¿Es Ledezma el "Hombre de Transición"?
Escrito por Alfredo Sánchez   
Viernes, 26 de Junio de 2009 06:27

Su visita a Estados Unidos generó nuevas suspicacias en el oficialismo y un entusiasmo real pero comedido en la oposición, porque, si bien es cierto que no se reunió con el Presidente Obama, sí fueron escuchados sus planteamientos en distintos escenarios políticos de significación. Ahora la pregunta es...

¿Está capacitado Ledezma para liderar el proceso de unidad que requiere la oposición para que dejen de percibirla como el saco de gatos que es? Y sobre todo, más allá de eso... ¿Será capaz de reunificar al país en torno a su figura y a una propuesta política como ya lo hizo con la ciudad capital? ¿Cuántos son los escollos que aún le quedan por superar? ¿El rechazo que produce su nombre en algunos sectores chavistas por su pasado adeco es suficiente razón para que los chavistas resentidos con la acción de gobierno no salten ya la talanquera ante la inminente ola de protestas sociales y el empeoramiento de la crisis? Todas las dudas en torno a su futuro político próximo parecen disiparse ante el hecho de que más nadie tiene ganado su propio peso específico, voto a voto, como lo tiene el Alcalde Metropolitano.

Y además, el gobierno, por más que ha intentado sabotear su gestión, no ha podido ni podrá (salvo que le dé un palo a la lámpara) terminar de quitarlo del camino, al menos democráticamente...

¿Está en todo caso Ledezma hoy en día a la altura de los acontecimientos?

En su entrevista con Patricia Janiot en CNN, lució más bien como Chávez cuando era candidato en 1998. Antes de su elección, el actual presidente era apenas un enjuto prospecto de "homo politicus" en formación...

Sin embargo, el tiempo, la experiencia de mando, y unos buenos asesores políticos, hicieron la diferencia.

Y la elección como Alcalde mayor de Ledezma no ha sido producto de la casualidad.

Ledezma, al igual que Carlos Ocariz en Sucre y que el mariscal Montgomery (quien durante la campaña del desierto llevó en su caravana una fotografía enmarcada de Erwin Rommel) ha estudiado bien las técnicas de liderazgo de su enemigo con el objetivo último de vencerlo. Pero... ¿Lo logrará? Falta mucho trecho aún.

Por lo pronto, recuerdo lo dicho por el alcalde Guiliani tras los atentados del 9/11 en Nueva York: "Recurrí a Churchill para que me enseñara a dar un nuevo vigor al espíritu de una nación agonizante. Durante los peores días de la Batalla de Inglaterra, Churchill jamás salió de Downing Street para decir: "No sé qué hacer" o "Estoy perdido". Salía con una dirección y un propósito, aunque tuviera que fingirlos".

Y qué duda cabe que tanto Ledezma como Betancourt en su momento tuvieron que pasar por la amarga circunstancia de no tener ni la más remota idea de cómo derrotar a un dictador omnipotente como lo fue en su tiempo Marcos Pérez Jiménez y como lo es ahora Hugo Chávez.

En la misma situación se vio más de una vez Churchill ante la avasallante maquinaria bélica hitleriana.

Pero un gran líder echa pa´lante con lo que sea. Así tenga que "inventar" algo, pues el fingimiento forma parte del liderazgo político, porque como dice San Pablo en su primera epístola a los Corintios: "Si la trompeta emite un sonido incierto, quién se aprestará a la batalla?".


Fuente: Diario Antorcha


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