Job Pim anti dictatorial
Escrito por Ángel Muñoz Flores   
Domingo, 01 de Septiembre de 2024 06:43

altFrancisco Pimentel Agostini, nació en Caracas, Venezuela el 1 de septiembre de 1889.

Poeta, periodista, escritor, humorista y político. Creció en un ambiente familiar dedicado a la exaltación de la cultura, por lo que desde edad muy temprana se vio influenciado por el amor a la lectura, y su vinculación con la literatura, específicamente con la versificación o la poesía. Cursó sus estudios de primaria en el Colegio de Teresa Pérez Bonalde y  bachillerato en el Colegio Santa María. Ingresó a la UCV a estudiar la carrera de derecho entre 1909 y 1912, empero, no culminó sus estudios, pues pronto comprendió que su vocación no estaba en las leyes, sino en las letras a las que consagró toda su existencia. Mientras estudiaba en la Universidad ejerció el cargo de secretario adjunto al Rectorado de la UCV.

Parte de su obra poética se encuentra en Graves y  agudos. No obstante su mayor reconocimiento es como humorista, en este arte desarrolló su obra bajo el seudónimo de Job Pim, también fue conocido como El Jobo Pimentel. Su éxito y estilo depurado le han valido para ser considerado como uno de los humoristas en verso más importante de Venezuela. Inició su carrera como periodista en el Nuevo Diario y posteriormente colaboraría en los diarios El Universal y el Heraldo, también escribiría en la célebre revista El Cojo Ilustrado y Elite. Colaboró con Fantoches (1923), el semanario humorístico de Leoncio Martínez (Leo). Es preciso destacar que en 1917, junto a éste, había fundado una revista con el nombre de Pitorreos, (que significa, tomadera de pelo, o mamadera de gallo, burlarse de alguien). Esta posteriormente se convertiría en diario.

Desde las páginas de Pitorreos y desde luego, de cualquier medio que tuviese a su alcance desarrolló su incansable oposición a la dictadura oprobiosa (como son todas sin excepción) del general Juan Vicente Gómez. Esta posición política a favor de la libertad, le llevaría a ser encarcelado 9 años en total en las ergástulas del régimen criminal, con intervalos de libertad. Es sabido que todo régimen dictatorial persigue con el encarcelamiento de los opositores, no sólo castigar la disidencia, crear el pánico para que otros no se atrevan a oponerse, sino además destruir al opositor física y moralmente. El régimen de la tiranía gomecista manejaba con perversión y con saña la forma de lograrlo. Estos años de prisión harían mella en la humanidad y la salud de Job Pim.

Cuando murió el tirano, fue designado Cónsul en Valencia (España), cargo que desempeñó hasta el comienzo de la guerra civil (18-07-1936). Cuando hubo finalizado la guerra, regresó a España, empero quebrantos de salud le hicieron regresar al país. Se dedicó al periodismo hasta el final de sus días. Es importante destacar que Francisco Pimentel (Job Pim), no cedió ante la dictadura y utilizó lo que tenía para oponerse a ella, poniendo en riesgo las dos cosas propiedades más valiosas que posee el ser humano. La vida y la libertad.

Este venezolano se negó a ser un intelectual turiferario, un tarifado del régimen gomecista, que los tuvo y en grandes cantidades como todas las tiranías. Es necesario que no olvidemos a hombres como Job Pim, que dieron siempre lo mejor de sí, no sólo para la cultura del país, sino también para lograr la libertad, porque él como todo intelectual verdadero y honesto, estaba consciente que sin libertad y democracia, no puede existir el cultivo y desarrollo de una auténtica cultura. 

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