Del mercado socialista (ZEE)
Escrito por Luis Barragán | X: @luisbarraganj   
Lunes, 18 de Julio de 2022 00:00

altMuchísimos años atrás, construyeron un centro comercial al lado del mercado municipal de Quinta Crespo (Caracas),

como si bastara la sola edificación para presumir de un referente y de una intensa actividad que lo ameritaba. Recordamos muy bien los dos privilegiados locales de planta baja que daban hacia la avenida Baralt, dedicados a la venta de arepas rellenas: el uno proclamado socialista de precios tan irrisorios como el producto mismo ofrecido; y, el otro, con precios tan grandes como el relleno de su más variada oferta.

En los tiempos de su construcción, al inmenso inmueble para un sector del lejano oeste de la ciudad capital, embudo histórico del tráfico automotor, lo presumimos como el estacionamiento que le hacía tanta falta al no menos histórico mercado municipal con el que difícilmente podía competir. Hoy, en el contexto de una intensa buhonería de mera supervivencia, con edificaciones cercanas de semejantes propósitos, invadidas las que fueron sedes de grandes firmas mercantiles, es fiel reflejo del derrumbe económico del país que a duras penas reflotó el petróleo al alcanzar los cien  dólares por barril, tan fácil y criminalmente dilapidados.

Aquella arepera socialista replicada hasta por camiones que deambularon por cualquier vereda urbana, es un lejano recuerdo de la ilimitada demagogia oficialista, pero también su vecina que  siempre estuvo más concurrida, ocupante de un local del que únicamente podía beneficiar al alto personero del gobierno que lo obtuvo. Obviamente, cuales gallineros verticales o rutas de la empanada, la arepa sirvió para anunciar infinitamente el nuevo modelo económico en la divertida programación semanal del entonces mandatario (a modo de ilustración, clic aquí).

Es, hacia 2013, ocupado el poder por el sucesor designado, que de nuevo se ensaya una nomenclatura que no había gozado de fortuna, pues el llamado socialismo de mercado o mercado socialista, alzaba un pesado vuelo que le permitía a los socios minoritarios del poder cuestionar. Voceros de partidos y círculos bolivarianos se hacen eco del antiguo y definidor contraste entre la economía de mercado y la economía planificada, marcando la distancia con la herencia de Jorge Giordani, propulsor del capitalismo de Estado (El Nacional, Caracas, 10/06/2013). 

Huelga comentar que nunca hemos escenificado un debate ideológico ante el modelo implementado en el presente siglo, interesadísimo el poder establecido en obviarlo, postergarlo y finiquitarlo. Jamás se ha sabido de fulgor público alguno en la materia, salvo aisladas expresiones, bajo el pretexto de que a nadie la importa alcanzar tamañas profundidades.


Capitalismo de discreto incógnito

Profundidades alcanzadas en décadas lejanas que obedecieron a otras condiciones históricas, como las de la Guerra Fría, revelando una contrastante calidad del dirigente político que tomamos por ilustrado, manifestación cierta de la modernidad. La coincidente indiferencia del promedio oficialista y opositor de ahora, nos lleva no sólo al predominio del dirigente de la postmodernidad, sino al carácter de partidos “recógelo-todo”, en una y en otra acera, cuyas imprecisiones también les ayuda economizar  esfuerzos en las tareas de formación doctrinaria suplidas por la propaganda y la publicidad. 

Haiman El Troudi propició la discusión del modelo a implementar, a través de “La política Económica Bolivariana (PEB) y los dilemas de la transición socialista en Venezuela (CEPES-Monte Ávila Editores, Caracas, 2010), pero no encontró eco más allá del cenáculo de intelectuales decididamente socialistas, antes que chavistas. Valga acotar,  ocupó  altas posiciones de Estado, pero fue breve la pasantía por el decisivo ministerio de Planificación y Desarrollo. 

Independientemente de las diferencias ideológicas y políticas que suscita, el autor reflexiona con sobriedad sobre el socialismo de mercado, invocando el paradigma sino-vietnamita. Respecto a China, El Troudi refiere que, “en menos de veinte años, China alcanzó tasas colosales de desarrollo económico,  pero a qué precio”, manifestando que las zonas económicas especiales fueron “creadas en función de conceder a la inversión extranjera zonas abiertamente capitalistas”, concluyendo con Mandel que el modelo chino no responde al postulado marxista, “por lo que no puede ser catalogado como socialista, sino en tránsito al socialismo” (26 s.).

Lo dicho concuerda con algunos planteamientos hechos, por ejemplo,  a propósito de la primera discusión que se dio en la ilegítima Asamblea Nacional, llamada del 2020, sobre el proyecto de Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales (ZEE), destacando el realismo de Rodolfo Sanz al mencionar el fracaso de todos estos años que lo imputa al consabido bloqueo,  y la oposición de Oscar Figuera (https://www.youtube.com/watch?v=vGZ7zQDXDrc); caso éste, por cierto, único al tratarse de la segunda discusión, siendo censurado (https://www.youtube.com/watch?v=oTpWRKI06gw&t=905s). En nada sorprendente, ya que el secretario general del Partido Comunista se ha hecho eco de una interpretación ortodoxamente leninista que no ha calado en las altas esferas del poder, propugnando un “Estado Democrático y Popular Revolucionario”, confiado a la Fuerza Armada, tal como lo reseñó Hernán Lugo-Galicia tiempo atrás (El Nacional, 13/07/13). 

Es de suponer, hay claridad respecto a la naturaleza y papel de las zonas económicas especiales, permitiéndonos dar nuestra versión en la legítima Asamblea Nacional (https://www.youtube.com/watch?v=n4x8C1_94gg), aunque entra en el generoso rubro de la transición, donde todo pretexto cabe después de veinte largos años de un monumental retroceso y quiebra económica del país.  Por lo pronto, zona económica – fuere o no, especial – será lo que el régimen deseé que sea y, aunque sus resultados caractericen mejor y contundentemente al régimen, las ambigüedades del sempiterno discurso del poder las afirmará o negará como expresión del mercado socialista o socialismo de mercado, ensayando  con otras etiquetas así no guarden correspondencia  con la realidad: “… El socialismo de mercado no parece diferir en mucho de una especie de capitalismo de discreto incógnito”, comentaba A. de Asay (https://riim.eseade.edu.ar/wp-content/uploads/2016/08/Jasay.pdf).  

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