Una negra nube se cierne sobre los presupuestos regionales y municipales, así como los presupuestos de las universidades, ante el anuncio presidencial de estimar los ingresos del país sobre la base de 40 dólares el precio del barril que, en este año, promedió más de 52 dólares.
Mientras esto ocurre, entre nosotros un taladro venezolano en plena actividad, cuyo costo no sabríamos estimar, trabaja en Bolivia y se determina por voz oficial que Cuba nos debe actualmente 9.5 millardos de dólares; República Dominicana nos pagará el petróleo con caraotas negras y por el pleito con Colombia traemos alimentos de Argentina con costos elevados de transporte y movilización, y con el riesgo, como pasó ya con cientos de toneladas de carne en La Guaira, que lamentablemente se perdieron y nunca llegaron a los estómagos de los venezolanos pobres. No se puede olvidar el derrumbe, comentado por el Presidente de los dispensarios de Barrio Adentro, nada menos que 2 mil, de donde se fugaron los médicos cubanos y dejaron con los ojos claros y sin vista a los pacientes de esos lugares.

El estado de nuestras carreteras, que estuvieron en manos mayoritarias de gobernantes oficiales en el interior del país, y ahora centralizadas, está de mal en peor y basta con ir, no muy lejos para constatarlo. Se trazan planes de emergencia, con soldados sin fusil y con escobas y carretillas, para tratar de tapar huecos en la autopista Valencia-Puerto Cabello. Siempre hemos dicho que el mantenimiento es permanente y no espasmódico y que el zapatero debe ocuparse de hacer o remendar zapatos y no de otra cosa. Hay que gobernar con Cuentas Claras lo que supone ser competente, buscar a la gente que sabe de cada cosa, sin poner en peligro la salud de nuestro pueblo creando la ilusión de que médicos formados en cuatro años podrán manejar la aguda crisis que sacude los servicios de salud en el país. No hay a quién creerle porque un día la primera voz de la república se horroriza por la crisis de la salud y otro día la misma voz asegura que el sistema de salud en Venezuela es lo mejor del mundo.

Todo lo que viene será más difícil, incluyendo el deterioro a desastre económico. Porque primero se nos aseguró que Venezuela estaba blindada y ahora se nos dice que nos afecta seriamente la crisis mundial. Un país que cierra industrias y en donde se invaden fincas en producción, no está bien, de ninguna manera. 2010 es año electoral y la botija tiene que estar llena.