política nada divina y hagan como los habitantes del municipio Sucre, a quienes les daban electrodomésticos. Que agarren y voten, cuando toque, con su conciencia limpia y no con la compra de ella. Tan ingenuos no pueden ser. ¿Verdad? 

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