Molesta leer en la propaganda oficial de la Gobernación del estado y del partido Un Nuevo Tiempo, que ¡El Zulia sigue ganando! A nuestra manera de ver, dicha afirmación no se corresponde con la verdad. Da una falsa imagen de la realidad. Crea una sensación de bienestar, de conformidad que favorece al régimen. ¿O es que acaso las tropelías del dictador no afectan al Zulia por el solo hecho de haberlo rechazado?

En algún momento pudo tener algún sentido expresar que el Zulia ganaba con las victorias electorales, y por supuesto perdía si el triunfo correspondía a los candidatos chavistas. Hoy no tiene sentido. O, ¿es que algo hemos ganado en los últimos años cuando lo único que no hemos perdido es la dignidad?

El Zulia retrocede como pocas veces en nuestra historia. Vivimos momentos de dificultades, sobre todo para quienes no se doblegan ante el poder porque creen en la libertad, en la democracia, en la región y sus grandes posibilidades. Hemos sufrido la brutal arremetida de una dictadura con un proyecto político totalitario. Nuestro estado ha sido despojado de atribuciones, competencias e ingresos en abierta violación de la Constitución. El régimen permanentemente desconoce la representación de nuestros dirigentes.

Agreden, insultan y acorralan a nuestros gobernantes. Golpean inmisericordemente nuestras instituciones. Y como en toda Venezuela, la represión selectiva, la persecución política, el uso del miedo como arma política y las restricciones a la libertad se dan por doquier.

El destino del Zulia está indisolublemente ligado al destino de Venezuela, de la patria grande. Es inconcebible que Venezuela siga perdiendo y el Zulia esté ganando. Para nosotros, Venezuela como el Zulia tiene más de una década perdiendo, perdiendo su libertad, su poder de decidir sus gobernantes, de escoger sus leyes y subordinar a ella a todos y particularmente a quienes ejercen el poder. También hemos perdido una nueva oportunidad generada por los altos ingresos petroleros que pudo habernos permitido desarrollar una política económica y social que produjera una mejoría permanente e irreversible en la calidad de vida del venezolano.

La situación de Venezuela debemos revertirla para que todos ganemos. Para que un día podamos decir realmente, sin confundir a nadie, que el Zulia ha ganado.

(*): Abogado

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