Estado torturador |
Escrito por Antonio José Monagas | X: @ajmonagas |
Domingo, 25 de Septiembre de 2022 00:00 |
La teoría política acude a distintos adjetivos para calificar condiciones que caracterizan una situación política o económica de Estado. Según la ciencia política, se enfocan las realidades subordinadas a tendencias ajustadas a leyes y disposiciones que ordenan el devenir correspondiente. Así se establecen conceptos que definen un modelo de Estado y de la organización social, política y económica por la cual dispone la respectiva normativa. De acuerdo a los tipos y carácter que comporta un Estado en particular, puede hablarse de Estado Benefactor, Estado Cooperador, Estado Corporativo, Estado Fallido. Incluso, de Estado Torturador. Cada una de esas categorías políticas, describen la modalidad social, política y económica bajo la cual el Estado en cuestión desarrolla sus propósitos. Y aunque el concepto de “Estado Torturador” sigue extrañando un fundamento epistemológico que avale su significado, su realidad es claramente reveladora de lo que a su interioridad acontece. Sobre todo, al tratarse de un Estado-Nación cuyo sistema político se apega al pensamiento arbitrario y despótico del totalitarismo el cual infunde no sólo una ideología endosada del odio necesario para frenar en el hombre lo que sus proyectos de construcción de vida inspiran. Igualmente cabe decir que esa doctrina totalitaria, engendra el resentimiento del cual se vale un régimen totalitario para provocar la indolencia y carga de violencia que justifica la acción de “torturar”. Principalmente, a quienes manifiestan el rechazo e indisposición de apoyar aquellas decisiones arbitrarias de un régimen político que no tiene empacho en realizar aberraciones disfrazadas de “democráticas”.
La “tortura” en la perversidad del poder Por tan contrariada razón, esos Estados Torturadores se distancian de todo valor jurídico formalizado alrededor del concepto de “Estado democrático y social de Justicia y de Derecho”. De ahí que sus ejecutorias, son reforzadas por la figura del “hombre nuevo”. O del “nuevo republicano”, como lo plantea el régimen venezolano en la letra de su llamado Plan de la Patria y en algunos preámbulos de leyes. Esto señala a quien se atreve a actuar desprendido de todo principio de moralidad para así identificarse con el totalitarismo en tanto que modelo de Estado y de organización sociopolítica. En el contexto del totalitarismo, ese fulano “hombre del régimen”, consigue en la impunidad el regazo necesario para encubrir la ignorancia. Y de la cual se sirve para convertirse en furibundo prosélito a cambio de la miserable postura que le otorga la ideología y el terror que ejerce desde una violencia amañada a prácticas degradantes. Pero que en la perspectiva pervertida de un Estado Totalitario, es la razón de facto que lo convierte en “torturador”. Especialmente, cuando actúa a la sombra de una institución estatal que ficticiamente se arroga la potestad de brindar “seguridad” a la ciudadanía. Se tiene, por ejemplo, el caso de países que, en su desenvolvimiento, ensayan el totalitarismo como forma de dominio. Aparece la tortura como el medio del cual se valen esos Estados para destruir las capacidades, derechos y libertades políticas del ciudadano que afianza su vida en el devenir democrático. La tortura, a decir de la Organización de Naciones Unidas, ONU, o del Protocolo de Estambul, es todo acto por el cual se ocasiona intencionalmente dolores o sufrimientos graves, físicos o mentales a una persona, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión que interese a un estamento de poder o gobierno. Aunque la Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 5, refiere que “nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”, la dinámica política ha continuado consintiendo actuaciones de tortura en Estados totalitarios. También llamados, “Estados Verdugos”. Sólo que cuando la tortura se emplea como trato ordinario a instancia de intereses ocultos y necesidades desmoralizadas a las que acude un Estado en aras de propósitos envenenados por afán de la ideología y del terror dominante, entonces las realidades develan la presencia nefasta de un Estado Torturador. |
Una SVU de vanguardia: la C35 Plus de ChanganChangan Auto nos invitó al lanzamiento, en el complejo industrial Yarapark, en Yaritagua, de su nueva SVU, la C35 Plus, pero no solo eso, nos permitió manejarla |
Tres conciertos ofrece El Sistema este fin de semanaEl Sistema presenta un magnífico abanico de opciones con ejecuciones inigualables para el disfrute del público que esta semana incluye |
Unimet y Fundación Venemergencia crean materia "Auxilio Médico Integral"El Departamento de Desarrollo Integral de la Facultad de Humanidades de la Universidad Metropolitana y la Fundación Venemergencia suman esfuerzos para mejorar el acceso a la salud en Venezuela |
A casa llena “La Hora Menguada” en el Centro Cultural Chacao“La Hora Menguada” estrenó a casa llena en sus primeras funciones, y promete seguir arrasando en la taquilla en su último fin de semana. |
Ford introduce en Venezuela la nueva Bronco Wildtrak 4x4Ford Motor de Venezuela presenta la nueva Bronco Wildtrak con desempeño único, diseño icónico y tecnología inteligente. |
¿Pasó el tiempo de María Corina Machado?La importancia de María Corina Machado es supra electoral, lo hemos ratificado incesantemente. |
GuillotinaSegún se esperaba, el tiempo político en Venezuela opera hoy como una guillotina. |
Las dos anclas de la vidaEl sentido de la vida es un asunto sobre el cual hay que trabajar. |
Del fascismo y la academiaA este marxismo del siglo XXI venezolano le ha faltado discusión, por lo menos, en los términos que merecía |
Dos cosasSí, son dos cosas imprescindibles que urge atender en estos turbulentos tiempos. |
Siganos en