Guerra de ángeles
Escrito por María Isbelia Alcalá   
Viernes, 22 de Enero de 2010 08:19

altY el momento se hizo noche, eternidad, el espíritu se agrieta, se quiebra, se fractura, estalla la razón para el grupo opositor confundido entre los tantos hombres de rojo, quedando agazapados en medio del montón revolucionario que en el transcurrir del tiempo inexorable tendría toda la belleza terrible de una tragedia griega.

Alguien decía en comentarios de pasillos, la muerte y la Revolución del Siglo XXI son los dos únicos hechos que no pueden explicarse, sin embargo la Revolución corre como torrente impetuoso, arde la llama y se propaga hasta final de los confines, aunque los fuegos chocan contra muros invencibles.

Palpita el corazón, laten las sienes con intensidad golpeadora y martillante cuando se posa un incubo de temor inexplicable presintiendo desde ya lo que vendría, el Gobernante de turno que en el ayer prometía redimir a nuestra querida Venezuela, poco a poco ha ido mostrando su verdadero semblante.

Instantes brumosos y volátiles, la Revolución avanza, se impone la voluntad, una pasión, un remolino de emociones se deja sentir en los miles de seguidores, ni el frío del invierno, ni el sofocante calor del verano detiene el orgiástico momento.

Asomó la luna entre retazos de negras nubes, tiempos volátiles y de brumas, el Comandante empieza a marcar  territorio, el discurso estridente y persuasivo conlleva a la radicalización de dos grupos perfectamente definidos, el grupo disidente tildados de Oligarcas conforma la clase excluida del momento son los mismos venezolanos que durante una vida debieron luchar por ser alguien y tener algo ¿Cómo es eso? No lo entiendo como se puede ejercer una acción primitiva contra las personas que por medio de su actividad productiva progrese, y el otro grupo conformado por los Revolucionarios seguidores del gobierno, los incluidos de hoy, desde los predios gubernamentales se habla de exclusión, pero ¡Por Dios! Ahora si se puede hablar de exclusión.

Yo solo sé que hoy al topar con los escollos nos encontramos de pronto frente a frente con dos realidades de una misma historia en una Venezuela en dos.
Me detengo un instante al alfeizar de mi ventana recostada, es necesario responder una pregunta que surge de lo imprevisto: -¿Escribiendo las memorias del tiempo? –Me pregunta alguien con curiosidad profana…
No sabe acaso que la expresión no surge de un esfuerzo estúpido o de alguna invención banal sino de una inspiración sagrada, es verdad que en estos tiempos por demás cambiantes muchas veces nos sentimos confundidos, otras sentimos impotencia, cuando no, estados de frustración, sin embargo llega el momento que queremos comunicar nuestras realidades, por lo que en este instante no voy a hablar de mis prolegómenos literarios, me parece haberles prometido contar todo lo que acontece en mi país y no voy a romper esta promesa.

El ave mira desde su ventana el cielo que le ofrece un rayo de sol de su día al barrote oxidado del encierro, la caricia del recuerdo posa suavemente sobre sus plumas como un ángel queriendo atenuar la angustia del espíritu acosado ¡Oh Dios! Dentro de aquella fría jaula me sentía prisionera, la mano dócil del recuerdo se posa sobre sus plumas caídas y aún en aires cenizosos se sienten los rasgos todavía olorosos de la tinta fresca en las memorias del tiempo de los cuarenta años de democracia soberana con logros desaciertos y todo, si los cuarenta y tantos años de democracia que precedieron al régimen del Comandante, con sus aciertos y errores permitieron la construcción de una nación con destino, ya estabilizada políticamente, moderna y sólidamente industrializada, un sector empresarial pujante, PDVSA, por la excelencia de sus trabajadores y la meritocracia se empinaba como la segunda empresa petrolera del mundo.
En el país se percibía gracias a su capital humano y sus recursos naturales, un porvenir, no era la perfección, pero si perfectible abriendo un abanico de oportunidades.

Cierto es que la pobreza seguía siendo un problema alarmante al que era necesario atender sin populismo y sería demagógico sostener lo contrario.
Ahora el gentilicio establece comparaciones, alguien dijo por allí: - Los buenos tiempos ya pasaron  - Pero…  ¡Hombre! Si eso lo sabe todo el mundo, y no te das cuenta que el hombre es desgraciado porque no sabe que es feliz.
-¿Qué tan segura estas María Isbelia? – Yo tengo mis reservas sin embargo debo decirte que es una lastima que no compartas el ideario de esta revolución, pues algo importante pudiera contener en su proyecto, pero te comprendo amigo porque yo (guárdame el secreto) tampoco lo comparto.

Dicen que el contenido ideológico tiene su soporte en lo doctrinario socialista, diversificando su acción en las misiones, sosteniendo la tesis de la inclusión de los desasistidos, sin embargo la exclusión es mayor porque lo que anteriormente se llamaba clase media ahora sería la clase excluida.

Y me pregunto yo en medio de la angustia y de mi tormento ¿Cuál es el contenido ideológico de esta revolución? Vaya usted a saber, en alguna parte dijo Goethe: “… Su mano escarba ávidamente la tierra para encontrar un tesoro y se da por contento con encontrar un gusano” 

(*): Fragmentos tomados de esta novela aun sin editar. La autora es docente.

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