Por la recuperación del Lago
Escrito por Anaís Caldera Rodríguez   
Martes, 20 de Octubre de 2009 21:18

altLa lemna ya habita en el lago de Maracaibo. Permanece en sus aguas, porque simple y llanamente ha encontrado allí suficiente cantidad de fósforo, nitrógeno y otros agentes contaminantes que le nutren, le hacen florecer, le dan vida, le permiten reproducirse el cual en vez de resaltar sus cualidades naturales, ha incrementado su deterioro y desequilibrio ecológico, al adueñarse de un espacio que no les propio y alterar su biota acuática.

La aparición, otra vez, de esta planta macrofita en ese sistema lacustre devela que el organismo e institución creado para su conservación, preservación y mantenimiento no ha ejecutado los programas de largo plazo más idóneos para atacar de raíz las causas de la contaminación generalizada que presenta el Lago de Maracaibo desde hace 40 años aproximadamente y, por consiguiente, tampoco han acertado en los planes coyunturales diseñados para erradicar a la llamada lenteja de agua, la cual es una consecuencia del férreo deterioro biológico, físico y químico que padece.

Es una muestra fehaciente de que la contaminación del Lago ha aumentado y que no tiene competidores ni depredadores que limiten su florecimiento. Es decir, no consiguió condiciones ecológicas que impidieran su fecundación.

Esa planta vascular en el Lago coloca en evidencia la débil gestión ambiental existente en los órganos rector y ejecutor de la política ambiental del país, así como de las dictadas para la conservación, defensa y el mantenimiento de ese reservorio de agua dulce.

Implica que las conferencias sobre Medio Ambiente Humano y sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebradas en Estocolmo y Río de Janeiro, en 1972 y 1992, sólo sirvieron para crear al Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales y algunas leyes que sustentaran la gestión ambiental del país, pero no para implantar la conservación, la defensa y el mantenimiento del ambiente como una política de Estado que considerase al ambiente como el eje principal sobre el cual se debe realizar toda la planificación nacional y, por consiguiente, las acciones ejecutadas para atacar cualquier problemática ambiental, en este caso, la contaminación del Lago de Maracaibo, se hace aislada y no de manera holística e integral, impidiendo corregir las causas que lo originan e intervenir únicamente los efectos del problema, creyendo que esa es la solución y, por el contrario, sólo acarrea gastos improductivos.

La lemna en ese sistema lacustre constituye un alerta para que el Gobierno central comprenda que la conservación, preservación y el mantenimiento del Lago de Maracaibo debe convertirse en una competencia compartida con los otros dos niveles de gobierno (estadal y municipal), con el fin de que la actuación gubernamental sea oportuna y efectiva, más no retardada, tal y como sucedió en 2004, cuando la representante del Ministerio del Ambiente declaró en emergencia al Lago mucho tiempo después de que la lemna había invadido sus aguas, perturbando la salud de los pobladores y acabado con el sustento de los pescadores.

También es un indicador de que la ciencia en este país no corre al ritmo de los problemas ambientales existentes.

Es increíble que habiendo una facultad de Ciencias en el Zulia, aún sus investigadores no hayan presentado una solución concreta para erradicar esa planta vascular, porque aún están estudiándola para conocer sus características.

Y mientras no tengan una solución definitiva en función de sus estudios, otros seguirán ofertando remedios que alterarían, en mayor proporción, las condiciones de ese ecosistema, porque se basan en el uso de sustancias químicas que sólo acelerarían su muerte.

La lemna pertenece a la división Antófitos y está integrada por todas las plantas denominadas comúnmente plantas con flores, así como el grupo más amplio y conspicuo de la flora actual, formado por 300 familias, que comprenden 275 mil especies. Está formada por elementos laminares de carácter folíaceo, con una pequeña parte axial en la base, a menudo, sin raíces, las cuales, en todo caso, carecen de los absorbentes.

Poseen flores unisexuales monómicas, las masculinas con un sólo estambre y las femeninas con un sólo carpello.

El problema de esa planta acuática, flotante de aparato vegetativo sumamente reducido, debe preocupar a todos. Cada venezolano debe alzar su voz en pro de la recuperación del lago de Maracaibo, porque sus potenciales naturales, ecológicos y económicos no sólo le pertenece a los zulianos por encontrarse enclavado en este territorio.

Es un pedazo de Venezuela que emerge desde sus adentros riquezas que benefician a los 23 millones de habitantes del país, así como a los otros tantos extranjeros que han hecho de Venezuela su cuna y hogar.

Por eso, toda la degradación y devastación que padezca se revertirá en todos y cada uno de los venezolanos, especialmente en todos aquellos que tuvieron la potestad de salvarlo de las manos de la contaminación y no lo hicieron por anteponer los intereses políticos a los colectivos y por no entender que el lago de Maracaibo es un reservorio de agua natural que merece salvarse, al igual que el lago de Valencia, que el río Turbio de Lara, el río Cabriales, de Valencia; el río Guaire, de Caracas y Miranda y cada una de las áreas bajo régimen de administración especial que están amparadas legalmente, pero que en la práctica también son pruebas de que en Venzuela no hay una gestión ambiental fortalecida que resguarde el ambiente y los recursos naturales, propendiendo la activación de proyectos que no son ecológicamente sustentables.

Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com