En Venezuela casi no hay pan, porque casi no hay harina, y casi no hay harina porque no hay dólares para que la importe el sector privado,

y no hay dólares para importarla porque el Estado ha constituido un monopolio de importación de harina, y los dólares se desaparecen tanto como la harina misma. Por eso casi no hay pan.

A todo este despropósito, Maduro lo llama la “guerra del pan”… Y tendría razón si aclarara que la referida guerra ha sido declarada y es ejecutada por su desgobierno en contra de los derechos alimentarios de los venezolanos. Y no sólo faltan los alimentos básicos, sino las medicinas y prácticamente cualquier producto necesario para la subsistencia de las personas, las familias, las comunidades y la nación entera.

Según Maduro y los suyos, la culpa de que casi no haya pan la tienen las panaderías. Y están comenzando a “ocuparlas” bajo cualquier pretexto, y con la intención de “crear” unas supuestas “panaderías socialistas”. Pasará lo mismo que con las “areperas socialistas”. Un fraude para el pueblo y un negoción para los enchufados.

Un buen amigo que tiene una excelente panadería, me comentaba en estos días que llegó de Portugal para establecerse en Venezuela en 1949, y que nunca había padecido una situación semejante a la actual: casi no hay harina, luego casi no hay pan, luego hay inmensas colas de los clientes, y además laboran bajo la amenaza de que serán “ocupados” en cualquier momento. Una auténtica tragedia.

Y es así, porque la “guerra del pan” --es decir casi no hay pan por culpa de la nefasta hegemonía, y ésta, como siempre, responsabiliza a los otros de sus desafueros-- forma parte de la guerra general del poder establecido en contra de Venezuela, de sus recursos, de su potencial, de su patrimonio y, sobre todo, en contra de su gente.

Depaupera e impera, afirmaban los romanos. Y esto es lo único que hace la hegemonía que encabeza Maduro. Depauperar y todavía seguir imperando. O lo que es lo mismo, despotizar, depredar y envilecer. Y pretender hacerlo hasta siempre. Mientras Maduro continúe donde está, todo se podrá peor en lo económico, social y político.

Y en cuanto al tema de estas líneas, se terminará de acabar el pan, y los venezolanos perderán otro alimento esencial. No hay derecho que estas cosas estén sucediendo en la Venezuela del siglo XXI. No hay derecho…

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