El 1 de mayo 2022 Maduro para tapar el pacto con Fedecámaras que consistió en no aumentar los salarios con motivo del dia del trabajador,

anunció un bono de 10 mil bolívares como pago único por sus prestaciones sociales a los trabajadores de la administración publica que fueron jubilados entre el 1 de enero de 2018 hasta el 1 de mayo 2022, aunque el bono era discriminatorio por ser para todos los jubilados, beneficiaba en algo a los favorecidos. En ese momento, según Maduro, era para “hacer justicia”, aunque no dijo que clase de justicia era. Dos días después la vicepresidente Delcy Rodríguez hizo la formal “traducción de lo que quiso decir Maduro y anunció que el pago del bendito bono beneficiaría a 120 mil jubilados de mas cuatro millones, y sería cancelado en tres partes, entre el 1 de mayo 2022 y el 1 de mayo 2023, pero sin anunciar cuando sería el primer pago ni los otros dos pagos restantes. Delcy dejó la vaina en el limbo.

Después de ese cacareado anuncio de Maduro pasó el mes de Mayo, pasó el mes de junio y ya Julio va por la mitad a la hora de redactar este artículo, y los jubilados que supuestamente cobrarán el bono, pero sin saber cuándo ni como, siguen esperando que tanto Maduro como Delcy digan algo sobre el bendito bono. Es como si hubiesen hecho una operación quirúrgica para extraer ese anuncio de la memoria humana, tal como ocurre cuando borramos un archivo de nuestro teléfono o de la computadora. Pero esos archivos que eliminamos de del teléfono y la computadora podemos recuperarlos con algunos avances tecnológicos. Sin embargo, con solo buscar el video cuando Maduro hizo el anuncio, o el de Delcy cuando hizo la traducción, bastaría para “recuperar la memoria humana perdida”.

Por cierto, el mismo domingo 1 de mayo mi amiga Carmen, (digo lo solo el nombre, el apellido me lo reservo) es profesora jubilada desde el 2021 y pensionada desde 2016, me llamó para decirme que por fin podría comprar la nevera nueva y un microonda, porque ambos se quemaron el 7 de marzo de 2019 cuando el apagón nacional y no tuvo a quien cobrarle ese daño, y no había podido reponerlos porque la nevera mas barata cuesta por encima de 500 dólares y el microonda por encima de 100 dólares, mientras que la pensión y jubilación juntas no llegan a sesenta dólares mensual, lo que hace difícil de comprar. La amiga Carmen en una oportunidad me dijo que iba al trabajo con los zapatos remendados porque el sueldo y la pensión no alcanzaban sino para medio comer.   

Cuando mi amiga Carmen me llamó muy entusiasmada con el anuncio de Maduro, le dije, “amiga, ya conocemos a Maduro de ofrecer y ofrecer y nunca cumple, sin embargo, en esta oportunidad quisiera estar equivocado y le doy el beneficio de la duda”, Carmen me dijo, “vamos a pedirle a la Virgencita Del Valle”, en ese momento le iba a comentar que a veces la ayuda de la Virgen no es suficiente, pero guarde silencio para para no romper con el sueño de mi amiga Carmen. Pues bien, el pasado lunes 11 de julio, Carmen me llamó para decirme: “tu como que tenías razón porque hasta la fecha Maduro no ha cumplido lo prometido el 1 de mayo. Le dije a Carmen, caramba amiga, lo siento muchísimo por ti, porque se la falta que te hace la nevera y el microondas que necesitas comprar con esa plata.     

Aquí es importante precisar que cuando Maduro hizo el anuncio, el dólar costaba 4,45 bolívares, los 10 mil bolívares representaban 2 mil 227 dólares a la tasa oficial del Banco Central de Venezuela. Pero hoy, 13 de julio, dia cuando redactamos este articulo para enviarlo a los medios donde lo publican, el dólar del Banco Central de Venezuela cuesta 5,63 bolívares, ahora los 10 mil bolívares son 1776 dólares, significando una pérdida de 447 dólares.  Por eso afirmamos que el enuncio del 1 de mayo 2022 fue una gran estafa contra esos jubilados. Seguramente ese bono en teoría lo suma Maduro para decir que esta vaina se arregló.

|*|: Columna "Nuestra óptica"