La realidad de la Venezuela sometida a un anacrónico proceso revolucionario que no llevará a ninguna otra parte que al despeñadero, a la destrucción sistemática de las instituciones, de la economía, al hambre, a la miseria, y a la quiebra definitiva del sistema democrático, nos dice que no debemos caernos a engaño con respecto a lo que pretenden hacer con la educación mediante el proyecto de ley Orgánica de Educación que discute la  AN, y con el cual quieren ir hacia la configuración del “hombre nuevo”, el mismo que se planteó la comunista revolución del vándalo y sanguinario Fidel Castro en Cuba.

Quiere montarnos el mismo sistema que le encaramaron a los pobres cubanos hace  50 años, para desterrar cualquier “resabio” de la ideología neoliberal o capitalista, y para ello van a llegar a la misión final como es la expropiación de los colegios y universidades privadas, así como la confiscación de la autonomía de las universidades nacionales.

En un sistema comunista como el que pretende instaurar Hugo Chávez en nuestra patria, no pueden coexistir dos tipos de educación. Una, dirigida por el Estado, en la búsqueda del socialismo; y por el otro, una educación privada, abierta a todas las ideas del pensamiento y totalmente libre.

Hace unos cuantos años, con el consenso de todos los sectores involucrados en el proceso educativo, fue aprobado un proyecto de ley de educación que  estaba fundamentada, entre otras de sus buenas virtudes, en el respeto a todas las corrientes del pensamiento.

Pero la estrategia de la robolución la hemos dicho:

1) Control del Gobierno y de sus poderes públicos por parte del dictador;

2) Control y apropiación de los bienes y servicios de la nación, particulares o colectivos, sin respeto a la propiedad privada, la cual sería eliminada paulatinamente;

3) Control de la opinión publica mediante el  cierre, expropiación, apropiación, intimidación o robo de los medios de comunicación social; y persecución, encarcelamiento u hostigamiento a cualquier voz disidente, y

4) La educación, mediante la enseñanza de un solo pensamiento fascista-comunista, donde se oculta su fracaso histórico y se pretende inculcar a nuestros niños bondades de un sistema nefasto para las sociedades que lo han vivido, impidiendo el libre discernimiento y desarrollo de nuestros jóvenes, al mejor estilo hitleriano y castrista.

(*): Presidente de Un Nuevo Tiempo Zulia