El desarrollo de estrategias de aula  a través de   elementos de comunicación diseñados para mejorar la formación participativa, convierten al aula en la primera red social colaborativa en donde puede diseñarse no la intervención comunitaria, expresión que no compartimos por sus ingredientes destacadamente conductistas, sino antes bien, la activación comunitaria, la conexión colectiva sensible entre el trabajo personal y grupal de la clase con  el desarrollo del conocimiento en la comunidad, la necesidad de crear los valores sociales del conocimiento expuesto en clase, impregnándolos con las necesidades y las preguntas de la propia comunidad.En cierta forma, al aula académica se “abre” para convertirse en “aula social”. Allí, los códigos de comunicación unidireccional no funcionan .Para “aplicar” funcionalmente en la comunidad, es necesario realizar una buena simulación de “aula abierta” en el propio salón de clases, además de preparar los escenarios posibles para la exposición pública de contenidos socialmente aplicables, desde los más hostiles hasta los más favorables.Es el dominio de escenario y colocarlo a favor al conocimiento aplicado y su utilidad , lo que permite la apropiación de la circunstancia a favor del hecho cognitivo-colaborativo.