Lo que hoy les voy a comentar es muy importante para todos los venezolanos, pero sobre todo para los merideños. Escribo esto desde la lógica, desde la sensatez y no me mueven odios políticos (no los tengo), ni contra grupos o personas en especial.

Cerquita de la ciudad de Mérida hay un sitio único por su ubicación y su belleza, llamado El Vallecito, absolutamente paralelo a El Valle de San Javier.

El Vallecito y El Valle Grande, en la Parroquia Gonzalo Picón Febres del municipio Libertador del estado Mérida, están ubicados en la subcuenca del río Mucujún. El Vallecito, en la margen izquierda. Esta cuenca provee de agua a la zona metropolitana de la ciudad de Mérida y pertenece a la región hidrográfica 1, integrada por el lago de Maracaibo y el golfo de Venezuela. Es un área bajo régimen de administración especial: un Abrae, según sus siglas.

Estoy relacionado, por motivos familiares y de amistad, con los habitantes de El Vallecito desde hace más de 35 años.

Como ya dijimos, el agua que surte la ciudad de Mérida, sale desde El Vallecito, y por eso, entre otras cosas, siempre se ha cuidado en extremo esta zona. Pero ahora, inconsultamente, el Instituto Nacional de Tierras, decretó como tierras ociosas, contrariando el artículo 104 de la Ley de Tierras, un área comprendida dentro de la zona protectora de la subcuenca del río Mucujún, en la jurisdicción de El Vallecito, aledañas a la subestación eléctrica, y las adjudicó a un conjunto de cooperativas exógenas, desconocidas por la comunidad, otorgándoseles cartas agrarias, a pesar de no existir permiso del Ministerio del Ambiente.

Es importante aclarar que, sin excepción, los habitantes de El Vallecito, incluso los que apoyan al Gobierno, se han unido para enfrentar esta peligrosa arbitrariedad que pone en peligro la salud de la ciudad de Mérida y destruye el medio ambiente.

Me consta cómo, a todos los niveles, los habitantes de El Vallecito han luchado y hablado con todo el mundo, y cómo también, todo el mundo les da la razón, pero nadie hace nada.

Allí siguen esos invasores de pinta agresiva, en carpas del Ejército, apoyados a veces por militares o policías, con el argumento de que serán agredidos por los legítimos habitantes de El Vallecito.

En Venezuela está ocurriendo una tragedia de consecuencias impredecibles. Pareciera que algunos personajes radicales del Gobierno, amanecen y se ponen a buscar en el mapa, qué está bonito, qué sirve, qué cosa produce, qué cosa hace feliz a la gente, para inmediatamente mandar a destruirla.

Me gustaría saber la opinión sobre esto, de algunas personas influyentes dentro del Gobierno y ligadas, igual o más que yo a El Vallecito y sus gentes, como lo es por ejemplo, el famoso arquitecto y luchador social Fruto Vivas, así como el gobernador y otros importantes personajes merideños o no, quienes no deben ni pueden quedarse callados ante semejante peligro contra los habitantes de Mérida.

En un mundo al revés, personas de conducta intachable en Mérida, defensores de El Vallecito, han sido vilipendiados y amenazados por los invasores, siendo llamados cabilleros, patoteros, burgueses, imperialistas, etc.

Mérida peligra. Ojalá reaccionemos en este caso que es uno de los cientos de atropellos que suceden a diario. Si no hacemos nada pronto, por comodidad o por miedo, hasta los que hoy apoyan con su silencio y complicidad, reconocerán muy tarde, que todos perderemos todo.